LO QUE NO SE ATREVEN DECIR SOBRE LAS FEMINAZIS


 


Para entender la naturaleza de las feministas, solo tienen que enterarse cómo es el sexo que practican si acaso, las mujeres se rebelaron contra nosotros los hombres, porque las tratábamos como si fueran un pedazo de carne, sin embargo, en las relaciones sexuales de las lesbianas, ellas mismas se tratan como pedazos de carne, metiéndose los dos puños y brazos, si fuera posible, hasta el hombro de ellas, sea dentro de sus vaginas u orto si es que se quejan mucho que las mujeres en esta pandemia, se sexualizarán más. Porque poca cosa es para ellas sus brazos o piernas, son capaces de meterse todo, reclamando derechos humanos, que sean respetados y que no se les trate como pedazos de carne.

No solo niegan su naturaleza, que es del ser dadoras de vida, como lo es la madre naturaleza, viven una contradicción generacional donde prefieren hacer el amor con animales y no traer hijos a este planeta, y sé, que la gran mayoría de mujeres conoce su menstruación, por testimonios de mujeres que me confesaron saber cuándo resultarán embarazadas y saber bien cuándo ovulan y han de ser madres. Así, luchar por su derecho a abortar, es luchar por el derecho a ser asesinas, en nombre de un placer fuera de control que no lo asumen con responsabilidad.  

Entendamos que vamos a entrar a una nueva normalidad y todo debe ser revelado, nada debe ser callado. Las feminazis nos sacaron de sus vidas porque prefieren los brazos de sus parejas para que sean penetradas de las formas más aberrantes en que se nos condena a nosotros los hombres, cuando gritan a los cuatro vientos que las tratamos como si fueran como pedazos de carne, cuando entre ellas se tratan de formas más extremas, siempre, como pedazos de carne.

Son las feministas las que están peleadas con la madre naturaleza, entiéndanlo bien, son ellas las que reniegan de su naturaleza, si acaso, están muy ambiguas y cuando ovulan y necesitan de placer, sus cerebros se orientan hacia sus parejas lesbianas, para que ellas les den placer.

Es otra forma de genocidio donde solo quieren exterminar a la familia humana, para entre ellas darse placer, porque se dieron cuenta que dos brazos por el orto les da más placer que un miembro viril, que nunca quisieron ser madres, que ello no está dentro de sus planes, que quieren ser penetradas, pero por mujeres que usen sus brazos.

¿Dónde empezó entonces la enfermedad de este siglo? Medítenlo bien cuando quieran volver homosexual a un varón, cuando den sus discursos sobre EL MATRIARCADO.

 

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Escritor Peruano

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

Pensador Libre

 

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