EL CHAT EN CUARENTENA DE PERÚ






Los primeros días fue como un shock para todas las personas del planeta, creo que hasta ahora millones no logran recuperarse, más aún cuando sabemos que los hábitos de todos deben cambiar, desde ya no contar con bares para ir a beber, ( es curioso, me llamó la atención una noticia donde los varones salieron a las calles a hacer cola para comprar cervezas, la policía los hizo regresar a sus casas, ¿así de destruido está el hombre que en plena pandemia donde pude morir, sale a la calle para hacer colas con el fin de comprar cervezas?), tampoco discotecas, mucho menos restaurantes, conciertos, estadios donde se juegue fútbol o sea razón para que se hacinen las personas, incluyendo iglesias sea cual fuera el culto. El mundo cambió y parece que nadie se está dando cuenta. No sirve de mucho tener algunos millones en los paraísos fiscales, si lo necesario es tener alimentos para la semana, estar bien de salud, contar con agua y luz, una pequeña casa dónde estar, y que se cuente con una bodega cercana como un carro de basura que pase 3 veces por semana. El dinero no servía ya para nada, valía lo mismo tener 100 millones de dólares que apenas 100 dólares, solo valía el necesario para poder tener qué comer. ¿Los viajes por el mundo en primera clase, sean desde aviones o cruceros?, todo eso estaba prohibido, las fronteras están cerradas y lo estarán por muchos meses hasta que la pandemia esté resuelta. Medité en los adictos a alguna droga, en cómo la estaban pasando, en sí de verdad es cierto eso que la marihuana  es saludable, no, no lo creo, los que consumen marihuana han debido y deben pasar angustias muy fuertes porque la policía y el ejército está por todas partes, y de esto hablo también con la cocaína, las drogas que en su momento destruyeron hogares, familias, vidas, futuros, y que mueven fuertes cantidades de dinero para el Crimen Organizado, podían ser prescindibles, desestimadas, no consideradas como esenciales para la vida, sí más bien como vicios que en este momento enferman a millones de consumidores.
La soledad era pasar la tarde como ahora escribiendo en plena pandemia, donde más de 200 países están entre la vida y la muerte, con cerca de 3 millones de personas infectadas y miles de muertes diarias desde diferentes partes del mundo. La soledad era y es, sentarse a escribir, y  evitar conversar con alguien. Hay mucho estrés y cualquier palabra puede ser malinterpretada y usada en contra de uno. Pero no fue fácil llegar a disfrutar de mi silencio, silencio al cual estoy acostumbrado por décadas, silencio que en este trance tuvo que enfrentarse con el miedo a morir, cosa que lo hizo muy diferente.
Pensé en que quizás en los chats de Perú hallaría gente con ánimos de querer conversar, mas solo hallé lo de siempre, mujeres amargadas o lesbianas y, bastante gay que se ofrecía para tener sexo en plena pandemia, dispuestos a trasgredir el Toque de Queda o la Inamovilidad Social ordenada por el Estado Peruano. Solo querían tener sexo con quien fuera, así fueran extraños de un chat, donde abundan los gays y, están enfermos de una lujuria que va más allá de la salud o el peligro de este virus. Eso era lo que más llamaba la atención: tener sexo con gente a la cual no se le miraba la cara y, tenerlo cuanto antes previa cita para un hotel de mala muerte.
¿Tener sexo sin reparar en la pandemia o lo que ordena La Ley? ¿Es esta la comunidad LGTB que lucha por sus derechos desde el lenguaje inclusivo hasta la Ideología de Género?. Eran gays que desde el chat querían tener sexo con gente extraña que también era gay y con quienes quedaban en citas sin importarles el contagio del virus.
No diré más nada, usted mismo saque sus conclusiones. Así, no se puede, salvar al mundo. Después no me acusen de homofóbico, los hechos son los descritos y ustedes lo saben muy bien.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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