LOS STICKERS DEL WHATSAPP Y LA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA PERSONA






Hoy 27 de diciembre de 2019 salió la novedad de los stickers del WhatsApp. He visto desde el rostro de Donald Trump hasta de superhéroes con textos aparentemente inofensivos, pero luego vi uno de una muchacha donde decía: te chupo la paloma. La muchacha en sí es una conocida y, el texto, que viene acompañado con su rostro de una foto que muy bien pudo ser sacada de su Facebook, ahora puede circular por el WhatsApp. No solo sale su rostro sino también su apellido y la aplicación de ser descargado como favorito para que su imagen sea usada con mencionado texto: te chupo la paloma. Ella me comentó que ese stickers se lo hizo una amiga suya. Si bien, ella tiene algo más de 25 años, podrían hacerlo con un niño de 5 años o con otra persona a la cual no se le ha pedido autorización para ser usada su imagen para con textos parecidos al mencionado, circulen por el WhatsApp, si es que de por sí esto va más allá de un daño moral o un atentado contra los derechos de la persona. ¿Se ha puesto a pensar que su rostro sea usado sin su permiso con textos de este calibre y en pleno chat del WhatsApp se encuentre a sí mismo con un texto que lo difame o denigre totalmente, digamos, a nivel mundial?
WhatsApp es de Facebook, eso sale en todos los celulares, así que la idea ha partido de Mark Zuckerberg al parecer en un afán de darle más interés a su red social que es usada por millones de personas en todo el mundo. Es decir, ¿Mark es dueño de nuestra identidad, rostro, imagen, reputación, apellidos, como para que los usuarios hagan un uso de estos sin consultarle en este caso a quienes serían víctimas de una deshonra y humillación a nivel mundial?
Qué hay detrás de todo esto, ¿generar más riqueza, más dinero, más uso del WhatsApp? Y el derecho al buen nombre y respeto dónde queda, el derecho a la buena imagen, a la honra, a que uno sea tratado como persona y no como un stikers donde sale el apellido de la víctima además de su rostro, dónde queda todo ello.
¿Abuso de poder o libertades, atribuciones y adueñamiento de identidades como nombres?, ¿no es eso un delito? Porque a usted no le va a agradar si es que es padre de familia, encontrarse de pronto con el rostro de su hija menor de edad, digamos de 10 años, donde además de salir su identidad o un sobre nombre, aparezca un texto donde diga: te chupo la paloma, creo que a nadie, ¿no?
Todos sabemos que la información que hay dentro de la memoria de nuestros celulares está guardada y que en caso sea necesario desarchivarla, no solo lo escrito desde el celular, sino, todo lo dialogado, puede ser materia de conocimiento público según sea el requerimiento por La Ley, pero en este caso de los stickers nadie parece estar a buen recaudo. Me podrán decir que el rostro de Donald Trump es muy público y es válido que se preste para memes o esta novedad del WhatsApp, pero de allí a que ya existan aplicaciones para que usen el rostro de uno, con apellido y textos, sin consulta previa, es un atropello a los derechos humanos, si viene acompañado el stickers de textos difamatorios que humillen la honra personal o el derecho a la protección de la identidad bajo condiciones de respeto y normas de buena convivencia que parten justamente desde lo pedido constantemente en el  Facebook cuando leemos las normas de la comunidad y el por qué algunas cuentas son censuradas.
Porque una cosa es que censuren los senos desde el Facebook y no se pueda mostrar por ejemplo la foto de una madre dando de lactar a su bebé y, otra, que aparezca, por ejemplo, la foto de la hija de alguno de ustedes, con textos que bien ocasionarán un trastorno mental irreparable o daño moral si es que así desean llamarle.
Mark Zuckerberg debe una gran explicación o en todo caso una gran reparación civil a todos los que afectados por la aparición de estos stickers que bien se viralizarán, si es que millones de personas se conviertan en stickers sin ser consultadas, con textos como: te chupo la paloma, considerando que podrían ser las víctimas menores de edad o personas demasiado sensibles a daños psicológicos irreparables.
Se violó el derecho al buen nombre, a la imagen de la persona en relación al respeto de ésta, el derecho a la reputación y un derecho más inalienable: la libertad de ser dueño del nombre propio, sin caer en vejámenes como el que propaga WhatsApp y Mark Zuckerberg.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco




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