ESOS ESCRITORES QUE SE DESENGAÑARON DE TODO






Le daría mi mano, pero podría significar problemas por querer hacer algo bueno. Todo acto bueno o malo siempre ocasiona problemas. Le daría mi ayuda, pero eso alteraría el curso de mi vida. Es mejor tener el celular para lo necesario. Llamar a alguien podría significar perder mi tranquilidad. Conversar con alguien también puede ser problemático. ¿De qué conversan dos personas cuando quieren decir algo? ¿Lo que dialogue podría desencadenar una Tercera Guerra Mundial? Este silencio desde donde es mejor no hacer nada. Era bueno pagar por sexo para liberar el estrés, pero el mundo ya cambió, no quiero una relación con ninguna mujer, es más tranquilo estar solo sin hablar con nadie, en silencio, dejando fluir mis reflexiones, sin cuestionar por qué las tengo. Toda mi vida me pasé cuestionando ocasionando con ello romper esquemas podridos. El celular está allí y no lo uso ya ni para las redes sociales. Cuando suena un número desconocido, no contesto, es perder el tiempo ante estafadores. Una sola palabra puede ocasionar tantos males. Las buenas maneras, los buenos modales, y nada más, sin tomar partido tan solo por uno mismo. No es necesario el afecto de nadie. Solo los que ignoran ello, terminan dañados. Sentarse frente al escritorio y escribir, sin fumar un cigarrillo mentolado ya no es un deber, es economizar el dinero que me puede servir para necesidades que son verdaderas. Si quiere fumar un cigarro, no te diré nada, mi sensatez me dice que no puedo darme ese lujo de gastar mi dinero en cigarros. Esta pandemia y mis jarras con limonada sin azúcar. Ver las facturas de la luz que no cuadran y mis reclamos ante el servidor. Sacar las cuentas para los alimentos y los gastos inesperados. No botar el dinero en trabajadoras sexuales cuando ya no es necesario. No enamorar a ninguna mujer, eso lo hago hace casi 10 años, sé qué significa eso, no, eso es perder mi paz, mi tranquilidad. El sexo solo ocasiona dolores de cabeza cuando la evasión del placer se acaba. Tomar sol y solo eso, no me interesa lo que esté ocurriendo en la ciudad. La causa por la que peleas debe ser interesante, yo prefiero escribir sin que nadie me diga qué debo escribir. Tengo esa libertad. Si me censuran, no me quejo, estoy usando un servicio que es gratuito y ellos son los que me permiten dar a conocer mis escritos, es como si entrara a la casa de alguien y le dijera cómo debe vivir dentro de su casa. Igual, sigo escribiendo. Dejé de pensar en menos de 48 horas en un mundo mejor, mira que solo haría algo por contadas personas sin arrepentirme, pero por el resto, apenas el saludo y una sonrisa que es franca, no tengo la culpa de lo que ignore de los demás, ¡cada persona es un mundo con su propia historia! Y la historia de cada persona está más llenas de derrotas que de hazañas. Ya tuve bastante con las mías, mejor me callo y no digo nada, ya me lo dijeron, no es fácil ser Impoluto. En este momento pienso en mi familia, en todos los privilegios que me dieron para seguir a ms 48 años siendo Impoluto, en mi madre que no quiso que me hiciera hombre a pesar de tener 40 años. Solo las mujeres cuando son madres, saben cómo son las demás mujeres en el amor. Mi padre una vez me dijo algo sabio cuando le dije que me iba de casa y que me casaba con la primera que se me cruzara en el camino: “¡Es peor!”.
Mira que escribo aguantándome las ganas de fumar, pero no tengo otra opción, creo que a eso se le llama ser sensato o maduro: discernir en lo que es esencial o no para con la vida. Si bien no bebo y los demás beben, ya no es mi problema, si no fume y los demás fumen, ya no es mi problema. Más esencial es los alimentos, los gastos para medicamentos, los pagos de servicios, y los gastos impensados. Tampoco estoy escribiendo para recriminar nada a las demás personas. He entrado en esa edad en la que no me atrevo a juzgar a nadie, cada quien sabe cómo soporta sus días en secreto, y eso es muy duro. Porque podría de manera amable decir palabras buenas, y eso, aunque no lo crean, también causa dolor a las personas. Es tan raro hallar personas que practiquen El Bien. Es tan raro hallar a alguien que no quiera dañar con el amor. Una muchacha abortó, no, fueron 23 millones de muchachas que abortaron en plena pandemia, y murieron. ¿Quién fue el responsable? ¿Ella porque su organismo solo responde a sus hormonas? ¿Su pareja porque creía que podía con el mundo y le hizo promesas imposibles que ella le creyó? ¡Todo es hormonas!, y por hormonas se hace de todo, el placer es un vicio que termina en hijos o, en abortos que causan la muerte. ¿Condenar el aborto?, no lo creo, hay que ser bien ignorante como para no saber por qué razones se hace ello. Que pasen una feliz noche o buen día. Lo mío es escribir, como Pensador Libre.

Julio Mauricio Pacheco Polanco
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