EL PESO DE LA UTOPÍA ANTE LA DISTOPÍA
Dentro de un panorama distópico que está muy cercano a la realidad, no
crean que el evento del 2020 en este lado del mundo, fue algo no premeditado.
Del orden que se intentó poner en Perú, por ejemplo, se hizo el gran
piloto de, querer saber, cómo sería una sociedad que podría estar,
hipervigilada, si fuera así un modelo de convivencia social, donde, se pueda
prosperar, bajo regímenes en los que, no haya delincuencia y, nuestras maneras
y formas de ser, se adapten a mercados, desde los que los peruanos, sólo nos
dediquemos a disfrutar de una prosperidad, a partir de la cual, produzcamos
todo lo que necesiten los países del norte, si quede clara la visión de una
Ucrania cedida a Rusia, en esa alianza que se dé, entre Trump, Xi Jinping y,
Vladimir Putín, como únicas potencias aliadas que, marquen la agenda, por haber
comprendido que, el mundo no puede basarse sólo con la agenda que dé la pauta
el Capitolio de La Casa Blanca, sino, en unión, por salvar la economía mundial,
se haya también hecho un experimento masivo y desproporcionado con China,
cuando confinaron a decenas de millones de personas, ciudades enteras, bajo
sistemas de seguridad desde los que, no se controlaba a todos los chinos, sino,
se salvaba a la banca mundial, si fueran los pagos hechos vía banca móvil,
hasta depurar en el detalle, los errores a los cuales se expusieran, si fueran
vulnerados estos sistemas de seguridad, en un mundo donde los trillonarios, no
podrían retirar todo su dinero en un mismo día, diré, desde un banco de JP
Morgan.
El planteamiento de una divisa que sea compatible con estos nuevos
aliados, dentro de las importaciones de los países del sur, sea este caso,
América del Sur, sean encaminados hacia crecimientos económicos que van más
allá de un neoliberalismo que colapsó en el 2020 y, a manera de guerra no
esperada, puso en jaque a todo el mundo.
Cómo controlar entonces esos hábitos condenables de costumbres bárbaras,
luego de dar créditos para reconstruir las ciudades de Europa, cuando la gran
guerra que sucedió en los años posteriores al gobierno de Joe Biden, impusieran
dentro del mercado de la construcción, el diseño de ciudades inteligentes,
acorde a los avances de la IA, para el bienestar de personas que, serían
servidas en todo, por esta tecnología, donde lo propuesto fuera, enseñarle al
ser humano a ser feliz, con lo necesario, muy alejados de los excesos de
sucedáneos o drogas.
¿Se puede condicionar al ser humano a una nueva forma de vida? La
respuesta es sí. Todo parte de las narrativas impuestas desde la educación, donde
se formen a nuevas generaciones, bajo un nuevo contexto, en el que, el orden
establecido, proponga, por los años que dure, una sociedad sin violencia, sin
delincuentes, sin narcotraficantes ni mercado negro, si después de un evento
mayor, todo tienda a formalizarse,
moviéndose grandes mercados que unirán al mundo, después de lo que sucedió en
un momento de la historia, donde las medidas draconianas, tuvieron un mejor
fin: enseñar a tener lo básico y cuidar la salud, como los alimentos, en
sociedades donde no haya disidentes ni terroristas, si Israel logre contener
por fin al fundamentalismo, en un despliegue de movimientos desde los que se
establezca el nuevo centro del mundo, dirigiendo una Bolsa de Valores que halle
terreno en los países del sur, aquellos que tienen la riqueza necesaria, sea
desde los campos para la soja, para criar ganados y den buena carne para el
resto del mundo, tierras raras como piedras preciosas, entre otros minerales
que, dentro de este nuevo modelo económico, antes del 2030, signifique dentro
del cambio global, trabajos que demanden a los técnicos, en este caso peruanos,
si ponga como ejemplo a Perú, mi país, convirtiéndonos en una potencia
económica donde por fin haya desaparecido la pobreza y, los mejores estudiantes
sean preparados en los países del norte, sean USA, China y Rusia, para luego
volver y aplicar todo lo aprendido, en un mundo donde el neoliberalismo se
fusione con el comunismo, como ha sucedido en China y, la corrupción
exterminada, entregue una nueva filosofía de vida para los millones de
habitantes de esta parte del mundo, donde las democracias se ampararan en la
hipervigilancia de, ciudades donde, habrán cámaras que reconozcan facialmente a
las personas y, todo trámite se tenga que hacer con celulares de ingenierías
propias de las criptomonedas, imposibles cada vez mejor, a ser hackeadas, si es
que todo este plan sea en función a un siglo XXI, donde se imponga la paz, de
esta manera, en la concesión de los países europeos a una Rusia que, avanzará
como potencia, sobre aquellos que no sean disidentes, si es así el caso con
China y Asia, y USA con los países del sur, si de esta forma se logre salvar la
banca, La Bolsa de Valores, imponiéndose una paz mundial que, será aplicada en
todo su rigor en Ucrania, donde las ciudades ahora destruidas, se conviertan en
los primeros pilotos de lo que sea Europa y el resto del mundo, sin que se
vuelvan a cometer los errores del pasado hechos por Adolfo Hitler o Mussolini,
o los totalitarismos fracasados por Lenin, Stalin o Mao.
Lo que suceda en adelante, será la expresión de una evolución que no
pudo concretarse en el siglo XX pasado, donde se buscó de una u otra manera,
que la condición humana fuera resuelta, sea con drogas, medicamentos o,
discursos en defensa de los derechos humanos que, nunca lograron ser una Ley
dentro de las potencias y demás países del mundo.
De este nuevo orden mundial, donde las libertades serán guiadas, sin
necesidad de Mesías que anuncien el fin del mundo, otro pensamiento imperará
dentro de una humanidad que verá ante sus ojos, cómo les han resuelto la vida,
no sólo dándoles trabajo bien remunerados a los países del sur, de este lado
del mundo, sino, otorgándoles a los europeos, la posibilidad de llenar esos
vacíos existenciales que, vanamente, no logran ser evadidos con drogas
destructoras.
No hay otra vía, no hay otra salida. Todo será controlado, si es que
este estilo de vida, sea común ahora, en ciudades de China, si el siguiente
paso sea el ver, cómo reaccionarían las sociedades como la ucraniana, luego de
una guerra que duró años y, se resolvió en 24 horas, en el mandato de Donald
Trump, dándole un giro enorme a la Bolsa de Valores, si en ese mismo día,
Israel logre resolver el problema del terrorismo en el medio oriente, dentro
del problema de los fundamentalistas y el camino hacia la libertad, donde los
musulmanes, puedan disfrutar de la vida, sin dogmas e imposiciones que vienen
desde las escuelas, donde les forman para inmolarse por causas religiosas, si
la religión pase a un tercer plano, al encontrar el mundo por fin, un derrotero
donde la economía como ciencia, sea la que enseñe a las personas, cómo ser
felices, con todos los beneficios que entregue la tecnología, desde la IA en
todos sus aspectos, si para este siglo, lo que impere sea la cultura y las
expresiones de nuevas maneras para que el ser humano no halle absurda, esta
existencia.
Para los países que busquen oponerse ante este nuevo régimen mundial,
vana será su rebeldía, si sabemos, la banca europea se ha quedado sin respaldo
fiduciario, si esto esté dentro de lo estipulado por Blackrock y Vanguard, en
pro de un mundo planificado desde hace décadas, por estos gurús que, dentro de
sus frías decisiones, sólo quieran lo mejor para salvar una humanidad que es
consumista y, se contenta con tener las comodidades propias de quienes han
aprendido a valorar la salud, como la libertad, los tiempos de ocio, los
alimentos y, por ende, se dé una nueva revolución cultural, donde no hayan
dogmas, ni doctrinas, ni ideologías, sino, espíritus espontáneos satisfechos
que, podrán elegir a libre voluntad, qué pensamiento desarrollar, si a esto se
le llame: el eclecticismo del siglo XXI, donde de cada escuela filosófica se
haya extraído lo mejor, por el bien de cada persona, en una realidad tolerante,
sin torturas psicológicas ni temores dentro de facciones radicales como el
feminismo o el machismo, en sociedades donde sea seguro vivir y, nada le haga
falta al ser humano, si por ende, el conocimiento esté divulgado
exponencialmente desde las redes sociales, si se impulse el apetito de la
sabiduría a las nuevas generaciones, orientadas hacia la prosperidad y el
bien común.
Todo lo que suceda o, escriba de esta forma, sucedió antes del 2030, en
ese mirar hacia atrás, si es que escriba como si estuviera en el futuro,
estando en este presente que será el pasado, comprenda que, el ser humano tiene
esperanzas de ser feliz y, pueda encontrar los caminos señalados por los
ancianos venerables y sabios que, siempre supieron cuáles eran los caminos
correctos, pero en su frustración, comprendieron, desde Aristóteles, sólo se
pueden formar aisladamente a los gobernantes y, al resto de niños, orientarles
hacia lo que propongan estos futuros líderes natos.
Considerando el fracaso de Maquiavelo al haber escrito la obra, El Príncipe,
para Borgia, quien desde sus pecados capitales, llevó a la decadencia a la
Iglesia Católica, sin poder gobernar como se le esperó, desde el Papado,
entendamos, todos los errores cometidos de la historia, si el siglo XXI sea el
que se encamine hacia la búsqueda de la perfección, con todo el contexto
tecnológico otorgado por la IA que, o bien, hará todo el trabajo que deba hacer
el ser humano o, le orientará a cómo hacerlo mejor, si de las riquezas
acumuladas, se den pensiones a cada persona, para el sano disfrute de un mundo
mejor.
Conocedores de los problemas de violencia incontrolables en las grandes
urbes, las ciudades inteligentes, darán seguridad a las personas, si es que el
tiempo sea una forma de cultura en ciudades del Sur de América, donde el disfrute
de la vida, esté a la par con la de los países de ese nuevo primer mundo, donde
las preocupaciones estarán orientadas hacia hallar el amor, si los transhumanistas
e ingenieros genéticos al ver nuestros avances como seres humanizados, nos
alcancen los remedios de la eterna juventud o, el cómo prolongar la vida,
dentro del pensamiento judío de: establecer aquí el Paraíso y, poder vivir el
mundo venidero, acorde a reglas hechas por los primeros patriarcas longevos,
entre nuevas generaciones que, modificadas en su ADN, sean personas inclinadas
hacia la felicidad y no hacia impulsos agresivos o autodestructivos si, estas
experiencias que nos dejaron el pasado siglo, donde se apostó por lo que se
creyó, era lo mejor, mencionando al capitalismo, el nacional socialismo, el
fascismo, los totalitarismos y el comunismo, como revoluciones erradas, nos
enseñen qué es lo mejor para la humanidad, si es que estemos cercanos a la
inmortalidad desde los alcances de la medicina y, por fin, las sabidurías a
alcanzar contando las personas con muy buena salud y un respaldo, por parte de
los países que conformen esa alianza del norte, sean USA, China y Rusia, se
conviertan en potencias asistencialistas que, descarten dentro de nuestros
genes, todo afán de codicia y maldad, si es que los seres humanos estén más
inclinados hacia el bien, el no matar y, la virtud.
Deba dejar en claro que esto puede ser real y sucedió en el 2025, en el
día que la humanidad cambió y, por fin, pudimos aspirar a querer entenderlo
todo, desde las experiencias perfectas del amor, la erradicación de la pobreza
y, la búsqueda del perfeccionamiento de un sistema que por fin agradará a las
personas, donde no hayan reaccionarios ni contestatarios que, por razones
legítimas, lucharon en defensa de sus derechos, si es que la igualdad, haya
resuelto los problemas entre pueblos y, los más importantes, entre el varón y
la mujer.
Debo precisar que este tipo de conductas altruistas parten de lo que
está predicando de manera silente, Mark Zuckerberg, en su austeridad, o Warren
Buffet, Jezz Bezos, Richard Branson, Elon Musk, entre otros, si es que el
Estado dentro de todo este Estado sea, Larry Fink y sus gurús sucesores que, movieron
las piezas de este tablero mundial desde ese 2020 donde, se aplicó un examen a
la humanidad entera, antes de entrar en esta distopía, donde el mundo pudo ser
mejor, antes que Putín lanzara todo su arsenal bélico sobre Europa, o Israel
fuera víctima de Irán y el fundamentalismo como expresión por antonomasia del
terrorismo y el lavado de cerebros de miles de millones de personas que, sin
haber despertado a la existencia, repiten todo lo que han aprendido desde
niños, sin haber tomado consciencia que, la verdadera libertad consiste en
aprender a ser felices, si es que las fronteras empiecen a formar parte de un
pasado, donde hubo guerras y nacionalismos, que sólo sirvieron para derramar
sangre y muerte, si es que para los místicos, esto signifique el final de la
era del dios muerte, ese que domina hace milenios al ser humano y lo enloquece
y, es el que marcó los derroteros de una humanidad que se preguntó siempre:
¿nos hacemos la guerra y somos ricos para sentirnos luego vacíos y miserables?
Lo que suceda en estos próximos años, serán la apertura hacia un quiebre
definitivo en nuestra historia, si al ver hacia el pasado, comprendamos, las
cosas salen bien pero no sólo proponiéndoselo uno, sino, apelando a la ciencia,
para ser mejores personas, en un mundo donde todos tendrían las mismas
oportunidades de desarrollo, bajo narrativas donde nadie sea diferente a nadie
y, todos, al vernos a los ojos, ya no nos preguntemos: ¿qué hago ante mi
pobreza, enfermedades y dolores?, ¿para qué vivo?, ¿dios es malo, o nos ha
abandonado?, si es que otras sean las preguntas que nos motiven a buscar vida
en otros mundos, preparados genéticamente para colonizar planetas donde se
pueda volver a empezar de nuevo la historia y la vida, si al haber aprendido de
nuestro pasado, sepamos a consciencia, lo que debe imperar es el amor y la paz,
dentro de inteligencias desarrolladas hasta lo superlativo, con la salvedad que
tengan el ADN corregido y, el homo sapiens esté potencialmente inclinado hacia
la sabiduría, la práctica del bien, la virtud y la capacidad de resolver
problemas muy graves, sin tener que apelar a las guerras o la violencia,
poblando otros mundos, si así es la utopía que empezó en el 2020 y, se empezó a
concretar desde el 2030, cuando nació la primera generación de niños transhumanistas,
el futuro del universo, los hombres del mañana, los que nos perdonarán por
todos los errores cometidos por cada uno de nosotros.
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