UNA MUJER DE PIEL MUY BLANCA
Oye, y ¿te acuerdas cuando
competías con ella?
Cuando te decía que iba a su
encuentro
Y de golpe me decías que en 15
minutos estarías en mi apartamento
Y no sé cómo carajos lo hacías
pero allí estabas.
Mauricio, ¿cuántas veces hemos
hecho el amor?
¿No sé, 15, 20?
Durante cuánto tiempo
Pues creo que en dos años, ¿mucho
tiempo para ti, no?
¡Dos años!, mientras te tiraste a
todas las que se te dio la gana
Vamos que ese rollo de
sacavueltero me lo han echado en cara siempre
¿Y no te parece que soy muy buena
contigo?
Todas son buenas conmigo
¿Por eso te las tiras y las
cambias por otras?
Tú también como todas hacen lo
mismo
¿Y sabes qué fue de ella?
Quería casarse conmigo
Sé que ahora tiene un niño y que
anda con un marido muy celoso
Debiste casarte con ella, es muy
bonita
Todas son bonitas, al menos, las
que elijo
Pero igual, por qué no te casaste
con ella
Porque era tan puta como tú
Pero si a ti te gustamos así,
bien putas
No confundamos las cosas, una
cosa es el placer
Y otra la convivencia
¿Tiene algo de malo la
convivencia?
Sí, mata la pasión.
Bueno, entonces me quieres de a
ratos
Te quiero cada dos meses, si es
que somos más claros
Mientras tanto te tiras a una y a
otra
Deberías agradecerme que te
llame, a otras no lo hago
Entonces, por qué me llamas
Sonará extraño, pero te llamo
porque eres la única mujer en esta ciudad
Que tiene el orto bien claro,
casi sin color
¿Solo por eso?, si a ti no te
gusta el sexo contra natura
Eso no quiere decir que no me
guste verlo mientras te hago el amor
Ah, pensé que te agradaban mis
caderas muy amplias y mi piel muy blanca
También, pero como que está
pasando el tiempo
¿Y, qué con eso?, Mauricio, qué
me quieres decir con eso
Que seguramente otra venga a
estar en mi cama con la misma constancia tuya
¿Me olvidarás entonces?
Todos somos materia de olvido,
estimada
Todos.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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