EL ESCRITOR QUE DESDE LA PANDEMIA ESCRIBE SIN BEBER ALCOHOL
Así, me
acompaña mi jarra de limonada sin azúcar, diré que son 3 jarras diarias con 116
mg de glucosa cada semana en mi propio control. Diré que he renunciado al mundo
hace tiempo y que lo único que le dio sentido a mi literatura, fueron el placer
y las mujeres libres, del amor puedo decir que es una teoría que fracasa
siempre en la realidad. En su momento veía videos en internet porque los medios
de comunicación me llenaron de terror, luego decidí ver videos en You Tube,
hasta que empezaron a generarme conflictos personales. Sin mujeres, sin placer,
sin referentes para creer de lo que ocurre en el mundo, en mi ciudad, cuando sé
que todos se vendieron, paso así mis días escribiendo la memoria de lo que vive
un planeta que nunca más será el mismo.
Estoy convencido
que este es un cambio definitivo, que el sexo no será igual si es que se desee
tener hijos, ¿quién querría traer hijos a un planeta como este? No sé cuánto
dure este confinamiento en mi ciudad ni cuántos rebrotes hayan en el planeta ni
de cuántas vacunas hablen o su competencia entre las potencias, no me interesa
para nada el chip, entiéndalo bien, estoy escribiendo gratis y ya sin hacer
denuncias, no vale la pena; me he dejado crecer el cabello dentro de mi
austeridad extrema y, si bien, estoy haciendo campaña en contra de las drogas y
el alcohol, está en los genes del ser humano estas dependencias, no pueden
decirme que es solo una realidad de Perú. ¿Proponer con mi imaginación un mundo
mejor? Lo puedo hacer, pero eso es mentirles a mis lectores. ¿Usted puede tener
sexo seguro, sea varón o mujer en soltería? La gente no entiende aún el
significado de La Palabra, le da más valor al dinero que a La Palabra. Por ello
se hizo La Ley, para que La Palabra tuviera justicia, pero igual, se compraron
a La Ley. Así no se puede salvar a un mundo donde cada quien tiene su propia
manera de pensar, porque me hablan de un Nuevo Orden Mundial donde se impondrá
la tiranía, pero lo que mis lectores no quieren aceptar es que esta tiranía
siempre ha existido. ¿Las religiones no se adueñaron de nuestras almas desde
antes que naciéramos? Los textos sagrados no te dicen cómo debes comportarte,
te dicen qué debes pensar. Y el mundo está lleno de sectas y religiones desde
siempre, entonces, como decimos en Perú, ¿no es acaso la misma chola pero con
diferente calzón? Con la salvedad es que literalmente ahora nos hemos quedado
sin chola (sin connotación racista ¿eh?) para hacer el amor, y no lo digo por
mí, lo digo por la humanidad entera, y de esto no se salva nadie, porque tú
podrás decir que estás bien o mal casado, pero tienes hijos, y que no te
extrañe que ellos tengan que padecer una soledad tan total que concluya en el
exterminio de la familia humana. Porque si antes se perdía la razón trabajando,
ahora, con los protocolos de bioseguridad y los distanciamientos requeridos y
el terror al virus, en los trabajos ya nadie está cuerdo, si es que pueden
tener uno y durar apenas unas semanas, antes de dar como confirmado de virus.
¿Qué bonito mundo, no? Porque a pesar que te vayas de fiesta y hagas lo que te
de la gana, ya nada será igual, La Ley te da varias oportunidades, pero en una
de esas te agarra y mejor olvídate de todo, que al fin y al cabo, ellos solo
reciben órdenes.
El mañana no
existe ya lectores y no hay nada que se pueda hacer, salvo, esperar la muerte
de viejos, filosofando en soledad.
Julio Mauricio
Pacheco Polanco
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