EL ESCRITOR INFINITO







I

Es fácil ver todo desde lo alto, cuando otro es el que ha hecho el gasto de esfuerzo para llegar allí, si estás de invitado o colado, cosa que suele pasar hasta en las labores más perfectas, déjame decirte que caerás también con mucha facilidad. El que conoce el camino para subir la montaña, la segunda vez lo hará más rápido, quien no sabe cómo subir, a lo mucho se hará sabio. El mundo está lleno de hombres sabios. ¡Ya no sabemos qué hacer con tanta sabiduría!, muchos se convirtieron en notables escritores, pero sus libros son un cúmulo de errores. La gente prefiere comprar los manuales de Warren Buffet, siempre, en esos gruesos libros de más de mil páginas, hay un párrafo que encierra la clave de todo, entonces, sigues esforzándote en leer los errores de los grandes de la literatura, ¿o comprarás las obras escritas por los ultras ricos, que saben cómo llegar a la cima?

 

II

Me preguntaron por la hora en una ciudad donde el sol sólo se oculta por tres horas. Les señalé la estrella que brilla detrás de una montaña de nieve. En una lengua extraña que no conozco, tanto como la que usé para contestarles, me invitaron platos muy deliciosos, dentro de una cabaña muy acogedora, donde nadie habla, sólo se dedican a ser felices. La memoria allí no es inculcada en nadie, los recuerdos siempre son malos, es mejor el presente que no sabemos cómo será, se llama esperanza, eso fue lo único que me dijeron en mi propia lengua. Y desde entonces decidí aprender su idioma, había algo que me atraía bastante de su conocimiento: la muchacha que sirvió los platos, tenía las mejillas muy rojas y cocina muy bien, se parece a las muchachas del país de donde vengo, Perú, con la salvedad que encontré el amor en el norte del mundo, desde donde descienden todos los ríos que inundan los mares. No era importante el saber la hora, me lo comentaron muchos años después, era yo el que ella quería para sí. Es un relato de un elegido.

 

III

La virtud de estas aguas, de estos mares, es que son como los ojos que tengo yo, cambian de color según la intensidad de la luz. La muchacha que contempló el mar que me llenó completamente, me tomó apresuradamente del brazo y me llevó a un lugar muy apartado que seguramente nadie conoce. Ella sabe decir te amo de la manera más perfecta, tiene el sabor especial en sus labios, es como el misterio de las aguas de esos mares, sus ojos se han detenido mirándome fijamente y me ha dicho: tienes que saber lo que pasará conmigo de aquí a unas décadas. Y entonces hemos viajado sobre algo llamado tiempo y, he verificado que sabe amar, sabe cómo hacer las cosas más simples para un hombre esforzado que tiene buenas intenciones. Entonces me he sentido muy amado, justo antes de saber que ella era la muchacha loca del balneario, la que pensaba diferente, porque allí todos creen que el mundo se acaba donde empieza el mar. Qué gente es ésta, me pregunté, porque vengo del otro lado del mundo, donde se cruza el océano, para saber cosas muy diferentes que antes me habían dicho, era necesario las conociera.

 

IV

Hay un lugar donde es difícil tomar una decisión. Las calles son hermosas y hay fiestas afables todas las noches, es como si uno estuviera en el lugar indicado para quedarse a vivir allí para siempre. El único inconveniente es que te regalan una casa, un auto nuevo cada año y una buena cantidad de dinero como para pasar toda la vida sin trabajar, comiendo y teniendo las condiciones ideales para formar un hogar con muchos hijos, porque encima, en ese lugar, nadie se enferma y nadie habla sobre la muerte. La única contrariedad es que todas las muchachas a desposar tienen el mismo rostro y cuerpo. ¿Cómo pues poder distinguir a la que sea mi esposa, si todas son idénticas? El más anciano del lugar me ha sentenciado sabiamente: ahora entiendes esa frase de: todas las mujeres son iguales. Y me he quedado conforme.

 

V

Conversando con unas fieras salvajes, aprendí que el sol y la luna no tienen nada que ver con nuestras vidas, que los astros no son lo que parecen y, que la vida en el más allá es algo de lo cual ellos pueden decir muchas cosas nuevas. Me he sentado para hacer algo de fuego junto a estas bestias que, sin reparo alguno, con sus feroces colmillos, me han entregado a los pies, carnes de otras bestias, para probar de sabores deliciosos y nunca antes conocidos por hombre alguno. Luego de un reposo largo, después de los alimentos, el rey de las fieras salvajes habló como si fuera un ser humano y expresó: sabemos que tendrás que irte, te pedimos que no lo hagas, aquí también nos sentimos tan solos como tú, si te quedas, seremos tus amigos y nada te faltará, todo lo que observas hasta donde lleguen tus ojos, serán tus territorios que, gustosos cuidaremos, sólo te pediremos algo a cambio, porque también sabemos que aceptarás: ¿aceptas a la mujer que vive con nosotros y que nos ha enseñado a ser amables con los forasteros? Y una mujer muy hermosa ha aparecido para decirme: si me amas, no habrá nadie en este mundo que pueda afirmar tanta felicidad como la tuya y la mía. Sin dudar la he aceptado sin antes haberle preguntado: ¿Por qué yo? Respondiéndome ella: porque eres el único hombre que ha comido y dormido con mis fieras salvajes sin temor alguno.

 

VI

Dentro de las explicaciones que se dan para entender los caracteres de una lengua extraña, hay una pista a seguir para descifrar lo que fue conocimiento hace milenios. Estamos hace tanto, tratando de saber qué significa dicho carácter. Han pasado miles de años, seguimos sin saber qué dicen esas extrañas escrituras. Felizmente somos personas milenarias, podemos perder el tiempo en cosas sin importancia como éstas.

 

VII

Estoy cansado, eso lo sabe sólo el que me escucha, estoy cansado de haber predicado durante mucho tiempo, eso lo sabe el que me ve, estoy cansado de hacerles entender cómo se debe vivir, las personas parecen estar dormidas, nunca entienden nada de lo que les enseño. Estoy cansado, muy cansado. Me pregunto en este momento, qué pretendieron mis maestros, al momento de querer que yo les enseñe a las demás personas cómo ser buenos y felices. He tomado otro camino antes de entrar en la ciudad más importante donde debían cumplirse escrituras contra las cuales me he rebelado. He tomado un atajo y hecho mi mujer a una muchacha muy sencilla como bella. Creo que es lo mejor que puedo haber hecho: ser feliz yo, esa es mi mejor enseñanza, así no haya pasado a la historia en esos libros sagrados, donde dicen, todo está escrito. Me pregunto, quién dijo eso.

 

VIII

El soldado en el frente de guerra, se ha detenido alzando una bandera blanca, los del frente contrario han hecho lo mismo, no es una fecha especial para de pronto, jugar un partido de fútbol como si fueran viejos amigos, mucho menos para tomar chocolate con panes de sus tierras de origen. El soldado ha alzado una bandera blanca y los cañones han dejado de sonar, los tanques se han detenido y, desde los cielos, los aviones de guerra han dejado de lanzar bombas. Aquí no se trata de ganar guerras, se trata de ser hermanos, ha dicho el soldado, mientras que, entre aliados y enemigos, se han estrechado en abrazos y han querido retornar a salvos a sus casas, de pronto han recordado que ya no existen las casas donde vivieron antes, que todo fue destruido por esa guerra estúpida que los ha enfrentado sin que se odien o tengan algo en contra de sí mismos. Han hecho lo que mejor saben hacer: construir nuevas ciudades.

 

IX

 

El hombre que escribe todos los días un libro de aforismos, está meditando en si tiene el derecho de, compartir su visión del mundo, con lectores de diferentes partes del orbe, con tradiciones y costumbres diferentes a las suyas. Se pregunta si será entendido o malinterpretado. Escribe tratando de comunicarse con alguien más, cree que, al hacerlo, logrará lo imposible, dejar mensajes en Bloggers, para hallar el amor. No se le puede culpar por ello, creo que todos hemos hecho locuras de todo tipo con el solo fin de querer ser felices con una muchacha que sea para siempre. Por eso el escritor que estudia todos los días y escribe, se empeña en su afán de querer darse a conocer, para no reservar secreto alguno. Dice que además en esta labor, es muy feliz, porque es la aventura de su vida: escribir a una amada que aún no conoce y que ella le sabe bien.

 

X

Los hombres que se dedicaron a meditar por años, dejaron de pronto las montañas y los extraños hábitos como costumbres y, llegaron como hordas de salvajes a las ciudades para embriagarse y hacerle el amor a las prostitutas, como si fuera, lo último a hacer. Las personas sensatas o de buen juicio, extrañadas ante la conducta de los hombres señalados para ser sabios, les han preguntado: ¿y a razón de qué despreciaron la iluminación, a cambio de placeres tan vulgares?, a lo que los anacoretas respondieron: ¡vayan ustedes a saber qué es la iluminación!, que lo que ustedes desprecian y condenan con sus falsas morales, es lo que decidimos elegir, luego de muchos años de sufrimientos vanos, donde no hallamos nada de valor para nuestras vidas.

 

XI

Un plato de tallarines rojos con presas de pollo, pueden ser agradables bajo la lluvia, escuchando éxitos como los de Madonna, pero si de pronto, alguien preguntara, cómo se puede escribir desde un lugar tan bello, apartado para placeres tan refinados como la escritura, si es que se dejara un rastro para llegar a la morada donde se puede hacer literatura, dentro de los rigores propios de quienes sólo quieren escribir cientos de libros, como lo hace el escritor. Bebiendo de una Cool Fresh y, fumando unos cigarrillos mentolados, sin preocupaciones que deban ser asumidas, luego de haber conocido casi todos los oficios, deba uno preguntar, ¿es el estado idóneo de la felicidad? Quién sabe, se dice que el escritor no se detiene en su mansa labor, donde ya no quiere estar peleado con el mundo, sólo seguir degustando de su plato de tallarines rojos con sus presas de pollo.

 

XII

Finalmente le preguntaron al autor de este opúsculo, cómo logra escribir textos tan amenos y agradables, ante lo que respondió: practico el bien y me alejo de las personas malvadas, he notado que mientras más pasa el tiempo, las personas se hacen más necias y creen que, practicando maldades, es como se debe vivir, si es que esto responda el por qué no me he casado ni decidido tener hijos, porque veo diariamente al mal y, a este mundo, no traería creaturas que tengan que sufrir todo lo que he sufrido, para después decir: ¡Sí se puede!, si he tardado medio siglo en entender de qué trata la vida, siendo esta cantidad de años anteriores, calvarios que no desearía a nadie y, ahora, si me lo permiten, les pido que no interrumpan mis momento sagrados, dedicados a la literatura, que es lo único que me salva de todo este entorno, donde sólo contemplo gente que aún no ha percatado que estamos en un mundo que podría ser el mejor de todos, pero sólo veo empeños en hacerlo miserable, sin entender el por qué.

 

XIII

No queremos que se vaya, nos agrada estar en su compañía, le pedimos que siga escribiendo para nosotros, ¿podrá complacernos con aforismos donde no se hable de superhombres ni leyendas donde muere gente? Naturalmente, si ese es el deseo de ustedes, por qué sé muchas historias, entre ellas, la que ocurre en un lugar donde todos los deseos se hacen realidad y, las personas enloquecen de alegría, ¿les gustaría conocerle? ¿Será posible que lo que es ficción o fantasía, pueda ser real? Sí, es posible, mas hay una severa advertencia, después del segundo deseo, todo será caótico para cada persona, si es que éstas estén destinadas a vivir en sus propios universos, como norma general, para que no se altere la magia que allí domina, pero antes, como condición, para acceder a ese mundo donde todo es posible, deberán aceptar entrar a vivir en este libro. ¡Para lo que cuenta!, ¡dejamos este miserable mundo con tal de ser felices con nuestros deseos complacidos! Y desde entonces, el escritor no cesa de escribir historias fabulosas extraídas de los hombres y mujeres que viven en este libro, al cual acude de vez en cuando, cuando ya no tiene historias qué escribir y, como un ojo, asome a ese universo, donde están las gentes viviendo increíbles aventuras que se prolongan hasta el infinito, convirtiéndolo en el escritor que no cesa de escribir.

 

©Julio Mauricio Pacheco Polanco

Escritor y Pensador Libre

Arequipa, Perú

25 de enero de 2024

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