DUELOS DE AMOR Y OTROS HONGOS Y BACTERIAS pag10 NOVELA






, una de esas mujerzuelas que no valen nada pero que sin embargo pese a que ella no quería aceptarlo, le había arrebatado su hombre, el hombre que había triunfado por sobre los 100,000 hombres que ella llegó afirmar, podía manejarlos a su antojo. Qué curioso es el amor cuando se cree que a éste se le tiene bajo control y cada paso dado, celosa y ceremoniosamente desplegado, implicaba sentirla como a una diosa o reina de corazones, ahora la tenía en mi habitación entre llantos y el no saber qué más hacer entre su renuncia digna, su paso a un costado obligado, por haberlo intentado todo, desde ruegos, reclamos, súplicas, orgasmos llenos de te amos, te quiero, te necesito, lo eres todo para mí, sin ti no sabría qué hacer, si te vas de mi vida me mato, no sé vivir sin ti, frases gastadas e inútiles cuando se sabe que ya nada se puede hacer ante esas derrotas donde ella necesita le recuerden que seguía siendo hermosa, bella, la mujer fatal que se adueñaba de todos los corazones que le diera la gana. Y es que en verdad es muy bella en mi afirmación de verla moverse para mí, haciendo un desnudo grotesco, patético y lleno de piedad expresiva ante sus desesperados intentos de no sentirse la segundona, la que fue destronada, y es que pensé que el amor con ella debía rosar con el infierno y pesadillas mayores de las cuales los que lograsen retornar, llevarían marcas imborrables de las cuales solo quedarían largas charlas de bar en los que solo se hablaría de un amor que se rechazaba a pesar de ser ella muy bella, ¿por la fatalidad que le perseguía en su suerte para el amor?, debo pensar mejor por su altanería al creer que para ella el amor era algo que nunca le alcanzaría hasta este momento en que apenas podía entender su discurso sobre el orgullo y la dignidad, el saberse querer o amar, lo que algunas personas llaman, darse su lugar y volver a empezar, porque para mis lectores y lectoras, el amor se empieza una y otra vez a pesar de saber cómo es su desenlace, y esa es una decisión que descarté definitivamente en mi vida y que ella con coraje y valentía asumía como percaté en su cuerpo sexy, delicado por fin y susceptible ante hombres de mundo que la vieron como ella suele ver a los amantes que podía tener: como alguien a quien se le ve de paso, no en serio. Y entonces me acerqué a ella cuando me abrazaba con fuerza y sus lágrimas mojaban mis mejillas y le decía: pero es que pensé que habías  aprendido eso de mí, el amor no estuvo hecho nunca para nosotros, apenas podemos sentir placer, pero no entregarnos

Julio Mauricio Pacheco Polanco
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