EL VARÓN QUE CERRÓ LA CAJA DE PANDORA
Al entrar a la habitación del hotel, me
sorprendí que ella estuviera esperándome, normalmente soy yo el que espera.
“Has perdido la fe”
Vaya, pensé, una mujer que sabe hacer el amor y
que además tiene algo qué decir. Tú te rendiste hace tiempo. Es más fácil
ganarse la vida de esta forma, al menos no le abro las piernas a mi jefe. ¿Fue
contra tu jefe, o es que te enteraste del cómo inducir la menstruación para ser
libre y poder hacer el amor como te dé la gana? Siempre son todas las cosas,
Escritor. Yo creo más bien que alguien te hizo el amor, no hablo de sexo, hablo
de hacer el amor de verdad, de esos encuentros donde las mujeres deciden volverse
putas. Tú eres el hombre que ama por horas. Eso dicen de mí y creo que tienen
mucha razón, ¿es mejor así, no? A que nos mate un loco celoso, pues sí. Los
celos, pensé un momento en los inocentes, en los destinados a dejar de creer en
el amor. Deja de pensar en ello, sabes que son invenciones con las que crecimos
buscando algo nunca hallado. Me agrada tu manera de dialogar y, me agrada tu
coraje para querer ser mía. ¿Crees que me derrotarás? Ya estás derrotada y eso
te excita, de todas maneras, usaremos como siempre, preservativo. Las 5
muchachas anteriores están dentro de la lista de mujeres que te odian. Es lo
usual, y también es usual que quieran volver a ser mías. No todo el tiempo te
van a decir sí. Es algo a lo cual ya me habitué. No estás fumando como me
comentaron. Fumaba demasiado antes y después de hacer el amor. Entonces,
¿dejaste el cigarro por nosotras? Nunca hice nada por ustedes, el dinero les
atrae bastante y por supuesto, un buen terapeuta sexual.
Te has inmunizado totalmente. Esbocé una
sonrisa severa. ¿Te refieres a que no hiedo?, eso fue hace muchas décadas atrás,
fui el capricho de una muchacha de 13 años que quiso destruirme. ¿Te refieres
al primer beso? Me desvestí mientras la contemplaba como una mujer a usar. Sí,
al primer beso. Es cierto, besé a más de 1,000 mujeres y, le he hecho el amor a
más de 700, creo que eso me hace inmune a todo, ¿no? ¿Hediste por mucho tiempo?
Lo necesario como para perder la razón y todos mis sueños. Entonces ya sabes de
la enfermedad de los besos, del por qué nosotras no besamos a nuestros
clientes. A mis 49 años recién lo sé. Cada mujer tiene sus propios virus y
bacterias, la muchacha que me besó, me contagió su peste cuando yo era
totalmente sano, alguien a quien le apestaba la ciudad y no olía a nada.
“Has perdido la fe, pero tu deseo de tener sexo
es superior al de cualquier varón”
Solo recuerdo que, en plena pandemia, ustedes
las mujeres se burlaban de nosotros los varones, diciendo que ya nos habíamos
olvidado de hacer el amor. Y te has olvidado de hacer el amor. Eso nunca se
olvida, solo me he multiplicado, cada mujer que poseo se enamora de mí. ¿Así
sea sexo pagado? Es un alto precio que corren ustedes, ¿no? Mas de esto nada de
culpa tengo yo, ustedes necesitan el dinero y yo placer. ¿Nunca venéreas? Estoy
como me ves y no huelo a nada, tengo el saber de los ginecólogos, puedo
retirarte la placenta de tu útero para que te baje la menstruación, mejor
dicho, soy el que desentrañó lo oculto de la regla. ¿Sabes que pocos pueden
escribir sobre ello? Lo hice, ¿hubo alguien que no haya querido hacerlo? Todos quisieron,
pero los casaron con mujeres que les dieron hijos que no son suyos. Eso ya lo
denuncié desde mis escritos y videos que fueron borrados, pero que alguien se
encargó de grabarlos para que permanezca como denuncia. Entonces eres el
vengador. No lo diré así, soy el que rompe esquemas, el inevitable, el que
tenía que cerrar la caja de pandora.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor
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Julio Mauricio Pacheco Polanco
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