CUANDO LOS SOLITARIOS CIERRAN LOS OJOS EN LA NOCHE






De pronto me di cuenta que estoy escribiendo para personas especiales
Donde el sol es ajeno la mayor parte del día
Y las horas del día son largas y tediosas
Hasta la llegada de la noche donde se ansía amor, un poco de amor.
Mis labios son besos soñados para las muchachas y mujeres que quieren un despertar latino
Unos brazos rodeándolas justo cuando el cielo empieza a aclarar
Entre dos cuerpos muy calientes después de haber hecho el amor
O haberse despertado haciendo el amor
Para estar rodeados del silencio de las ciudades donde se busca felicidad
Entre días de trabajo arduos y esperanzas que necesitan ser reforzadas.
Aún en la noche cuando el día se despide
Esperamos un mejor mañana, para tener los brazos bien bronceados
El cuello de la camisa bien planchado
Y el sabor de los platos servidos para el desayuno.
De esas largas horas apenas hay tiempo en las noches para leer un poema
Para leerlo en pareja, juntos, antes de celebrar el buen amor
Como debe ser, cuando las cuentas con la sociedad han sido saldadas.
Se pregunta la muchacha que espera el amor dónde está el día de sol pleno
La soledad del muchacho es como cientos de libros en compañía
Puede ser una taza con café y azúcar, los ojos contemplando desde la ventana el paisaje
La concentración para el sueño entre pensamientos contentos
O las penas que afligen y deben ser evitadas para poder dormir
Dirán que la amargura puede ser curada
O que la angustia en la oscuridad no es propia de unos cuantos
Mas son pocos los pasos en las solitarias calles donde hay frío
Los buenos amantes prefieren los lechos y la luz encendida para apreciarse
En los cuerpos que siempre son perfectos ante el ojo que ama
Dicen que toda mujer es perfecta cuando se está enamorado
Debe ser así sino, no habría amor o atracción
Y los diálogos se alargan hasta pasada la media noche
Porque siempre hay algo qué decirse o contar
Así sea de nuevo, por enésima vez, cuando el pasado es una buena historia para compartir
Y entonces los labios se buscan con desesperación
Unas manos recorriendo el cuerpo de la amada
Unas brazos sujetando con fuerza la espalda del amado
Los orgasmos anhelados por las muchachas que quieren sonreírles a sus hombres
Esos mismos juramentos cuando repetimos lo que se dijo siempre
Cuando se descubre en las pupilas de la amada lo que tanto se buscó
Hasta que venza en el sueño la derrota de dos cuerpos rendidos de tanto placer
Porque al día que prosiga habrá algo más que comunicar entre palabras cada vez más suyas
Formas de expresión propias del entendimiento que se da cuando se ama mucho
Frases que solo los amantes entienden
Hasta no querer saber de más nadie.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco




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