EL ESCRITOR QUE ENTENDIÓ A DIOS

 

¿Si te muestro el mundo, qué mirarías?

Así, El Paraíso puede ser la mejor experiencia en existencia

O el infierno, un estar donde se debe luchar por alcanzar lo prometido

Hasta llegar a la paz que es dichosa

Ese conocimiento donde La Gran Obra comunica con el verdadero saber.

Si vi a las bestias espantadas huir de mí sin entender por qué

O en noches sin terminar, el ángel adversario me enseñara lo que se le obliga

Para conocer la maldad en toda su totalidad

Soberano en mis decisiones, el camino desconocido que ahora ha acabado

Recorrí sin esperanza alguna

Cuando exclamé que no quedó dios vivo alguno

Y en soledad sideral total con el coraje de los que forzosamente debemos ir más allá

Fue que en el camino encontré a mis maestros

Desde la locura y la falta de aliento

Hasta los goces arrebatados que se pretendieron quitarme si hablo de las mujeres

En esos años del tiempo pasado donde solo escuché lamentos e infamias

Cuando los prelados vendían sus vestimentas

Y toda creencia era vulnerada

Asolando el terror a la humanidad ante quien me erguí

Para exigir que El Bien perdure

Si es que todos debíamos morir

Y en mis privilegios arrebatados

Todo lo que es propio del infierno llegué a conocer

Para en este retorno sin que se me pueda silenciar

Más sabio y más libre de todo esté

Para solo rendir cuentas una vez más a Mi Señor

Si así fue mi cita con Él

Mientras todo era oscuro para todos

Y sepa a partir de ahora que solo ante Dios tengo compromisos

Y ninguna respuesta ante la humanidad.

 

©Julio Mauricio Pacheco Polanco

Escritor y Pensador Libre

Arequipa, Perú

 

 

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