DAIMON








 Sexo apático, sin emociones fuertes y, no soy yo, he llegado a un punto en que no me es suficiente cualquier muchacha, digo que las existentes no son nada sexys, que donde mire, sólo hallo diálogos sin respuesta, las personas no hablan de los temas que se me tienen prohibido abordar, escribiendo aun así oculto lo que desearía decir. Me siento esta tarde, frente al ordenador, como por un impulso de volver a escribir, encendiendo un cigarrillo, probando algo de mi bebida refrescante, ¿diré que se me acabaron las ganas de escribir historias increíbles? He negado todo en lo que ustedes creen y, lo he hecho con argumentos sólidos, pero parece que las personas andan más bien pensando en cómo hacer dinero, ¿para tener la mejor cocaína y funcionar bien?, a mí me recetan pastillas para no perder mi sentido de orientación, como para poder darme cuenta quién aún se siente vivo, quién se siente hecho mierda. Por ejemplo, en relación al sexo apático, considero sobre esto que no hay muchachas inteligentes que puedan decir algo en su favor, algo que las atraiga, que las convierta en mujeres interesantes, manteniendo el vivo deseo de saber más de ellas. Todos somos como libros que terminarán en algún momento. Me siento como alguien que ha llegado muy lejos y al ver su rededor, no halla a nadie. ¿Escuchas este eco de voces desde donde reclamo personas vivas? A veces, digo, suelo, componer melodías en el teclado, sin que les ponga nombre, sólo melodías que fluyen de mi interior, sin que desee que acaben, como melodías circulares, que cuando están por acabar, vuelven sobre sí para volver a empezar. Pregunto: ¿puedo hallar alguna mujer así? La nombraré como la mujer infinita. Pero llevo más de 5 décadas aquí y, como que el repertorio de mujeres se estropeó del todo. ¿Cuesta mucho ser sincero? En el privilegio de los varones que estamos libres de juicios por pensiones de alimentos y otros enredos con la cárcel y la pérdida de la libertad, tampoco bebo ni consumo esa cocaína que te hace a ti sentir tan bien. Apenas necesito estar relajado, escuchar algo de música tranquila y, escribir, escribir inclusive lo que desearía vivir, como, por ejemplo, el estar ahora sentado en un café, dialogando con alguna mujer que no se muestre complicada, ¿alguna mujer sin pasado? Dudo mucho que eso se haga realidad, diré que no me interesan ese tipo de biografías. ¿Alguien ve interesante la vida de los ex?, permítanme sonar un flato. Qué tiene para relatarme una muchacha que está detrás de un cajero y sabe, puede adquirir hongos en las manos, por tocar dinero todo el tiempo. ¿Es agradable la vida de quien está sentada todo el día, observando pasar a personas casi exactamente a cierta hora del día? Como que no hay mucho para decir. Diré que no basta con que sean bonitas. Espera, no acepto quejas, sé que hay momentos en los que queremos decir todo lo que nos pasa, cosas sin importancia para las demás personas, negocio para los psicólogos, sí lo sabes, lo sabemos todos, son esas palabras o discursos donde soltamos todo lo que llevamos adentro y nadie quiere escuchar, pero eso es sólo por raros días, días donde no podemos más y queremos ser escuchados por alguien que quiera entendernos, no que nos den la razón, nadie sabe a ciencia cierta quién tuvo la razón en relación al pasado que cada quien arrastra. Qué deba saber al detalle, cómo fueron las anteriores relaciones, por ejemplo, que tuviste tú, creo que suena inoportuno o fuera de contexto, sólo quiero conocerte a ti, no enterarme de la vida de otras personas, porque siempre, todo lo que digas, será sólo tu versión, nada más. Qué detalles entonces, qué momentos tristes y de honda decepción, ¿en dónde estuve en ese momento?, ah, seguramente como ahora, escribiendo un libro, sin imaginar que aparecería alguien para relatarme o hablarme sobre temas que no encajan en mis intereses personales. ¿Con hacer el amor bastaba?, pero ese es un camino que he recorrido miles de veces, espera, ¿ver unos ojos de color diferente al momento de hacer el amor?, ¿o hacerlo de una manera totalmente prohibida?, como para decir que lo vivido es de la puta madre. No, alguien aún no ha jalado del todo bien la bomba y hasta aquí huele a mierda. ¿Cómo relaciono el wáter con el sexo y la intimidad?, de la misma manera en como se nos muestran al olfato, esos olores del amor, tanta excitación para saber de un trasero que huele mal, a pesar que la muchacha sea muy bella, si su vagina, al momento de ser penetrada, expela un olor nauseabundo, porque, ¿se toman horas en hacerse los lavados vaginales?, o no es forma de empezar los días, entre la ducha, el arreglo del peinado, el maquillaje, la ropa bien limpia, tratando de que no huela a nada, si la casa huela a comida, si los zapatos sean cómodos para poder trabajar, si no se tenga otras obligaciones, si se viva solo o sola, si se le pueda llamar a eso vida, si consideramos que es lo único que tiene el sistema para ofrecernos, que cualquier otra vía es el desierto, los campos donde en otras partes del mundo, hay ascetas que están buscando verdades que a ninguno de nosotros nos interesa, por ser sólo viajes mentales lo que ellos experimenten, es decir, vaguedades o pérdidas de tiempo de los cuales no se aprende algo útil para la vida. Supongo que, al momento de ir al baño, la mierda de todos huela igual, sin diferencia alguna, mientras se usa el papel higiénico y se deja ese olor impregnado en las manos, el trasero, la trusa, el pantalón, vamos, como que nadie se daría cuenta de esas pequeñas miserias de las que estamos hechos en este siglo XXI. ¿Y encima tienes tiempo para revisar el celular de tu pareja?, espera, no fue hecho el celular para otros fines, porque los científicos se cansaron de decirnos que en tu simple celular caben computadoras que pueden bien, llevarte a la Luna. Pero bueno, qué más puedo decir, otros usos le damos a la tecnología, usos que van más allá de aprovechar toda esa inmensa biblioteca que hay en Google, espera, ¿eres de los que se masturban viendo videos de bellísimas muchachas en escenas muy destructoras?, sí, sabes que me refiero al sexo. Toco el teclado como para escuchar las melodías que no conozco, las que aún nadie ha compuesto, concuerdo que la paso bien, ¿alguien me da una razón para enamorarme? Porque a mis 25 años era fácil conquistar a las muchachas, las reglas del juego eran: si las quieres a las demás, debes dejarme ir. Esos años en la universidad me enseñaron que los conflictos mentales podían ser superados con bastante alcohol y drogas, el sexo era dejado para quienes inevitablemente serían padres de familia. Hay mucho de cierto en esto: las mujeres no mandan sobre su organismo, saben desde que empiezan a menstruar que, son un destino, que por ellas la especie humana sigue aquí, porque no puedes con un argumento muy lógico decirle a tus hormonas cuando ovulas, que no debes embarazarte, porque esto va más allá de la lucidez y sensatez, hay un momento en el que sabes, no puedes inducir abortos todo el tiempo, que el cuello uterino se terminará por cerrar y entonces, no es que pierdas el útero, serás un vientre inservible, no el único, uno de los tantos que se quedaron en este mundo, sin dar vida, a un mundo donde nada está claro ante nuestro entendimiento, si reclamemos constantemente al autor de todo esto, ante nuestra perplejidad de no recibir respuesta alguna, porque en la hora de las horas, sólo hay silencio y gritos que nadie hace caso y prefiere ignorar. ¿Me relajo mucho escribiendo?, no es que me ayude mucho, sería genial que me leyeran como antes, que tuviera muchos seguidores o que viviera de lo que escribo, pretensiones fuera de lugar, apenas soy sólo la compañía de personas que se desconectan de sí mismas, para dejarse dominar por mi daimon y evadirse de todo lo que piensan. Pues sí, más que relajarme, me atrapa el hecho de leer todo lo que escribo, es otra forma de leer un libro, es como sentarse frente al ordenador y teclear y no parar de teclear, para leer lo que ahora, mis lectores leen pasivamente, mi caso es diferente, leo sobre la marcha del digitar, y eso me mantiene entretenido, por querer saber qué más dicen mis dedos, al momento de fijar mis ojos en el monitor y ver sorprendido este fenómeno que, otros llaman literatura, oficio que desarrollo muchos años y no dejo. Recurro, como es mi costumbre, a mis vivencias y recuerdos donde supe ser feliz, ¿suena a muchas muchachas?, pues sí, suena bien, sabe bien haber besado labios carnosos, labios vírgenes, labios no profanados, mientras era observado como el elegido para querer saber qué se siente besar a un muchacho que quiere ser poeta y, sólo sabe de libros, sólo sabe decir cosas bellas, desde una soledad envidiable, una soledad que es necesaria para inmensas mayorías de personas, porque no aguantamos tanto a este mundo, y entonces como que aparece el deseo, excitante de saber que se está ante un muchacho, yo soy ese muchacho, estoy viajando en el tiempo hacia atrás, y entonces se le besa, porque ignora cómo son las vulvas o que estas son diferentes unas de otras, que se imagina y con muchos errores, cómo son los labios vaginales, cómo es un útero, qué hay dentro de éste, qué es un espéculo, qué tipo de tijerales se usan para extraer no sólo los tampones que se meten dentro del útero, sino, para extraer para las más sabidas, los embriones que no deben ser fetos jamás. Con tener olor a onanista les bastó a ellas, esa fue mi mejor carta de presentación. Los onanistas son impotentes, ellos son sólo de besos, porque los que tienen sexo, no pierden el tiempo besándose en los parques, ya separaron el dinero con antelación para el hotel y los preservativos, sino tuvieran mi suerte de contar con un apartamento propio, sin que a nadie se le incomode. Y entonces qué es la palabra que sin esta somos nada. Poco valor y mucha palabra como que están de sobra. Mucho instinto, mucha sabiduría. Lo que fluye es el amor. ¿Cómo fluye el amor?, es como cuando tienes en frente tuyo un bom bom y quieres que sea tuyo y todas las voces te dicen: ¡tómalo, tómalo!, así fluye el amor, sin dificultad alguna, sin miedos o angustias, con el apoyo de todas las personas, pero es que hace casi 3 décadas que dejé de tener 25 años, o estoy en un territorio que desconozco o, esos tiempos tuvieron su final y deba aceptar honrosamente mi retiro. Vaya manera de presentarme: soy escritor, he escrito 150 libros. Sí, sé que suena apabullante, demasiado para cualquier persona que ni lee, que apenas puede escribir en una simple página, todo el amor que vivió en el largo tiempo compartido que se basó en muchas experiencias, lo que debió ser resumido, sí, resumido, en un libro de 1,000 páginas, no una sola, si así defina lo que signifique ser escritor, en el mérito de la memoria y el detalle, de haber vivido de verdad cada momento, reteniendo lo que inevitablemente también será olvido, esa memoria muerta que para los solitarios como yo, a media noche, en el silencio y la oscuridad de la noche, me inste a abrir la ventana de mi habitación, para interrogarle a una muda Luna, ¿quién nos enseñó que el amor debía ser una experiencia obligada? Es que buscamos el amor sin saber qué es. ¿Sexo?, no basta, no es suficiente y es apenas, el invite a otra dimensión, cuál, cuando tengas hijos y entiendas el tamaño de la palabra: responsabilidad, en ese momento me mirarás, sentado frente a mi ordenador, escribiendo sobre las historias felices que has perdido, porque ese tiempo que dedicaste a leer alguna vez, lo has perdido para siempre, si dentro de todas las arrugas que acumules, dentro de las decepciones que nadie quiere tener, te encontrarás con las otras preguntas que se hacen las personas: ¿cómo consigo el dinero para salir adelante?, porque si me vienes a decir que el dinero se hace y hay que gastarlo, debes entender que tu experiencia de mundo no es muy amplia, que conozco de personas que tienen trabajos humillantes donde deben desplegar trabajos muy rudos y, anda vé y diles eso, que el dinero se hace, para que veas cómo te mandan a la mierda. Entonces qué, nos engañaron a todos con el tema del amor, mientras que algunos están por el cuarto hijo y no saben si deben hacerse la vasectomía o histerectomía, según sea el caso, porque alguien tiene que ceder en este mundo, donde ser infiel propone otras reglas para el día a día, donde aún hay alguien hablando y escribiéndole al amor. ¿Alguna esperanza para sentimientos obligados que nunca hemos hallado? Apenas roles de poder, alguien manda, alguien se deja mandar, hasta que se acabó la perversa fantasía, hasta que la mujer que fue la más deseada e irremplazable, ya no nos excita, mientras que miramos hacia otras partes porque nos sentimos presos y, encima, con hijos que sentimos, no tienen la culpa de nuestro mal humor, de todo lo lindo que se sintió, si siempre fue una experiencia subjetiva, algo que se creyó sentir y que alcanzó la dimensión de lo eterno e inacabable. Entonces soy yo más que tú o, tú no deberías tratarme así, porque o me respetas o termino por echarte en cara quién eres, ya que los tiempos que necesito para poder estar en paz no me los das, ¿me dices que soy un infierno para ti?, ¿no fuiste tú el que se fijó en mí?, veamos qué dice mi abogado sobre todo esto. ¿Has pensado en las propiedades que tienes, ¿has pensado que otro hombre podrá disfrutar de ellas sin haber desplegado todo el esfuerzo que te costó tenerlas? ¿Tener hijos es un negocio? Ni el mejor de los traseros vale tanto como la paz personal. ¿No sabes cómo será cuando empiece a envejecer? A ver si aguantas su mal humor y todas las verborreas que te dé cuando sienta que eres el culpable de eso que ella misma no sabe definir. Tal vez en otros milenios, ante eventos cruciales, algo diferente digan los pensadores, cuando intenten darnos una nueva razón para seguir aquí. A no ser que los científicos tomen el poder y revelen la manera en cómo detener el crecimiento demográfico, cómo finalizar con los embarazos, cómo no sólo tener muchos sexo, sino, dejar de tener hijos, a ver qué dice Dios de todo esto, a ver qué cara pondremos cuando lleguemos a ser muy ancianos y en nuestro alrededor no se escuche decir: la juventud está perdida, si acaso, no existieran nuevas generaciones, si en el cerrar de nuestros ojos, dejemos un mundo inmenso sin más seres humanos, sin más personas que mortificadas, hayan pasado por este mundo sin haber hallado el propósito de todo esto, porque el poder que se otorgue a algunas personas, lo sé, no dura mucho tiempo, si el dinero deje de ser inservible si éste no ayude para tener buena salud. Y así, llegando al final de esta novela breve, he escrito, diciéndolo con autoridad, sólo para saber qué iban a decir mis dedos digitando en el teclado, mientras a la par leía en el ordenador, no lo que se me ocurriese a mí, sino lo que fluyera sin esfuerzo alguno, si leyera a la vez que ustedes este libro, sin sentirme su autor, siendo mi salvedad, el que vea una página en blanco, llenándose de palabras, mientras para ustedes, el libro haya llegado acabado, si en ambos casos, los dos hemos leído a la vez este texto, sólo que yo lo leí primero, mientras tecleaba, intentando saber un poco más de lo que dijeran mis dedos, ante mis ojos, ante mi asombro de saber que he leído mientras escribía, algo que desconocía y, no sabía, sería una novedad para mí, si de allí viene el término: novela, de novedad, si en esto hemos sido cómplices de algo que para mí carece de explicación, si fuera un fenómeno el escribir libros, algo inexplicable que en palabras lúcidas, acabo de expresar, desde mi caso como pensador libre. Espero la hayan pasado bien, porque ese es mi caso, esta experiencia la he disfrutado, dentro de todas las revelaciones que ha incluido y, todo lo que me he enterado, mientras escribía, sin haberlo pensado antes.
 ©Julio Mauricio Pacheco Polanco 
Escritor y Pensador Libre 
Arequipa, Perú 
15 de febrero de 2024

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