HAY EN EL MUNDO UN ESCRITOR QUE ESCRIBE Y ES FELIZ

Como cuando hago el amor, como cuando ellas se entregan

Como cuando tengo los billetes para elegir a una nueva muchacha

-Mauricio, tienes el cerebro lleno de esperma, acotó un amigo del colegio-

Y no es que lo haya hipersexaulizado todo

Prefiero estar solo y solo en compañía femenina

Me aburren los diálogos con los filósofos que aún no saben del sexo

Afable en mi trato, comprendo que cada quien lleva su vida

¿Por qué tendría que meterme con la mujer ajena cuando hay miles libres en la ciudad?

Miles de muchachas libres que desean seguir siéndolo

Y no es que en esto halle machismo ni feminismo

Hace tiempo que acepté que las muchachas son dueñas de su cuerpo

Que el aborto es decisión de ellas y que es necesario apoyarlas

Que en algo nos estamos equivocando los varones cuando ellas salen a protestar

-sistema opresor, ¿alguien les ha dicho que el sistema nos oprime a todos-

Cuesta por ello adaptarse al estilo de vida que llevo

-Mauricio, llevas la vida de un asceta, también alguien que conozco me lo dijo-

Pero es que es agradable estar sentado tomando sol por las mañanas

Y saber que conquisté mi libertad y así dejo este testimonio para los de destino duro

-la mujer madura quiso llorar, su pareja había terminado con ella-

-¡tantos años de casados Mauricio!, finalmente habló-

-pero, ¿tú sí eres feliz, no?-

Ese reconocimiento en la ciudad de verme caminando por las calles

Para saber que en ese momento haré el amor

-pensábamos que habías muerto, ya no se te ve Mauricio-

-no asiste a los recitales ni se te ve ya en los círculos de intelectuales-

Estaba demás aclarar muchas cosas

Como por ejemplo, el perder mi tiempo cuando no quiero convencer a nadie

Y saber que las personas tienen argumentos llenos de convicciones que no comparto

En mi éxtasis natural, he sabido procurarme de contactos con muchachas tiernas

Y de algunas mujeres maduras con las cuales hago el amor

Y sí, me dirán mis lectores que escribo mucho sobre mi extraña manera de amar

O mi obsesión con el sexo, pero si relatara mis años de lucha

De mis ideales a los cuales tuve que aprender a renunciar

Y no por perder la fe, sino por llegar a madurar y entender que cada persona es un mundo

Y desde allí debo tolerar sus errores como aciertos en sus discursos

Prefiero las vaginas en pleno orgasmo

Prefiero cantar por las noches cuando estoy pleno de vida

Y sentarme a escribir como ahora, si es que es difícil para la mayoría de personas estar en pie

Si es que el estrés es constante con todos

Que somos como bombas de tiempo

Que hemos adquirido las costumbres de los burgueses para guardar silencio

Para no discutir cuando nos sentamos a la mesa

Si es que he olvidado ya tanto y en mí solo hay palabras reiteradas de lo que vivo

Como cuando salía a mis 17 años llorando de mi casa

Para a plena luz del día, empujar a las personas en las calles

Y querer gritar y reclamar a Dios

Para retornar a mis libros, los libros de las bibliotecas

Y encontrar las respuestas que no hallé

Las respuestas que escribo desde esta noche

Cuando comprendí que esto puede ser común

Entre los que siguen bregando, y los que ahora agradecemos.

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Poeta

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Julio Mauricio Pacheco Polanco