LA SOLEDAD Y LAS AMANTES DE LOS VIGOROSOS HOMBRES DE 50 AÑOS






Si bien, todo varón que esté por llegar a los 50 años, tema por su soledad
Alcanzo estas palabras para los tristes que guardan recuerdos y silencios
Nada tan tonto como llorar por soledad y dedicarse a la bebida
Deben saber que hay miles de muchachas en la ciudad que ríen de felicidad
Y quieren compartirla en sus lechos con esos varones canos o con poco cabello.
Bendito es el mundo que describo, donde ellas están en bragas
Ansiosas por querer ser amadas, poseídas, disfrutando de su trabajo
Debes verlas sentadas o recostadas en sus camas
Escuchando música o leyendo, con sus sexos húmedos siempre dispuestas
Dueñas de un espacio donde solo quieren ser felices
Y el sexo les alivia el día, entre hombres desconocidos
Y los más mundanos que no repetimos de muchachas
A buen consentimiento de ellas, porque ellas tampoco repiten de hombre.
No existen esas intenciones de retener a nadie
Y viajan de ciudad en ciudad para saber de los amantes vigorosos
De esos hombres maduros como yo que con experiencia y mundo
Sonrientes entramos a sus habitaciones, erectos y dominantes
Para saber de la dicha de los desconocidos
Los que en las casas de citas, hemos prolongado nuestra juventud
Y al descubrir entre pasadizos laberintosos, lechos para amar
En el cruce de miradas sabemos que en segundos el amor aparecerá
Sin necesidad de citas previas ni la pérdida de la libertad
Ni de ellas ni de uno, solo gustos mutuos donde el orgasmo es el desenlace de la cita
Entre preservativos inteligentes y abrazos muy fuertes cuando son penetradas
Entregas que les dirán en sus años de reposo: fui bien amada por cientos de hombres
Si acaso los de mi edad, los de casi 50 años, vivimos como seguiremos viviendo
Sin querer renunciar a estas citas
Porque allí donde dos cuerpos hacen el amor, el Paraíso se manifiesta
Y esto tienes que vivirlo para entenderlo
En vez de beber o drogarte
Que hay soledades dichosas como la mía
Donde puedo hacer el amor con diferentes muchachas
Y escribir a tiempo completo, sin las complicaciones de esos que no saben amar.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco






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