EL HOMBRE ES BUENO Y MALO, ESO LO HACE HUMANO






Mira cómo vamos repitiéndonos en lo mismo
Fue ayer o más de mil años
-el asombro de la revolución industrial y sus grandes cambios
E internet y la tecnología-
Mira cómo seguimos pensando lo mismo
Y la soledad complacida de los escritores
Mira cómo fue derrotada la soledad
-las muchachas que saben hacer el amor siempre me esperan-
Y la soledad complacida del que guarda silencios muy largos
Y sin embargo son agradables de dejar estar
Calma y quietud, no es el verbo la respuesta
Es el estar sin a veces decir nada
-¿Me soñaste escribiendo esto para tu sosiego?
En mis ojos puebla el inmarcesible mar y son historias que no deben ser contadas
Nadie puede escribir sobre lo fascinante sin dejar de delatar sus embrujos
-el sol broncea más mi piel y pienso en el momento del amor-
Prendo un cigarro mientras el mundo fatiga a las personas
-unos compiten contra otros mientras escribo este poema-
¿Te sentarás como yo por las mañanas para saber de la paz?
Cansancio y tristeza y el brillo de mi mirada sin tener palabras
A veces me detengo a marcar un número
Una palabra desatinada y el día cambia para las personas
Se me ve como el ejemplo de lo posible en medio de lo imposible
No es como la retórica que puede persuadir
Las personas somos nuestro pasado
Y hay pasados que te remueven todo tu interior
Esos pasados cuando hablan son como el fuego que te dice: ¡lo puedes todo!
¡Ah, bendita seas vida mientras más muchachas me des!
No he pedido tanto y se me ha dado mucho más que un aventurero
Podría decir que dentro de mi fortuna está la quietud
El saber esperar lo que cansa a las personas normales
Soy el reflejo de lo que iba más allá de cualquier férrea voluntad
Y así, en mi misterio, el sueño de la tarde me vence para soñar
Si es que a los 48 años la soledad apacible te permite soñar
Ruego así por los que deben salvarse de un mundo donde el hombre es fe y traición
No hay persona que carezca de estas dos facetas
Quien entienda esto, habrá entendido al ser humano
Y todos los errores que se deben tolerar
Antes del perdón personal.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco



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