LA PECULIAR VIDA DE UN HOMBRE DE 95 AÑOS QUE NO DEJA DE HACERLE EL AMOR A MUCHACHAS DE 19 AÑOS
Abrevio todos los protocolos de presentación, como el cortejo, preparar
todo un plan como, una cita romántica, con muchos detalles, diré, para tener
algo perfecto con una mujer seducida.
A qué le llamas, amor, si siempre termina en orgasmos y deseos de no
saber más de ambos. Mi discurso no te va a agradar, te voy a parecer muy
intenso, denso en mis palabras, sólo sé hablar de literatura, no tengo
problemas de salud y, no me enamoro, ¿puedes sorprenderme con algo diferente?,
porque la soledad que llevo, precisamente, me permite conocer muchas muchachas
que, sólo desean tener encuentros casuales, sin vínculos o apegos.
Para mis 53 años, muchos podrían opinar que es imposible mi vida, tal
vez sólo posible en la ficción, deba pues saber mis lectores que testimonio,
que es real este y todos mis anteriores escritos y, cuando no tengo dinero para
pagarle a una muchacha de 18 años que, quiere sólo placer, squirts y dinero,
sin que le pida su número de celular, para estar desde el WhatsApp, digamos,
¿controlándole, manipulándole?, no, diré que eso sí es imposible para mí, una
hora de intimidad donde alcance mi orgasmo, es suficiente para haberlo tenido absolutamente
todo, sin necesidad de volver a saber de ella, si precise, ignoraré siempre su
pasado, quién es, cómo se llama.
Porque cuando no tengo dinero, si lo tuviera, estaría con 5 muchachas en
un día, decido ver un video XXX para autocomplacerme y, tener más ideas para
cuando someta a las desconocidas, a las que sólo conozco cuando abren la puerta
de las habitaciones de los hoteles y, soy recibido con una amplia sonrisa, por
mi fama de buen follador o cachero, alguien que sabe maltratar las vaginas de
las mujeres, alguien que nunca se obsesiona, alguien que deja ir, para que
otras vengan.
Sé que son duros los días sin sexo, pero no la soledad, más bien ésta es
reconfortante, no hay temas de conversación que terminarán siendo tóxicos,
apenas horas perfectas en las que fumo mis cigarrillos mentolados sin ser
molestado, desde mi apartamento, escuchando la música que me gusta, tomando mi
Cool Fresh, una bebida refrescante, sin tener la molestia de escuchar: ¡eso te
hará daño!
No estoy pues dispuesto a ser controlado ni a recibir órdenes de nadie.
¿Así es la vida de un escritor y pensador libre? Pues sí, llevo hasta ayer, el
record de en 12 días, haberle hecho el
amor a 12 diferentes dieciochoañeras, muy bellas, muy lindas, de cuerpos
demasiado excitantes y, muy hembras en la cama, pero no tengo tanto presupuesto
como para completar el mes, diré, con no sólo 31 muchachas, siendo una, para cada
día del mes, sino, 5 por día, si a mis lectores les guste calcular las
cantidades o, sólo sepa pensar en sexo todo el tiempo.
Que tipos como yo, debieron estar casados hace años, se preguntarán mis
lectores, contra ello, tengo muchos saludables argumentos muy entendibles por
los varones vividos, quienes rechazamos toda atadura con otra mujer.
Una relación de pareja, tarde o temprano, termina por convertirse en una
relación de poder, en donde, las mujeres a nosotros, nos ven como propiedades a
humillar o maltratar. ¿Si he rechazado propuestas de matrimonio?, ¡claro que
sí!, no estoy en venta, el dinero de mujeres opulentas no me atrae, porque los
silencios dulces a esta hora mientras escribo, como este espacio propio ganado,
del cual escribí a mis 22 años, se caracteriza por no ser molestado por nadie.
Ya en su momento, conocí toda la ira de las mujeres y supe, no es eso lo
que quiero en mi vida.
Entonces, como escribí a un inicio, ¿es mejor el amor, con muchachas,
donde se abrevian prolegómenos de himeneos que han de terminar en sexo?, la
respuesta es sí, porque los cincuentones como yo, solterones incorregibles,
sólo anhelamos la paz, no quejas ni lamentos, mucho menos dejar de fumar
cigarrillos o, entregar nuestros celulares, invasión que no debe ser permitida
a los escritores, quienes recibimos muchos mensajes por parte de seguidores y
seguidoras, quienes quieren sólo saber, cómo es el amor para mí.
¿Se puede entregar hasta el alma en una hora de sexo? Escribiré con
conocimiento afirmándolo, si fueran 8 horas de aguante por parte de ellas, para
enloquecerlas y convencer hasta la más frígida que, el sexo es el remedio para
todo, no los sentimientos o eso llamado amor, cuya definición, generación tras
generación, confunde más a las personas.
Una hora basta, si ellas lo entreguen todo, entre cientos de squirts, si
ofrezca pagar más antes de alcanzar mi orgasmo, ante respuestas como: ¡es
mucho!, no más por favor.
Las insaciables de 18 años alguna vez me confesaron: “es difícil
alcanzar el orgasmo con un desconocido en este oficio”, si al hacer el amor
conmigo, cambiaran de parecer y me preguntasen con total desparpajo: ¿de qué
ciudad eres?, respondiendo: de El Puerto Bravo de Mollendo, para escuchar: “¡quiero
ir a Mollendo, quiero tener cientos de hombres que me hagan el amor como tú!”,
si así explique, los roles de posesión, control, ser amo, con sometimientos
donde las convierto en mis esclavas y pedazos de carne con las que me
complazco, les insta no a retenerme, sino, a querer experimentar el umbral del
placer, conocido conmigo, pero con cientos de hombres diferentes.
¿Me explico con claridad cuando expreso el no querer repetir de pareja
al momento de hacer el amor o, tener sexo?
Si lo que haga sentir, no sea sólo potestad mía, así como yo, ustedes
estimados lectores, han de experimentar, sean libres o divorciados, si la peor
de las experiencias fuera el primer amor, algo superable por cierto, para luego
ser FREE y, poder disfrutar de todas las muchachas deseadas, en un mundo
moderno donde se rechazan ataduras y sólo se pide paz.
Ustedes deciden estimados lectores, las parejas para el sexo están en
todas partes y, todo empieza con una mirada, un cruce de miradas experimentadas
lo abrevian todo, si se desea sexo, si para esto, todo fluye espontáneamente,
sin esfuerzo alguno, a saber, no se sabrá más de quien te ha concedido sus
favores, si sobre la marcha de días, donde sólo el sexo cura enfermedades,
estrés, locuras donde se está a punto de reventar, no perdemos el tiempo en ser
conquistadores o galanes, si percatemos de inmediato las intenciones: ¿un
choque y fuga, o el inicio de una relación estable?
Reitero, es tu decisión y, no es necesario considerar el perder o ganar,
es sólo el disfrutar y, miren bien mi edad, 53 años, 1,84m de estatura, 95kg de
peso y, contextura atlética, con el aplomo que sólo sabe dar el sexo continuo
o, el poder de tener erecciones duras, fuertes como el hierro al rojo vivo y,
prolongado tiempo en el lecho, si uno como varón se excita más, cuando la
muchacha sometida, tiene squirt tras squirt.
Entonces, ¿es necesario saber quién es ella?
Dos personas que sólo quieren ser felices, donde no existen pasados, ni
la necesidad de dialogar por horas, como si se tratase de una terapia.
¿Ustedes desean debatir o hacer el amor?
¿Explique así mi decisión de no tener sexo con muchachas intelectuales? Las
conozco bien, demasiadas ideas de demasiados libros, como para ordenar y
responder con un propósito de vida para cada una de ellas.
Hay un lenguaje donde no se requiere tanta parsimonia o elegancia, la
mejor clase se da en el salvaje sexo, en la comunión de dos cuerpos donde no
nos interesa a ambos, qué pensamos de la vida, qué queremos de ésta, hacia
dónde vamos, o si el país se está yendo al carajo.
Sexo por el sexo y, nada más. Sin complicaciones.
Los discursos serios o solemnes, los dejo para mis disertaciones en el Facebook
sobre, libros, literatura, filosofía, historia, vamos, sabemos, eso aburre a
las muchachas.
Nada tan aburrido como un varón hablándole horas de horas a una muchacha
que sólo desea hacer el amor.
¿Te molesta mi forma de ser?, ¡no hay dinero para llegar a fin de mes!,
¡no puedes vestirte con esa ropa tan provocativa!, ¿quién es ese tipo que te
miró de esa manera!, ¿por qué lo tienes agendado en tu celular, quieres
revolcarte con él en la cama en mi ausencia?, ¡no me baja la regla!, ¿otra vez
la menstruación?, ¡ah, tú y tu bendita menopausia!, ¿por qué te cambiaste de
peinado?, ¿de cuándo acá te echas colonias agradables y te vistes mejor?, ¡no
soporto a tus amigos, mucho menos a tu familia!, ¿por qué tardaste tanto, con
quién estuviste?, debes saber que no me agrada el cómo te llevas con tus
compañeros de trabajo, ¿amor, crees que estoy gorda?, ¿por qué ya no me tocas
como antes?, ¡por qué tus prendas íntimas están mojadas!, y, un largo etc.,
donde sólo vemos sufrimiento.
¿Es un estilo de vida muy moderno?
Para quienes me lean por primera vez, puede ser propio de ficciones muy
agudas por parte de alguien que, tiene mucha suerte, para otros: la condición
idónea para vivir, sean varones o mujeres.
¿Quieres cambiar pañales llenos de mierda o de orines que se estrellan
en tu rostro? No tengo nada en contra del matrimonio, si ustedes sienten haber
sido estafados o, si sólo desean tener un poco de tiempo para sí mismos, diré,
como para leer, agradables textos como éste, debe considerar en tener un buen
presupuesto para comprar los preservativos más resistentes y, alcohol en spray,
si tenga la habilidad de saber auscultar a la muchacha con quien se vaya a
acostar, previas recomendaciones, para no temer contraer una enfermedad de
Venus.
¿Qué los hombres de mi edad, deberíamos estar cuidando nietos? Bueno,
rompí un esquema que, me proyecta a convertirme en un nonagenario cachero, un
varón a quien no le importa tener herederos y, sólo piensa todo el tiempo en
mujeres, digamos, a los 95 años, con el miembro viril erecto, atento a las
oportunidades a presentarse o, haciendo uso de su presupuesto, para el sexo con
las muchachas nuevas del mes.
¿Es posible esto? Sí, es posible y, no es porque los varones no tengamos
fecha de caducidad, hay remedios para todo, afrodisiacos que van mejorando año
tras año, facilidades y ventajas para ser un semental, así se tenga 95 años,
dentro de todas las fantasías propias de muchachas de 18 años quienes, quieran
sentir al padrillo penetrarlas una y otra vez, si pese más la leyenda, el
pasado de quien apostó por todas las muchachas y, renunció al amor de su vida,
para quedarse con todas.
No sé, ¿el amor se terminó por convertir en un martirio, con hijos a los
cuales ya no puedes cuidar y, juicios con abogados, para recibir pensiones por
alimentos?
Me he dado una pausa, entre las muchachas decentes, quienes sólo quieren
matrimonio y, las muchachas de la vida alegre, desde los barrios rojos que
abundan en todo el mundo, en medio de libertades donde sabemos qué es lo que
estamos haciendo.
Hay diálogos que lo dicen todo: son dos cuerpos de dos extraños que
saben alcanzar sus orgasmos, sin necesidad de saber quién es la otra parte, a
quien no se le extrañará ni, recordará su rostro o las palabras sucias dichas.
Sólo el peso de la vida, con todas sus cargas y responsabilidades,
siendo derrotado por lo liviano del sexo, mejor dicho, ese cielo que está entre
nosotros y sirve para hacernos felices, mientras decimos adiós con gratitud,
para estar llenos de expectativas ante la nueva muchacha a conocer, o el
hombre, según sea el caso, si defina dos tipos de personas, muy
particularmente: las autodestructivas quienes eligen casarse y, quienes no
llevamos ataduras ni anclas en este mundo, los que podemos elegir ser felices,
con cada nueva muchacha, para hacer el amor, ¡ese bendito sexo que tan bien nos
hace!
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Todos los derechos Reservados
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
25 de octubre de 2024
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