Julio Mauricio Pacheco Polanco
¿Cuesta mucho aceptar quién se es? Y si en esa
búsqueda de nuestro ser, las personas se dan
cuenta que no hay nada, que hallan un universo
vacío interior que no puede resolver las
interminables preguntas que no han sido
resueltas porque nuestras sociedades educan a
las personas solo para hacer dinero, porque solo
podemos supervivir con el dinero.
Con qué se identifican las personas, ¿con un líder
político?, ¿una ideología?, ¿una religión?, ¿con su
mismo dios?
¿Por qué en Perú es normal hallar pacientes
psiquiátricos que no solo se identifican con Jesús,
sino, creen serlo? ¿Hay un camino más allá de la
personalidad legada por Jesús? ¿Hay algo más allá
del complejo mesiánico? ¿Sabemos cómo son los
psiquiátricos en Europa?, ¿sabemos si en vez de
identificarse, o creerse, sientan el llamado de ser
un Napoleón Bonaparte? ¿Cómo es la realidad de
otros pueblos o naciones donde tienen otros
referentes finales de la personalidad? ¿A qué le
llamo un referente final de la personalidad?, ¿no
es al final del desarrollo de una personalidad que
termina por enfrentarse con sus creencias? ¿Se
puede borrar de la consciencia el legado de los
profetas, El Mesías y, el Apocalipsis, en esta parte
del mundo donde hay catolicismo y cristianismo y
otras sectas derivadas del personaje Jesús?
¿Los nombres y apellidos con sus significados, son
destinos o cartas de presentación? Si se negara
todo credo, ¿los nombres y apellidos con sus
significados deben definir a la persona?
Si la persona tuviera en esta parte del mundo,
ascendencia de un país extranjero, digamos
oriental u occidental, en el desarrollo de su
personalidad, bajo creencias heredadas, al
momento de desarrollar su personalidad, ¿tendrá
que enfrentarse con referentes de la cultura de
sus antepasados para superarlos y afirmar su
propia esencia, personalidad o, auténtica forma
de ser?
¿Puede un peruano borrar de su consciencia, las
creencias de la Biblia con las cuales fue educado y
formado?, ¿puede un peruano afirmar su libre
forma de ser sin temer a que lo consideren un
anticristo?
Qué es el desarrollo de la personalidad si la
persona que halló sus propias palabras y visión del
mundo, de manera original, sin temer ser o existir,
si a esto le llamemos cosmogonía o, forma
particular de entender la realidad, encuentre un
enorme grupo de personas que piensan casi de
manera uniforme. Si a esto le llamamos desarrollo
de la personalidad, porqué en Perú, abundan en
los psiquiátricos pacientes que creen ser Jesús o,
creen estar poseídos por esta divinidad.
Qué palabras somos cuando las personas se
percatan, lo que experimentan, fue
experimentado por las personas de su sociedad
mucho tiempo antes.
¿Las palabras que usamos, de quiénes las
aprendimos?, ¿de un magisterio?, ¿de libros
recomendados o elegidos bajo condiciones
impuestas a elegir? ¿Un hombre libre puede
negar todo esto y afirmar que existe sin miedo a
la soledad de saber que nadie estará de acuerdo
con su manera de pensar o creer? ¿A qué teme
más el hombre, a ser libre, o a estar solo dentro
de un grupo social? ¿Alguien que alcanzó la
esencia de su existencia, puede encajar dentro de
un grupo social que vive bajo el sometimiento de
creencias de las cuales no pudo liberarse y vive
con el miedo a enfrentarse ante lo desconocido?
¿Lo desconocido para el ser humano es el
alcanzarse y llegar a ser uno mismo? ¿A eso se le
llama ser auténtico, original? ¿Hay otras palabras
que se remitan a otras vivencias desde donde
hallemos nuevas verdades que sean siempre
personales? ¿Por qué en un momento de la
historia la gente optó por el totalitarismo como
vía para convivir?, ¿Por qué dejaron en la
responsabilidad de una sola persona, las riendas
de una existencia que no pudieron solos afrontar?
¿Tanto le teme el ser humano a la existencia que
prefiere seguir creencias que lo conducirán a
psiquiátricos donde afirmen ser Jesús o la Virgen
María? ¿Existe el Diablo o Satanás, Lucifer y
demás demonios, o son creencias que han sido
impuestas a las personas desde que empezaron a
hablar? Y si alguien negara todas estas creencias,
¿tendría derecho a expresar su cosmogonía en un
contexto donde las personas dan por sentado
estas creencias y son base de su sociedad? ¿Está
el ser humano preparado para vivir sin estas
creencias? ¿Erradicarlas no sería quedarse sin una
cultura que es milenaria? Así es el terror de las
personas ante el espanto de hallarse ante la
carencia de respuestas que no pueden superar a
textos sagrados donde, profetas, patriarcas y
Mesías, se cree, lo dijeron todo y, enseñaron
todo, para poder vivir.
Ir más lejos de todo lo escrito es estar loco, es
tener esquizofrenia, es ser diferente, distinto y,
comunicarse con las demás personas con palabras
que están más allá de lo que ellas conozcan y les
cause temor. ¿Por qué temor?, ¿es que hay un
rechazo a lo original o auténtico?, ¿o quizás el
temor sea el saber que quienes decidieron
desarrollar su personalidad, terminaron en el
desquicio y pérdida de la fe del ser humano ante
este derecho de existir?
Los psiquiátricos están llenos de esos intentos
fallidos que solo desalientan a quienes van en
busca de su ser original. Allí la razón del por qué
se condene el pensar diferente o ser distinto, no
porque sea malo querer ser diferente o distinto,
es decir, tener el derecho a existir con una propia
cosmogonía, sino por saber que terminaron en
psiquiátricos, con pensamientos totalmente
incomprensibles, teniendo en consecuencia un
lenguaje incoherente que nadie entiende, que
bien a decir, solo ellos entienden y, a las personas
les da miedo entender.
No se condena la esquizofrenia en sí, se condena
el fracaso de no llegar a ser, a existir, de no lograr
el pleno desarrollo de la personalidad, si ése es el
óptimo generacional con el cual en cada
generación se trata de alcanzar la libertad de
pensamiento y consciencia.
¿Usamos las palabras de referentes intelectuales
para explicar hechos o vivencias? Si fuera el caso
que la persona negara toda creencia religiosa, si
fuera el caso que la persona se dejara guiar por el
pensamiento de algún intelectual, ¿no es ello el
permitir que se le vulnere la consciencia siendo
así que responda a sus circunstancias con las
palabras del intelectual que sigue para explicarse?
¿Tanto miedo tiene el ser humano a tener sus
propias palabras que le permitan sociabilizar con
las demás personas? ¿Se socializa en Perú o en
cualquier parte del mundo, o solo se experimenta
soledad por estos fracasos de no llegar a ser?
Supongamos, dos personas auténticas,
¿dialogarán?, ¿o querrán imponer sus maneras de
pensar o creencias originales? ¿Cómo sería una
sociedad en la que todos alcancen el desarrollo de
su personalidad donde se logre el existir, si ello
sea llamado también: individualismo? ¿La buena
fe va de la mano del individualismo? ¿Los que
lograron desarrollar su personalidad e ir donde
otros fracasaron, se aprovecharán de las demás
personas para imponer su pensamiento? La
historia nos dice que en los países donde se
impuso o quiso imponer el comunismo, no solo
fracasaron en el intento, sino, fueron sociedades
corrompidas por una postura totalitaria desde
donde una sola persona impuso su
individualismo. ¿El comunismo nace de un
individualismo?, ¿no es un solo individuo el que
da respuestas a toda una comunidad de manera
totalitaria para que sepan cómo existir? En el
registro de la historia, individuos que lograron
desarrollar su personalidad, rompieron todo
orden establecido para adueñarse del poder y
gobernar, después de todo tipo de gobierno y sus
fracasos, surgió la economía como ciencia para
pretender enseñar al ser humano a convivir y
existir. El dinero se convierte en la respuesta
necesaria para nuevos modelos de convivencia
social donde el ser humano debe trabajar para
aprender a ser feliz con lo que propongan los
modelos económicos. Pero se sucedieron dos
grandes guerras mundiales y la deshumanización
total de las personas. ¿Qué son los Derechos
Humanos y cómo se les debe interpretar?, ¿son
escuchados para todas las personas?, ¿qué es La
Ley y la justicia dentro de lo propuesto por la
economía si siendo el dinero la base para esta
nueva sociedad, compra todo, desde consciencias
hasta favores de La ley?
Nadie ha podido resolver esto desde que el
hombre descubrió una forma de pago a cambio de
labores, favores, mercancías o deberes. ¿Pudo
Jesús ir más lejos?, o sentenció en su fracaso
milenario: “Dadle al César lo que es del César, y a
Dios, lo que es de Dios”.
Todas las revoluciones han fracasado en esto.
Todas las ideologías han terminado en posturas
severas ante el dinero, al cual algunos denominan
como el capital. Qué posturas asumir, ¿la de los
monjes tibetanos?, ¿el estilo de vida de los
hindúes en su pobreza e ignorancia?, ¿el de
monjes que guardan silencio y viven encerrados
en abadías alejadas de la sociedad? O vivir aislado
del mundo, sin comunicación con nadie, entre
desiertos, montañas o a donde fuera posible
llegar. Así son los extremos de la personalidad
donde existir implique obligadamente tener que
enfrentarse a estas condiciones de vida. No
vivimos aislados del mundo, vivimos en sociedad
con leyes, querámoslo o no y, donde fuéramos,
hay tradiciones y costumbres que deben ser
respetadas, así no nos agraden. ¿Ir en contra de
todo esto es condenable? La respuesta es sí, es
condenable como locura, si la persona que quiera
proponer algo nuevo fracase y termine en el
desquicio, en un psiquiátrico, con el diagnóstico
de loco.
Se preguntará mi lector, por qué solo expongo
interrogantes que para muchos pueden ser
conocidas, porque el ser humano tiene la virtud
de hacerse interrogantes desde que tiene uso de
razón, si el niño desde que empieza a cuestionar,
está empezando a desarrollar el uso de la razón,
por algo que es intrínseco, inherente o propio al
ser humano, el querer saber el porqué de todo.
Tenemos consciencia del fracaso de estas
interrogantes al no poder ser resueltas, si el
fracaso más importante no sea que éstas sean
formuladas por cada uno de nosotros, a todo lo
largo del tiempo, sino que la interrogante más
importante que debe ser resuelta es: ¿para qué
estamos aquí?, ¿solo para hacernos estas
interrogantes y transcurrir en este mundo sin
saber por qué razón vinimos aquí? El rechazo a los
libros o la lectura de éstos, es porque nos
despiertan más interrogantes, dentro de la
tragedia experimentada por quienes los
escribieron, por qué pues el arte debería
invitarnos a la tristeza o desesperanza, ¿nadie fue
más allá de lo desconocido para afirmar un
testimonio que nos enamore de lo que pretenden
enseñarnos los libros: la sabiduría? Quién tiene
todas las respuestas para responderle a un niño
cuando interroga sobre todo lo que está en su
alrededor. La respuesta es: nadie. Por ello es
necesario tener un Dios porque en los legados de
los iluminados, están las respuestas que los
padres de familia no pudieron resolver antes de
asumir el reto de traer hijos a este mundo. El ser
humano está destinado a hallarse. El dilema es
cuando uno está ante esta inevitable experiencia
y se da cuenta que no puede enfrentarse al
imposible conglomerado de preguntas que
abarcan todo el universo cuestionado. Si es
inevitable Dios como la religión, como principios
a partir de los cuales, se responda nuestro estar
aquí, será inevitable la experiencia de la
esquizofrenia, es decir, la lucha de reclamar el
derecho a vencer la imposición que Jesús o Alá, o
El Mesías esperado por los judíos, se dé como
experiencia mística en el seno de las culturas
mencionadas. Existir es reclamar el derecho a ser
original y, esto implica tener un soporte
emocional desde donde se pueda aprender a
experimentar la existencia sin la necesidad de
tener todas las preguntas necesarias resueltas o,
sin dios, hasta en los momentos más difíciles que
a todos nos toca experimentar. Cuando llegan las
experiencias trágicas, es cuando percatamos que
necesitamos orar o tener un punto de apoyo para
seguir bregando por nuestras vidas, estas
exclamaciones son espontáneas y claman por el
Dios propio de cada cultura. Y estas
exclamaciones son inherentes, inmanentes,
porque en el extremo de la vivencia, exclamamos
la necesidad de un Dios, creo, esa es la
fundamental pregunta, ¿por qué estas
exclamaciones son intrínsecas al ser humano?,
¿será que desde niños relacionamos lo más fuerte
con la idea de Dios?, ¿es el asombro ante el
inexplicable universo que ante la experiencia
extrema, reconozcamos a Dios o su idea, como lo
más fuerte, para no sentirnos desamparados o
absurdos?, ¿a esas preguntas inevitables y sin
respuestas le llamamos: Dios?, ¿tan vulnerable
son nuestras consciencias desde niños que nos
convencemos de esta idea?, ya que son
exclamaciones inevitables, porque somos pocas
las personas que hemos ido más allá de estas
experiencias extremas donde nos hemos sentido
totalmente solos en el universo, sin haber perdido
la razón y, lo más importante: la esperanza en un
mundo mejor. Éste es el duro trance que la
esquizofrenia no puede resolver, si la persona sea
sensible y entienda que el dolor ajeno como
propio nos es común a todos y que no estamos
aislados, tenemos el entendimiento que nos
permite ir más lejos de los impulsos animales,
propios de tiempos ancestrales, donde los seres
humanos o humanos en ciernes, se dieron cuenta
que las leyes son necesarias y que, viviendo en
comunidad, es la única forma mediante la cual
podamos sobrevivir. El ser humano tiene algo
notable: el instinto de supervivencia, instinto que
se desarrolla con el transcurrir de la historia que,
curiosamente en el desarrollo de la personalidad,
cuando el individuo que ha logrado desarrollar el
potencial de su inteligencia, se desentiende de su
comunidad para hacer uso de ésta a su
conveniencia, surgiendo los tiranos, los
autócratas, dictadores, guías espirituales o de
propias sectas o, aquellos que dominan las
economías mundiales y percatan, no se puede
educar a las personas para que aprendan a ser
libres, si así han de renunciar por el bien de su
salud mental a ser Mesías o esquizofrénicos. La
frialdad de los amos del mundo parte del
convencimiento que todas las consciencias
pueden ser compradas o vendidas, que la
corrupción es un mal también inherente al ser
humano y es capaz de hechos repudiables y
condenables, si esto interrogue a las personas si
todos seamos homo sapiens, es decir: hombres
sabios, si la sabiduría se caracteriza por discernir
entre lo que es bueno o malo para uno y las demás
personas, dentro de un contexto social. La
competitividad no es una invención reciente, es
diferente el haber tomado consciencia que, sin
ésta, no se puede supervivir. No nos queda otra
opción que ser más fuertes de lo que creamos ser,
las circunstancias nos hacen desarrollar esta
postura ante la existencia, así pocos seamos
abnegados y solidarios, así los que llegaron a
darse cuenta que podían fácilmente tomar el
poder de manera sencilla o de facto, lo hayan
hecho sin culpa alguna, al entender que: o eran
los demás, o uno, ¿tiene mucho que ver esta
anormalidad del instinto de supervivencia donde
el más fuerte oprima a los demás por haber
evitado ser oprimido? Percatarse que todos
estamos solos y llegado el momento, la soledad
será tan intensa que deberá apelarse a reacciones
extremas donde es uno o los demás, es algo
natural e inevitable, como es así la historia del ser
humano y todo lo que registra entre
florecimientos de imperios que desaparecieron
por el surgimiento de otros, siempre por el hecho
de supervivir, por circunstancias no elegidas
donde las guerras no se pudieron evitar, mucho
menos la muerte de gente inocente que fue
obligada a pelear, para defenderse contra quienes
también ciegamente creyeron defenderse.
Hemos querido reorientar esa agresividad hacia la
conquista del espacio, pero seguimos fracasando
sin saber qué hay con exactitud más allá de este
mundo o, por qué no podemos conquistar otros
mundos fuera de éste para no hacernos daño
entre nosotros. Una humanidad unida bajo la
causa de orientar su agresividad innata hacia la
conquista de otros mundos está dentro de la
lúcida visión de quienes entienden nuestra forma
de ser, pero seguimos fracasando, dentro de
multitudes solitarias donde todos se sienten
solos, inclusive dentro de sus senos familiares, en
los que está presente la desconfianza e
inseguridad. Una humanidad contemplada de
esta manera puede ser tomada de facto y
fácilmente gobernada, porque los rebeldes a todo
orden establecido no tienen todas las respuestas
que propone la religión, desde sus mandamientos
a la prédica de sus profetas o Mesías, porque
dentro de la negación de la ciencia a la existencia
de Dios o un ser superior, su indiferencia al ser
humano se revela en sus aportes usados en las
grandes guerras, donde su postura servil entrega
sus alcances o aportes al gran mercado de las
guerras, ¿egoísmo o anhelo de riquezas? ¿Qué
móviles puede tener alguien que desea tener el
control del dinero?, ¿las mejores mujeres que se
prostituyen?, ¿adicción a fuertes drogas?,
¿acceso a los prodigios de la medicina?, o el
respeto para no ser atropellado por esas
multitudes solitarias que se desbocan de manera
incontrolable, desplegando el lado animal donde
reina el caos, la anarquía, el desorden que
desencadena en confusión, terror y, en el peor de
los casos: oscurantismo, donde todo termina
dándose por perdido ante la ausencia de líderes
que estén a la altura de circunstancias donde el
ser humano esté a punto de autodestruirse como
ocurrió en las grandes guerras mundiales.
¿Meditar sobre los millones de muertos y
ciudades destruidas para no volver a cometer
errores espantosos? Somos los seres humanos,
creaturas de aprendizaje generacional, todo
empieza de nuevo con cada generación, todos
vuelven tras los mismos errores cometidos por
otros personajes del pasado, tomamos
consciencia que lo pensado, ya fue pensado hace
siglos, lo descubierto en reflexiones, ya fue
descubierto mucho tiempo atrás, que los miedos
y temores siguen siendo los mismos que los
tenidos hace centurias y, todo empieza de nuevo
con cada generación que aprenderá a usar las
palabras vividas no por consejo de un hombre u
hombres sabios, sino, en base a sus propias
experiencias y, si tuvieran oportunidad de
estudiar todos los libros que nos dejaron en
legado los hombres más ilustrados,
encontraremos reflexiones nuestras que
permanecen en el tiempo, como si solo
estuviéramos destinados a pensar sobre ello, muy
al hecho de que en cada generación se haya
logrado ir más allá de lo desconocido, dentro de
todos los cambios constantes que ocurren en
nuestros modelos de convivencia, porque puedo
percatarme, sea el modelo social que se aplique,
en el acceso a la lucidez donde nos observamos
qué somos, hay preguntas que se mantienen
desde que estamos aquí, sino sabemos cuándo
ocurrió eso, el que aparezcamos en este mundo o,
hayamos tenido consciencia de una consciencia
donde se discierna entre lo que es bueno o malo
para proponer leyes necesarias con el objetivo de
poder coexistir bajo los ideales de paz,
tranquilidad y bienestar, si dentro de estos
ideales, guerras tras guerras evidencian nuestros
fracasos, reitero, generacionales, porque no
existen culturas milenarias con hombres sabios
milenarios que hayan alcanzado ese grado de
madurez desde donde estos ideales sean
aplicables desde el aprendizaje y experiencia,
tenemos cortas duraciones de vida y, en la
descendencia, el ser humano de manera
inevitable vuelve a cometer los mismos errores de
sus antepasados. Pareciera que para los amos del
mundo, en su entendimiento, el ser humano está
programado para tener una sola forma de ser,
que somos demasiado predecibles y fáciles de
dominar, si la soledad de ellos se base
precisamente en un uso del poder odiado y
rechazado por toda la humanidad, siendo una
soledad donde se enfrentan contra todos,
contentándoles con la satisfacción de
necesidades, la mayoría de veces impuestas para
mercados que cambian constantemente, ante los
cuales nada puede hacer la humanidad, si es que
nunca logrará estar unida, no porque estemos
divididos, sino por nuestro propio instinto de
supervivencia que nos convierte en una especie
territorial que está siempre en plena lucha contra
todos, si así es con cada uno de nosotros, en un
estar todos contra todos, una soledad tan
constante que solo expresa su unión en el odio a
quienes nos gobiernan o dominan, nada más,
porque este instinto de supervivencia
paradójicamente es el que más nos desune y aísla
dentro de esa gran humanidad solitaria donde
domina la desconfianza, el miedo e inseguridades
que son generacionales.
Las preguntas no resueltas a los niños explican
bien el desamparo en el que siempre hemos
estado, si todos fuimos niños y percatamos
nuestra impotencia de no poder haber alcanzado
las respuestas a las preguntas fundamentales. En
el engaño y las nefastas influencias, aparecen
guías, maestros o líderes que fungen tener
respuestas a crisis desde donde el ser humano no
soporta el saber que fracasa en su intento de
querer entenderse para explicar el porqué de sus
conductas o reacciones. Si el humanismo es un
trance generacional entendido desde una
consciencia despierta, no el aporte de una época
de nuestra historia. ¿Somos entonces animales
con consciencia de serlos, con la salvedad que
hablamos? Observamos los ojos de las bestias u
otros animales y hallamos en algunos
sentimientos, eso llamado alma y, notamos que
pueden ser domesticables, que entienden
nuestras palabras, pero no pueden hablar y sus
características les impiden hacer los logros
propios de nosotros.
Las exclamaciones son espontáneas cuando
pasamos por una experiencia extrema, pero
cuando se ha vivido una catástrofe o calamidad,
una guerra mundial o una pandemia, donde el ser
humano ha clamado y clamado y no ha sido
escuchado, ¿qué precede a esta experiencia?,
porque estas experiencias fueron comunes a
muchas generaciones a lo largo de nuestra
historia universal, ¿el descreimiento en dioses
que ya no escuchan?, ¿el creer en otros dioses
que surgen como lo ha registrado la historia ante
la caída de imperios para que surjan otros? Si
nuestra capacidad de tener consciencia es
generacional y pareciera que en realidad a lo que
tenemos fe es a una idea y no a una divinidad,
porque esta idea se mantiene a lo largo del
tiempo. Con tantas guerras y tragedias globales,
el ser humano ya habría descreído de la idea de
un dios protector, sin embargo, no es así. Puede
argumentarse que se adoctrina o dogmatiza a las
personas desde niños, pero en todas las culturas
o civilizaciones siempre se rindió culto y adoró a
un dios o dioses, pese a todo lo que nos ha
ocurrido, siendo la pregunta exacta: ¿el ser
humano de manera inherente lleva dentro de sí la
creencia en la idea de un Dios? Porque al
contemplar el alrededor, sabemos que no es
casual el que tengamos consciencia de todo lo
que observamos y querremos saber la naturaleza
de lo observado, esto es innato en nosotros los
humanos y así hemos avanzado hasta donde
hemos llegado, dentro de la característica más
notable que tenemos, en diferencia de las bestias
o demás animales. ¿Que podemos transformarlo
todo para nuestro bien o nuestro mal?, sí,
podemos hacer eso sin el menor escrúpulo, y eso
es lo que más nos extraña de nosotros mismos, el
por qué hacemos estas cosas, porque dentro de
todo lo inexplicable en nuestra naturaleza es que
pensamos, bien o mal y, es en base a nuestros
pensamientos todo lo que hemos propuesto para
el mundo. A los alcances más notables y
favorables le llamamos: razón o lucidez, a los
problemas resueltos que tuvimos que arrastrar
por siglos sin poder ser explicados, se le llamó
genialidad y, a la inspiración, se le ha llamado sin
equivocación, el trance donde hemos sido
poseídos por una claridad desde donde se ha visto
todo el panorama con precisión, dentro de un
universo de pensamientos a los cuales se les
llama: voces, que en el embrutecimiento llegan a
dominar nuestros pensamientos, siendo esto una
característica de la locura, cuando aún no se ha
revelado que esas voces que pueden aparecer en
nuestra mente y se deban al mal funcionamiento
del cerebro, si en esto coincida con quienes
afirmaron que somos bioquímica, o somos lo que
consumimos. ¿La ciencia ha alcanzado entonces
alguna droga para tener una visión sana de la
realidad desde donde convivamos en paz y
disfrutemos de la felicidad? Al parecer aún no,
¿porque cada organismo es distinto y no
reacciona de igual manera ante drogas legales
alcanzadas por la salud mental?, ¿tan duro es
nuestro fracaso?, porque de haberlo logrado la
ciencia, reconoceríamos que el paraíso está aquí,
donde vivimos, sin importarnos el hecho que nos
llegue la muerte de manera inevitable cuando
ésta tenga que sucederse.
Y si el paraíso está aquí y no podemos disfrutarlo,
es porque nadie sabe la fórmula exacta para
enseñarnos a ser felices si algunas personas en su
momento creyeron que el amor era la base
fundamental para conocer la felicidad, sin
embargo todos sabemos que no es así, que para
los más escépticos, el amor es solo un proceso
hormonal cuyo fin es la reproducción de la
especie, si así defina al pensamiento del ser
humano: una consecuencia de las hormonas que
altera nuestra visión de la realidad y, esto es
bioquímica. Los pacientes que llevan tratamientos
psiquiátricos y que son medicados, son
conscientes de este fenómeno no explicado del
pensamiento o razón humana. Con el sexo
continuo, la visión y experimentación de la
existencia es agradable, el vigor es notable, lo cual
evidencia fortaleza tanto para el varón y la mujer,
fortaleza necesaria para la procreación. Acabada
esta fase de la experiencia, las personas vuelven a
un estado natural desde donde con nada se
contentan y vuelven a sentir insatisfacción para
con la existencia. Es el sexo la mejor evasión ante
las interrogantes y lo propio de la filosofía si, la
filosofía es rechazada por ser peligrosa al ser el
germen de las ideas y, éstas alteran el orden de
un entorno. Un hombre o una mujer sin sexo, se
convierte en una persona peligrosa para la
sociedad, cuestionando todo y hallando verdades
donde se imponen mentiras por el bien de un
orden establecido que percatan: no responde a
todo lo que el que filosofa exige sea resuelto. Por
ejemplo: un varón sin sexo puede llegar a creer
que el hombre nunca llegó a la luna y, un varón
con sexo continuo desestima la importancia de
este cuestionamiento por segregar hormonas que
le cambian su cosmovisión, si el sexo da alegría y
felicidad, siendo por ello que se pensó alguna vez
que el sexo era la respuesta para salvar a la
humanidad, siendo fallido como todos sabemos
porque mediante el sexo se pueden contraer
enfermedades del amor o, hijos no deseados que
alterarán el curso de la vida de las personas para
siempre, inclusive si se recurriera al aborto. La
promiscuidad en el varón como en la mujer deriva
en el exceso de testosterona, progesterona y
estrógenos según sea el caso y termina en el
desmedido apetito por los goces de la carne,
desvirtuando lo que bien fue una evasión para ser
felices dentro de este mundo en el que vivimos. El
final de las relaciones de pareja termina en una
descompensación donde abruptamente el
organismo del ser humano que estuvo
acostumbrado a segregar grandes cantidades de
las hormonas mencionadas provocan shocks a los
cuales se les llama desamor, donde se padece a
un organismo que necesita de sexo y ya no lo
tiene como continuamente lo tuvo, ante lo cual
precede un desquicio que pocas personas han
logrado superar, si a esto se le llame amor,
provocador de vidas destruidas porque hasta para
el amor se llega con principios de interpretación
de realidades diferentes, sean costumbres,
tradiciones o formas de ser, si la atracción entre
sexos opuestos se base en preferencias singulares
difíciles de entender, donde ambas partes están
convencidas que mejorarán como personas si el
término preciso sea cambiar para bien, en una
relación que deba ser estable hasta que la muerte
intervenga, lo cual no se da ni se dio a lo largo de
la historia, porque cuando se acaba la pasión
entre un varón y una mujer, la convivencia se hace
insoportable y sean los hijos, si se tuvieran, los
que les una, más allá del vínculo llamado amor
que, se le evoca con nostalgia en una convivencia
donde el odio y la repulsión tenga que
manifestarse tarde o temprano, si las condiciones
ideales sean tener la economía resuelta, buena
salud y, un círculo sociable donde se puedan
apoyar para crecer dentro de sociedad. Pero esto
es ideal, el mundo no es así, los privilegiados en
este mundo son muy pocos si, el traer hijos a este
mundo para los privilegiados sea una bendición y,
para los pobres todo lo contrario: una terrible
condena como maldición, desvirtuándose la
visión optimista que este mundo es el paraíso.
Porque en nombre del amor muchas parejas se
fueron a vivir su amor en la punta de un cerro,
bajo condiciones muy precarias, para seguir
disfrutando de los goces de la carne que los
evadió de todo lo insoportable que pueda haber
en este mundo, para luego en su convencimiento
de ser muy fuertes, decidan tener hijos en
contextos donde solo hay pobreza e hijos que
probablemente crezcan con resentimientos y
posturas revolucionarias, ante un sistema donde
verán a otros felices, cuestionándose por qué
ellos no tienen esos privilegios.
Pero, qué significa Dios, en términos hebreos. Los
textos sagrados dicen que se presentó a Moisés,
patriarca bíblico, como: Yo soy el que soy, si Dios
en su verdadero nombre signifique: el que es, el
que existe, el que llega a ser, siendo esto la base
para entender la esquizofrenia o la no entendida
aún experiencia del Yo, y su vínculo estrecho con
el verbo o las palabras que usamos para
definirnos como personas dentro de este mundo
si el óptimo es llegar a ser o existir, y darse con la
sorpresa que eso solo es propio de Dios, siendo
inclusive el pronombre personal en primera
persona: Yo, no de la humanidad en su totalidad,
sino solo de Dios, si en su afirmación añada
además: soy, del verbo ser, si el verbo es la acción
propia del sujeto. El predicado en nuestra habla
desde un pronombre personal en primera
persona es acuñado y reservado solo para Dios.
Tener consciencia del Yo es tener consciencia que
no somos nosotros quienes nos representamos,
que el Yo solo pertenece a Dios y, para las mentes
débiles esto es motivo de desquicio en el
momento lúcido de su entendimiento. A esto se
le llama: la experiencia del Yo, difícil trance de
superar, impactante como un severo hallazgo
donde se comprende que las palabras que
usamos definen nuestra alma o visión de la
realidad, y que nuestra alma busca todas las
palabras posibles para entenderse y comunicarse,
marcando límites en nuestro entendimiento,
inclusive para los eruditos que, conocedores de
todas las palabras, no logran explicar al ser
humano en su situación de ser pensante que no
se entiende y padece por ello. Querer expresar un
sentimiento que no logra ser comunicado con
palabras, es la peor de las torturas que los
especialistas en salud mental no resuelven hasta
ahora si, las experiencias no son iguales para
todos a pesar que se conviva en una misma
sociedad y, es en base a estas experiencias que las
personas definan sus propias palabras,
destruyendo todo intento de comunicación,
siendo en el mejor de los casos un privilegio para
los intelectuales en la aproximación a lo que se
dice en un diálogo cuando se conquistó la
comunicación que alcanzó el entendimiento entre
un grupo de personas.
La realidad es que aquí se impone no la verdad,
sino la voluntad del más fuerte, así este no tenga
la razón y, ante ello, nada se puede hacer, cuando
uno se encuentra con alguien que tiene más
moral y aplomo e impone sus propias reglas muy
a la disconformidad de las mayorías que las
acatan a pesar que el que las impone no tiene la
razón, pero las impone por el miedo que de
manera de facto ejerce sobre un grupo social o el
mundo mismo inclusive. Visto de esta manera, los
más fuertes crean leyes para los demás, leyes que
ellos no cumplen, pero exigen, los demás las
cumplan. Esto es lo que somos, seres dominados
por seres más fuertes que padecen de la misma
circunstancia, ser dominados por alguien más
fuerte en base al miedo y si es posible, el terror.
¿Se heredan estas cualidades?, diré que sí, esto
está en los genes, siendo por ello que las mujeres
se inclinen a preferir hombres al momento de
querer procrearse que ostenten este tipo de
poder, así carezcan de un nivel desarrollado de
intelectualidad, si estos sean privilegios para
personas dotadas de un instinto de supervivencia
muy desarrollado donde entienden, solo los más
fuertes superviven, porque los eruditos a mi
entender, abrazan causas impuestas por sus
estudios donde lo menos que desean es perder el
tiempo criando hijos que los aleje del estudio.
¿Selección natural de la especie?, ¿o la garantía
que hijos sanos, fuertes, supervivan en un mundo
difícil, sin importarles a las mujeres que sean
éstos brutos o zopencos?, porque un bruto o
zopenco, cuando alcance la consciencia de su ser,
no imposible, tendrá intelecto. Porque en un
mundo corrupto, alguien sabrá cómo hallar la
manera de hacer dinero fácil, sin importarle su
sumisión con quien sea, así sea al costo de tener
que ir a prisión para que cuando recuperen su
libertad, sean expertos delincuentes que expertos
en el arte de hacer dinero ilegal, gocen de una
vida llena de comodidades donde las mujeres
puedan darse el lujo de disfrutar de la existencia.
Y en esto no cabe la moral ni la ética. Un mundo
así por tanto no consiente a las personas buenas
y honestas, honradas, personas que quieren
hacer bien las cosas que ignoran cómo están
dadas las reglas del juego aquí y en cualquier
parte del orbe. Por lo escrito: ¿importa el ser
bueno o malo? Creo que eso es una decisión
personal, dentro de lo duro que puede ser un día
para cualquier ser humano, sin distinción alguna.
Más adelante escribiré sobre la vulneración de
consciencia en relación al sexo, el cómo éstas
influyen en la identidad sexual, ya que he escrito
sobre el placer y el amor, o la búsqueda del amor,
si el ejemplo emblemático sobre el amor en esta
parte del mundo es Jesús y este libro trata
precisamente sobre la esquizofrenia que no
elegimos, algo no entendido ni comprendido y
que la medicina intenta tratar con psicofármacos
que pocas veces tiene éxito en pacientes que sean
estables y sean libres de elegir la paz y felicidad, si
estas elecciones se sujetan a una realidad donde
se depende del dinero, en un modelo de
convivencia socio-económico donde las personas
sienten que pierden su vida en el trabajo, sea
desde la salud a la frustración de no haber
alcanzado su ser, sino queremos pasar por este
mundo como seres humanos anónimos que no
seremos recordados por la historia, en el término
impuesto de la trascendencia, si es que se nos han
impuesto muchas otras misiones desde que el
hombre aprendió a aprender, en el uso de una
razón vulnerada por creencias que forjaron
fuertes convicciones que bien pueden ser
consideradas como enajenación, si la enajenación
es perder la personalidad de uno, para que dentro
de sus pensamientos exista la razón de la
inteligencia de algún referente del pasado, como
fórmula para enfrentar y resolver su vida o al
mundo, si fuera un líder con responsabilidades
mayores, porque cuando los pacientes
psiquiátricos y las personas no diagnosticadas,
confiesan escuchar una voz o voces en su mente,
esto no significa que la persona esté poseída por
demonios o malos espíritus si, hemos llegado a
tomar consciencia que estas voces siempre han
existido y existirán en todas las personas, de
manera consciente o inconsciente, desde una
memoria que tiene las mismas características,
desde la que estas memorias se manifiestan a
través de voces que son parte de nuestro
aprendizaje, y afloran o aparecen en nuestros
pensamientos de manera notable y dañina, en los
estados de confusión, donde se pierde el dominio
de los pensamientos y, se manifieste una
descompensación en el cerebro de las personas,
donde su mal funcionamiento haga que la
memoria prevalezca sobre la lucidez, si el objetivo
de los psicofármacos es ayudar al buen
funcionamiento de las sinapsis entre neuronas,
pudiendo con la ayuda de tratamientos, ejercer el
dominio de lo que se desee visualizar o pensar,
como sucede de manera adictiva con las drogas
alucinógenas donde se pareciera entrar a otra
dimensión, donde los sentidos exploran otras
realidades, como evasión a experiencias
intolerables donde no se soporta la realidad en la
que estamos todos. Un cerebro donde las sinapsis
en vez de ayudar a la persona a ejercer un
dominio sobre su consciencia, despierten la
memoria, repercute en recuerdos donde la
información de vida acumulada en cada neurona,
vuelva a manifestarse, con voces que desde el
inconsciente se escuchan y atormentan a los que
padecen esquizofrenia, desde la confusión donde
se ha perdido toda objetividad o capacidad de
lucidez para ver con claridad la realidad o a uno
mismo. Las lobotomías fueron prácticas usadas en
el siglo XX para borrar del cerebro esa memoria
que hacía daño a los pacientes que padecieron de
perturbaciones mentales; en tiempos pasados se
creyó que estaban endemoniados o poseídos; sin
que sea necesariamente uno erudito, estas
memorias afloran o aparecen en la mente, en los
pensamientos, donde sin haberse tomado
personalmente consciencia de este hecho, se
empieza a dialogar uno mismo con esas voces
dentro de la mente, en el deterioro del cerebro,
hasta dejar de pensar en primera persona, para
dejar de tener esta facultad y ser un cúmulo de
voces donde la imaginación que es propia del ser
humano y fue como es necesaria para crear todo
con lo que contamos, sean desde las ciencias,
artes y tecnologías, en lo que bien se llame, una
enfermedad mental, la imaginación se desarrolle
de manera dañina y domine con esas voces a la
persona, si fuera el caso de las neuronas donde se
almacenó el estudio y el intento de comprender
los misterios de dios o Jesús o en el peor de los
casos del diablo, todo siempre dentro de una
imaginación que puede ser corregida con drogas
legales, si afirmé párrafos anteriores que somos
bioquímica, y una bioquímica enferma solo puede
degenerar en una mente enferma que hace sufrir
a la persona que padece esa descompensación
que hay en su cerebro.
Porque la imaginación dentro de nuestra mente
no solo es visual, también es verbal, dentro de lo
que bien llamamos: creatividad.
Así, con un cerebro en deterioro, donde la
imaginación y creatividad muy desarrolladas
terminan por hacer daño al ser humano,
desplazando la voz personal en primera persona
del individuo por muchas voces, dentro del estado
de confusión, embrutecimiento, que en realidad
es una suma de malas sinapsis entre neuronas,
hará que la voz de Jesús domine los pensamientos
del sujeto que ha perdido su propia prédica, para
ceder a la prédica de Jesús, en lo que bien
llamamos: inteligencias vivientes, si deba ser claro
en esto: las personas mueren, pero si
trascendieron en la historia, dejaron su legado no
necesariamente en los libros que no se leyeron,
sino en el saber popular donde la gente ignora,
usa palabras o frases o filosofías para cohabitar
entre unos y otros que, son la repetición de
quienes en otros tiempos que pueden ser
ancestrales, marcaron épocas, quedándose para
siempre en los diálogos cotidianos de personas,
sean cuales fueran su condición social o contexto.
Las personas ignoran que dialogan usando frases
que otras personas antes ya las dijeron y, en el
caso de la enajenación o haber cedido al legado
de Jesús y sus enseñanzas, como inteligencia
viviente, si entienda que eso es lo único que
trasciende al tiempo, cedan a la inteligencia
viviente por ejemplo de Jesús y, usen sus palabras
o enseñanzas al momento de estar dentro de la
realidad, lo cual es una forma de esquizofrenia en
este lado del mundo, donde la persona ha perdido
su propia inteligencia para que en su fuero
interior, aparezca la inteligencia viviente de un
personaje del pasado, lo que bien llamados
legado o aportes para el pensamiento y búsqueda
de respuestas ante la vida misma. Un paciente
psiquiátrico que haya perdido su propia
inteligencia o ser y haya cedido ésta a una
inteligencia viviente como en el caso de la dejada
por Jesús, es alguien que ha sido vulnerado en su
consciencia y ha perdido su propio ser, un ser fácil
de formar desde la niñez de manera generacional,
si esto ocurra de manera diferente en otras
regiones con distintas creencias, tradiciones y
costumbres. Los personajes que trascendieron a
al tiempo y están registrados en la historia
universal que conocemos, dejaron hechos
influyentes que son seguidos, como verbos o
predicados que se manifiestan en el habla y razón
de los que han perdido su identidad o ser, son
expresados en los psiquiátricos o sanatorios
mentales, sin que se pueda entender el fenómeno
de la esquizofrenia, siendo un fenómeno o
misterio que no pudo entenderse y se evidencia
en el haber superado los límites de lo que somos
capaces como seres humanos, ocasionando un
deterioro del cerebro a lo que se llamó demencia,
cuando además de saber que no podemos
resolver interrogantes fundamentales propios de
la filosofía, en el día a día, las personas padecen
desgastes emocionales, cada quien desde donde
esté, sea con responsabilidades mayores o
existencias con mínimos esfuerzos.
¿Podemos borrar de nosotros la manera de
interpretar la existencia, como principios de
entendimiento para con la vida, basadas en las
inteligencias vivientes como por ejemplo la de
Jesús, de nuestra historia?, la respuesta es no,
Jesús en esta parte del mundo es cultural, forma
parte de nuestra interpretación de ese todo
llamado universo y que explica el qué hacemos
aquí. Todo intento revolucionario de haber
querido reescribir la historia, borrar de golpe todo
vínculo con el pasado y, haber querido empezar
un modelo de convivencia social desde cero o un
inicio inventado como nuevo, ha enfrentado a los
patriarcas o líderes revolucionarios al mismo
dilema: si borro el legado o las inteligencias
vivientes culturales contra las cuales me he
rebelado para que mi pueblo sea libre, qué
respuestas dejaré donde ya nada queda, si me sé
un ser humano que inevitablemente, al querer
entregar nuevas sabidurías, sin quererlo, esté
convirtiéndome en otro Cristo, si entienda, estos
fueran los razonamientos de quienes quemaron
libros he intentaron rehacer la historia con
nuevos magisterios, incluyendo en esto, la
desaparición de las inteligencias vivientes que
serán vueltas a hallar cuando un integrante de su
comunidad descubra en otras latitudes, lo que fue
prohibido por haber causado mucho daño donde
vive. Decir que una idea hace pensar, es decir que
las neuronas empiezan a reaccionar y a crear e
imaginar, si dentro del desarrollo de la
imaginación y creatividad, el cerebro sea sensible
ante nuevas visiones del mundo, si haya un
estrecho vínculo entre la palabra y las neuronas
por contar con el don del verbo y, esta es nuestra
notable característica como seres humanos,
reitero, esto es inherente o propio del ser
humano, imaginar y crear y, todo lo que nos rodea
es consecuencia de estas facultades psíquicas que
van también en perjuicio de los seres humanos.
Eliminar las facultades psíquicas con tratamientos
donde se anulen las cualidades imaginativas o
creativas, es ir en contra de lo que somos como
seres pensantes que, para supervivir, dentro del
instinto de supervivencia, necesite de estas
facultades o cualidades para seguir aquí, extirpar
la sede de éstas del cerebro o anularlas con
fuertes drogas enervantes solo nos conducirá a la
desaparición de nosotros en este mundo. Si deba
expresar esto con más claridad, las drogas legales
permiten que las personas puedan tener mejores
condiciones para dominar sus pensamientos y
solo exista su voz personal dentro de su mente y
no, las voces de inteligencias vivientes que cobran
vida como definido está y anulan al ser original,
auténtico, el que debe ser o existir con su propia
visión de la realidad dentro de los necesarios
aportes de cada quien, si fuera posible, para la
sana convivencia. Pero, ¿puede alguien ser
original o puro en su originalidad sin tener que
recurrir a psicofármacos? La respuesta podría ser
no, en civilizaciones precolombinas, creyeron
que, al hacer trepanaciones craneanas, donde se
colocaban dentro del cráneo, planchas de oro o
plata, para curar a los enfermos mentales, nos
remonta a un pasado donde ya se evidenció que
solo podemos alcanzar ese ser o llegar a existir de
manera artificial, es decir, con la ayuda sea en
este caso, ahora, con drogas legales, para no
volver a la barbarie y perder totalmente lo poco
de civilizados que tenemos, si de homo sapiens,
poco tenemos, dentro de todo lo que ocurre,
ocurrió y ocurrirá en nuestra historia y el devenir
del tiempo. ¿Ser entonces auténtico y original,
tener un ser o esencia pura, es algo ideal, utópico
e imposible? Llegar a ser, a existir, explicado como
atributo propio de Dios como una inteligencia
viviente, desde nuestro inconsciente responda a
las exclamaciones e invocaciones en momentos
extremos donde inclusive no se fue oído, como lo
registra la historia en eventos donde estuvimos
muchas veces a punto de desaparecer como
especie en este mundo, si vivamos
constantemente bajo esa amenaza.
No elegimos nuestras raíces o arraigos, creencias
culturales sea dicho con precisión, otras
supersticiones arraigadas habríamos heredado si
hubiéramos formado parte de civilizaciones en
otros tiempos o, ahora, integráramos como seres
nuestra existencia en otra cultura, con creencias
muy diferentes, con otras inteligencias vivientes
ante las cuales nadie quiere erradicarlas, para no
ceder a la locura que es propia del fracaso que
desalienta, cada vez que aparece una mente
notable y prodigiosa que toma consciencia de
esto escrito y si ha superado el trance de la locura,
entiende que debe ceder a lo impuesto por su
orden establecido porque no tendrá todas las
respuestas que resuelvan las interrogantes que
los iluminados asumieron responder en su
compromiso como sacrificio ante el ser humano,
si en esto se les fuera impuesta una misión como
creencia, un destino del cual no pudieron
liberarse. En Francia no eligieron los
esquizofrénicos ser Napoleón Bonaparte, si a esto
también se le llame despersonalización, es decir,
haber perdido su personalidad para que dentro
de ésta otra personalidad viva. A esto se le llama:
inteligencia viviente, inteligencia que usurpa la
mente de una persona para que allí cobre vida
otra personalidad. ¿Esto sucede de manera
casual?, la respuesta es no, la sociedad necesita
de líderes visionarios que nos enseñen nuevas
formas de convivencia social, porque sabemos
que no somos felices con los legados de las
inteligencias vivientes con las que contamos.
Somos seres humanos sacrificados en su
totalidad, en la búsqueda de salvadores que nos
enseñen a vivir. Estar por sobre encima de todo
esto es haber llegado a adueñarse de una
cosmogonía que pocas personas puedan
entender, cuando explicado de esta manera, el
vivo temor a ser libre y ser, existir, se sujete a
experiencias tan duras como la esquizofrenia que
no elegimos. Nadie eligió ser un Buda o un
Confucio y, los fundamentalistas del Islam, son
una copia o reflejo del fundamentalismo que fue
propio de los judíos si lo sigue siendo, si ese
fundamentalismo los defina como comunidad,
como cultura, contra la cual no pueden ir ellos
mismos, de lo contrario no tendrían verdades con
las cuales defenderse ante un universo que la
ciencia trata de explicar solo con teorías, en
medio de contadas leyes que no son exactas y se
prestan para la duda y la conspiración, por no ser
totalmente convincentes.
Entre los modelos a seguir y la expresión del niño:
quiero ser como tú, sea dada esta identificación
por la admiración o inspiraciones provocadas por
alguien que ha desarrollado su personalidad,
revela lo cuan vulnerables somos desde niños. Las
primeras civilizaciones o lo que sepamos de estas,
en el total desamparo, concluyeron que debían o
debía existir un ser superior, porque llegado el
momento, nos damos cuenta que necesitamos la
certeza que alguien fue más allá cuando todo fue
caos y oscurantismo, anomia y confusión
generalizada. Si de este duro inicio, los sabios en
consenso a edades avanzadas y lúcidas, eligieron
a personas para que respondieran lo que ellos no
pudieron resolver, en la esperanza que los
elegidos fueran mejores guías que ellos, en el
seno de cada cultura, hubieron personas
destinadas a ser más sabias o iluminadas, cristos
o salvadores para momentos definitivos, cuando
estos longevos sabios percataron que el devenir
de los tiempos es drásticamente cambiante y que
ellos no eran eternos, así, los patriarcas fueron
eternos aprendices de sus propios pueblos,
quienes no solo les eligieron por linajes separados
para ser sagrados, en el empeño que ellos les
enseñaran a guiarles bajo el rigor de una
consciencia que fuera superior a la de ellos, al
hecho de saber a exponerse que estos primeros
patriarcas se autoproclamasen dioses vivientes,
tiranos o amos que reclamaran inclusive
sacrificios humanos. El rigor de la formación de
estos Mesías ha sido truculento, con el fin de
convencerles y hacer convencer a las personas
que hay vida en un más allá, a pesar que sabemos,
solo existe esta vida y, en todos los fines del
mundo experimentados, los Mesías que
prometieron volver, nunca volvieron, que solo
existe esta vida, pero que, en su legado para las
siguientes generaciones, el arraigo de creencias
les entregara la certeza de paraísos o infiernos,
dentro de las centurias o milenios que bajo las
tragedias humanas inevitables permanecieran en
la fe que escribí como idea, en lo que bien llamé:
la inherente exclamación ante el infortunio o
catástrofe. Todo texto sagrado se ha
perfeccionado con el pasar de los siglos, solo un
evento muy cruel instaría a la pérdida de la fe y la
búsqueda de un nuevo patriarca o guía. ¿Esto es
esquizofrenia? Autoproclamarse dios o ser tirano
con un pueblo donde se exija sacrificios humanos
para atraer la protección ante cataclismos está
muy lejos de ser un homo sapiens, es decir, un
hombre sabio, si se ha tomado consciencia de la
clase de sabiduría con la que contamos, a pesar
de tener cualidades extraordinarias para innovar
en las ciencias, artes y tecnologías. El haber
tomado consciencia que hay personas inclinadas
a la sabiduría no es propio solo de la
intelectualidad o filósofos, cada uno de nosotros
nace con un don o cualidad, un talento a
desarrollar, la mayor frustración del ser humano
es no haber logrado potencializar estos dones o
talentos, ¿esto explica el vacío existencial?,
¿explica una razón de ser negada?, ¿retrata a una
multitud humana que muestra su rostro del
fracaso doliente?, ¿revele esto una humanidad
que siente ha sido destruida en sus sueños
anhelados con mucho empeño y pasión?, ¿es el
fracaso el inicio de la perversión y el deseo de
hacer daño a personas inocentes? Hemos
escuchado alguna vez: lo perdí todo, ya no valgo
nada, perdí mi razón de ser, lo que me motivaba
e inspiraba a luchar por mis metas. Para los que
fueron recompensados, el dinero fue un alivio que
no resuelve nada dentro de pensamientos donde
se piensa: por qué él sí hará realidad su meta si yo
no pude hacer realidad mi meta. La historia
registra que, en el arte de la vileza o infamia,
varios intelectuales fueron convencidos que
pertenecieron al sexo opuesto desde criaturas, en
plena ignorancia e inocencia, ¿eso crea odios y
resentimientos?, ¿deseos de venganza o practicar
el mal?, ¿la envidia? Y si estamos en manos de un
amo del mundo invencible que tiene el poder y se
odia a sí mismo, ¿puede estar segura la
humanidad?, mejor dicho, bajo estos términos,
¿alguna vez estuvimos seguros a lo largo de la
historia?, ¿qué contenta a la multitud humana
solitaria?, la respuesta es nada, un solo cristo no
ha podido unir a todo el mundo pese a su
sacrificio, ¿qué nos hace felices si en todas partes
del mundo todo es diferente, nada es igual y, las
razones que exponga yo no son las razones
consideradas también válidas para alguien que
piense diferente, pero, ¿no es ésta la base de la
libertad de fuero interior, de consciencia y de
expresión? Es cierto, pero los discursos con la
retórica se pueden utilizar para manipular
consciencias y corromperlas inclusive. Bajo estos
términos, qué es normal en este lado del mundo,
qué es anormal en cualquier otra parte del
mundo. ¿Un manual psiquiátrico puede ser
aplicado de forma general para toda la multitud
humana solitaria?, ¿qué es esquizofrenia en Perú
en relación a lo que fuera esquizofrenia en otra
parte del mundo? Las creencias arraigadas
forman parte del fanatismo, pero son derechos
ganados sea el lugar en el que vivan las personas.
Alguien que ha desarrollado así su propia
personalidad y cosmogonía, siempre será un
extranjero hasta en el lugar donde viva, por ello,
¿se rechaza lo distinto, lo diferente, se le etiqueta
como esquizofrenia al derecho de querer ser o
existir?, la pregunta es redundante y necesaria,
porque somos bioquímica y sabemos, ésta puede
alterarse en todas las formas de emoción que
pueda tener el ser humano con drogas legales e
ilegales.
Solo estamos esperando la droga legal que
funcione con toda la humanidad y que no nos
impida tener miedo a ser nosotros mismos, si esta
droga se base en la paz, la tranquilidad y el goce
de la felicidad, en la mejor de las evasiones donde
el mundo ideal sea demostrado en la realidad. Si
la ciencia logra esto, tal vez podríamos
esperanzarnos en un mundo mejor y quizás esta o
estas drogas legales ya existan, pero, ¿esto es
conveniente a los grandes mercados que dominan
la economía mundial?, mejor dicho, ¿los amos del
mundo necesitan que sigamos siendo como
somos por razones que desconocemos?, ¿razones
como el hecho de saber que la paz, la tranquilidad
y la felicidad podrían ser contrarias a sus
intereses? La única respuesta dentro de todo este
libro es que somos la esquizofrenia que no
elegimos y, por tanto, un mundo enfermo que es
fácil de manipular desde el terror, lo contrario
sería un mundo unido, con el logro esperado del
desarrollo de sus personalidades y, quizás eso sea
un caos mayor, porque no estoy enterado de
droga legal alguna que cure la corrupción si deba
recordarles estimados lectores que, los campos
de concentración siempre han fracasado, sí, esos
campos de concentración donde se intentó
vanamente corregir a las personas.
© Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor y Pensador Libre
Derechos Reservados Internacionales
Safe Creative
09/09/2022 2209091963395
Arequipa, Perú
Setiembre del 2022
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