POR QUÉ ME NIEGO A ESCRIBIR EN PLENA PANDEMIA

https://amzn.to/2NknrmE Durante todos estos años que he venido escribiendo diariamente en mi Blogger, he sido puntual al escribir sobre mis experiencias sexuales. Está demás repetir que no soy un hombre fiel ni lo seré nunca. No me gusta repetir de muchacha por más bella que sea. Para el sexo es por el sexo. Si les cuenta entender esto, es mejor que dejen de leer de inmediato este relato. Si decides seguir leyendo, entenderá mi estimado lector que, el placer para mí significa sabiduría y dicha, que en el goce de los placeres de la carne, solo con mujeres, dadas las medidas de Bioseguridad en su Protocolo que llevo al máximo rigor, me estoy privando del placer, cosa que me hacía tan feliz como a las muchachas a las cuales les hacía el amor y era verificado en los orgasmos continuos que les provocaba. No soy de hacer memorias por lo vivido, eso no es dable en mí. Mi visión sobre la realidad me dice que deberé guardar más de un año sabático en torno a mis relaciones abiertas. No confío en ninguna mujer que quiera hacer el amor conmigo. Mucho menos ando desesperado, cortejando desde las redes sociales a muchachas o mujeres, mayores de edad que, entiendo, están deprimidas y pueden aceptar cualquier cosa. Las relaciones sexuales de manera virtual siempre me han parecido algo propio de retardados mentales. Por tanto, es comprensible que no escriba con el entusiasmo que se me es reconocido en mis celebraciones al sexo. No sé cómo sea la realidad de las demás personas en el mundo, la realidad de los solteros, los casados o los solitarios. Por mi parte, me convencí con mayor razón que no deseo casarme, que debo tener paciencia hasta que esto termine, para volver a hacer el amor con todas las muchachas que elija como es habitual en mí. Mucho menos el tener hijos, el mundo me ha decepcionado más de lo que ya antes lo estaba y, solo había algo que me evadía de lo terrible que es el ser humano. Si bien, aprendí a ser más disciplinado y tener autocontrol sobre mi persona, pensé que tal vez, en este momento de crisis mundial, mis libros podían ser leídos en una plataforma de libros donde publiqué 16 novelas breves que no tuvieron ninguna acogida, a lo mucho, algo de 60 lectores en total, siempre haciendo literatura en torno a la felicidad que otorga el placer, pero los ánimos actualmente no están precisamente enfocados hacia este, la crisis es mundial, tanto sanitaria como económica y en grandes esferas de la corrupción, gente inescrupulosa se hizo multimillonaria aprovechando el miedo a la muerte y yo no puedo hacer nada, considerando que una de mis banderas es La Libertad de Expresión, pues me sujeto a La Ley, y ésta, tiene restringidos los derechos y libertades de todas las personas aquí en Perú. Está demás decir que sigo en mi rechazo al alcohol y las drogas y que me he convencido, ni una pandemia mundial, logrará cambiar al mundo, a la condición humana, que el miedo sentido los primeros días de la pandemia, por unos breves días, el intento de enmendarse y hacer votos por un mundo mejor parecía ser serio, pero pasados los días, el ser humano no cambió, lo cual me hizo entender que es el miedo lo único que puede corregir al hombre, sea, el miedo a la muerte, pero mis decepciones fueron mayores al darme cuenta que rápidamente los ciudadanos en el mundo no soportaron los confinamientos que guardo desde el 16 de marzo en Perú, que hacían planes para beber y drogarse apenas acabaran los confinamientos y, que los más ricos, ampliaran sus monopolios e imperios, a costa de la quiebra de otros comerciantes, sin ningún tipo de piedad, ¿eso es la competencia?, pues sí, es el libre mercado. La contraparte que es el comunismo, me reveló la soberbia de China quien gracias a sus seguidores, empezaron a postear imágenes donde decían que China había ganado la Tercera Guerra Mundial sin haber lanzado una sola bala y que Vladimir Putin era un visionario y que Xi Jinping sería el nuevo amo del mundo. A la fecha, Rusia es uno de los países más infectados en el mundo y China atraviesa una crisis merecida por no haber alertado al mundo desde diciembre de 2019 por el nuevo coronavirus, teniendo ellos mucha experiencia en este tipo de pandemias, en complicidad con la OMS, que está demás decirlo, está bajo la dirección de un marxista. Como podemos ver, entre los cientos de millones de desempleados que hay en el mundo y ante una crisis económica que acentúa más los problemas de las familias que padecen extrema pobreza, nada puedo hacer, salvo escribir y, esta vez, no lo hago a placer, mas sí a voluntad. Me he quedado sin mujeres para hacer el amor y tampoco aceptaré hacer el amor con la primera que aparezca si es que no tenga garantías que no sea asintomática o esté enferma. Mas en ello no guardo premura, estimo que serán dos largos años sin sexo desde los que hago un despliegue de esfuerzo físico para sublimar mis apetitos sexuales. Por eso, entre los millones de solteros chinos del régimen de Xi Jinping y las 8 millones de rusas solteras que no logran encontrar pareja, entre la anarquía que intenta desatarse en USA y, los escándalos de corrupción que hay en Perú, escribo para recordarles que si no escribo sobre sexo, es porque no lo tengo ni lo tendré por mucho tiempo, si acaso, las relaciones de pareja para millones de parejas de casados, en pleno confinamiento, solo contribuye a divorcios masivos en el peor de los casos,, si es que no se ha logrado desarrollar una inteligencia emocional que permita la convivencia entre las parejas o, ésta experiencia crítica que nos aproximó a la muerte, haya sido vana en relación al consumo de drogas o alcohol, y si acaso, el crimen organizado no escarmiente jamás y esté ahora haciendo de las suyas en las ciudades más importantes del mundo. De una u otra forma, el mundo que nos proponen no es el que esperábamos para que sea mejor, solo ha contribuido este trance extremo a acentuar la vileza del ser humano, y así, en la soledad de esta noche, mientras escribo, no me desentiendo de los que están en pleno abandono y la orfandad, sin tener casa ni qué comer, pero, ¿no es cierto que las personas apenas recibieron los primeros bonos que dio el Gobierno, bonos a los cuales nunca pedí, lo primero que hicieron fue hacer largas colas para comprar cerveza? Las potencias mundiales solo piensan en reactivar sus economías, y no está mal, lo que sí está mal es que será a costa de la salud de cientos de millones de personas sin que tengan alguna opción a elegir, porque el hambre está presente más que nunca ahora en el mundo, como los costos elevadísimos por parte de los que tratan a las personas enfermas. Recuerdo esas primeras frases desde las redes sociales: “seremos mejores, sino, no habremos aprendido nada”. Nada se aprendió, mientras se vienen protestas masivas por todas partes, bajo amenazas de caos y canciones de revolución que tras su desorden, solo quieren algo que caracteriza a esta generación: una enfermedad mental que quiere o anhela la muerte no solo de quienes cometen vandalismos sino de todo el mundo. No es un escrito de odio, es un escrito sobre el odio que hay dentro de un mundo que nunca escarmentará con nada, ni siquiera con un virus invisible que puede exterminar a la familia humana. Julio Mauricio Pacheco Polanco Escritor Todos los Derechos Reservados para Julio Mauricio Pacheco Polanco

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