De Julio Mauricio Pacheco Polanco noviembre 13, 2019
La muchacha empezó a desnudarse mientras me preguntaba por qué me costaba tanto encontrar pareja.
-te pago para hacer el amor, no para dialogar-
Es que seguramente los citadinos iban más a conversar que para tener sexo
-pasa que contigo es diferente, Mauricio, sé que escribes-
-no logro entender por qué entonces con tu magnífico verbo aún no tengas pareja-
Le ordené que se echara boca arriba a lo largo de la cama
La levanté sin mucho esfuerzo para colocarle una almohada debajo de su trasero
-porque no quiero que nadie me joda la vida-
Ella sintió mi penetración inmediata y gimió
Era un gemido de placer por un miembro viril bien duro que hallaba solo el ingreso a su sexo
-pero si cachas rico, no me parece que te entretengas solo con nosotras-
En qué quedamos, ¿no es que ustedes son las culpables que no nos casemos?
-es que por lo que comentan, llevas años yendo a casas de citas-
-es normal que nos preguntemos por qué no quieres tener pareja-
Me gustan las putas, ¿contenta con la respuesta?
-pero las putas no estaremos siempre a tu lado-
-digo, que con cada una de nosotras es como volver a empezar algo que finaliza en el acto-
-lo tuyo es más bien animal, no tienes nada de amor para las mujeres-
La tomé de las manos estirándolas contra las esquinas de la cama
Las apreté con toda mi fuerza mientras ella hacía lo mismo
En ese momento sentí como me mojada con sus orgasmos continuos
-eres una mierda, solo nos ves como una vagina a penetrar-
Tú me ves como un proveedor que trae dinero, estamos a mano
-¿incapaz de amar?-
Tan tal cual como ustedes
-pero ya no hablas, solo te concentras en ti, la leyenda decía que eras un poeta-
Paré en seco con una embestida que dejó mi miembro viril bien adentro de ella
No hay más nada qué decir, ¿habría que hacerle poemas a una puta?
-y por qué no, también queremos fantasía, un poco de cariño-
Con mis brazos en un movimiento rápido la puse de costado
Acerqué su espalda a mi pecho mientras que la penetraba
Mis dos manos apretaban con fuerza sus duros senos
La penetraba con furia
Descuida, son estos días de mierda, te llevas el dinero que era para la terapeuta
-entonces soy la psicóloga que te trata-
Hace tiempo entendí que las palabras liberadas no ayudaban en nada
-no sé, podrías tirarte a la psicóloga-
Todas están locas, es mejor a veces hacer el amor en silencio
El amor lo complica todo, eso es lo que he aprendido.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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