LAS MANOS QUE VOLVIERON
A SER HUMANAS Y NO ANIMAL
Soñar el sueño que es
de todos
Escribir las palabras
olvidadas
Volver sobre la marcha
Hacerle el amor a una
muchacha
Y en pleno acto dar las
gracias,
Estar frente al Sol sin
tener ningún misterio ante La Gran Obra
Soñar con las muchachas
que llegarán
Sentir los momentos de
placer que nadie se los lleva
Prender un cigarrillo
mentolado y sonreír con mis recuerdos
Evocar las primaveras
del viejo tiempo
Ver el nuevo tiempo y
dar las gracias a Dios
-la muchacha me
preguntó hace casi 2 años por qué solo yo no temía la Ira de Dios-
Alcanzo a responderle
que soy fiel a lo mis maestros me enseñaron
Que en la guía del Gran
Mesías nada quedó en mí que no fuera explicado,
Contemplar el
majestuoso poder de la Luna
Quedar encantado por todo
lo bueno de esta existencia
Haber cambiado el
término de “vida” por “existencia”
Haber llegado a ser mi
ser
Disfrutar de una suave
melodía
Saber del valor de este
momento que es el ahora
Despreciar las
experiencias que intentaron hacer daño
Probar de mi agua de
manantial con sumo deleite
A la mesa estarán unas
presas de pollo doradas, arroz, papas y verduras
Unos huevos fritos y la
sensación que más pleno no puedo estar.
Las muchachas retomaron
su camino
Están buscando la
felicidad
Como en su momento lo
hice yo
Me recuesto por las
tardes en la cama
A veces lloro por todo
lo pasado
Por los que se fueron
sin que pueda explicarme la razón
Descanso en mis propios
pensamientos
Y solo veo muchachas
bellas a las cuales les hago el amor
Seducido por los
pensamientos más bellos, duermo, duerno
En la dicha de los
privilegiados, que entre lo pasado y lo que es el ahora
Mis oraciones van hacia
el cielo que nos han prometido a todos
Porque sé que si no
hemos aprendido a disfrutar de El Paraíso en este mundo
No sabremos disfrutarlo
cuando estemos en él, en el momento verdadero
Cuando toda pregunta
sea resuelta
Cuando sea el final del
Gran Camino.
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor y Pensador
Libre
Arequipa, Perú
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