YO MATÉ AL DIABLO
JULIO MAURICIO
PACHECO POLANCO
AREQUIPA, PERÚ
27 de octubre de 2024
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Todos los derechos reservados
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
27 de octubre de 2024
Así escriba sobre proezas donde, nada me es desconocido y, en vida, haya
desmitificado, toda creencia con la cual, fue formada, la consciencia del ser
humano. Más allá de lo imposible, allí estoy yo, escribiendo y existiendo, si
precise, como lo hice en su momento: “toda pandemia que no me mate, me hace más
fuerte”, por mediados del 2020, dentro del testimonio más audaz jamás antes
escrito, en la memoria de los que, hemos cruzado todos los umbrales, sin
habernos corrompido ni, cedido a las fuerzas del mal, si en el 2020, busqué
apoyo por parte de, Las Fuerzas del Bien, en un contexto donde el mal y la
muerte, estuvieron de moda y, me hallé sólo en el mundo, sin tener ningún
referente del bien como apoyo, sólo mi consciencia y, mi propósito de no ceder
ante aquello que intentó destruir a la humanidad.
LOS MESES EN
QUE FUI IMPOTENTE Y ALCOHÓLICO
Luego de
haber superado el récord de las 2,000 muchachas de la vida alegre, usando el
sinedafilo, para tener erecciones inmediatas, si hasta antes de la pandemia, se
me reconoció como el varón que había estado con todas aquí en Arequipa, si
tuviera la costumbre, en esos lupanares, de haberle hecho el amor, en cada
visita, a tres muchachas por vez, llegaron los días en los que percaté, perdí
sensibilidad en el miembro viril, queriendo tener sexo sin preservativo, para
sentir a las muchachas, si estaba rompiendo mis reglas, sabiendo que hay
varones a los que el preservativo les incomoda para hacer el amor, una tarde de
pronto, dentro de mi apartamento, al recibir a una muchacha, en esos
preliminares acostumbrados, para frotar mi miembro viril en los traseros de
ellas, hasta alcanzar mi erección en segundos, me di con la increíble
experiencia que ya no tenía erecciones, ni siendo masturbado o que ellas
apelaran al sexo oral. Mis erecciones apenas duraban mucho más de un minuto,
para luego perder el poder, el vigor que se me caracterizó, para exclamar: ¡no
puede ser posible que la vida se acabe aquí! No daba crédito que, a mis 52
años, tendría que renunciar a los goces de la carne y decirle adiós, a algo que
fue una rutina muy placentera para mí.
Algo estaba
fallando en mí.
Sin temor a
la vergüenza, consulté con un amigo médico, quien me recetó Cialis, la pastilla
del fin de semana, con la cual, me garantizaba, tendría erecciones por 72
horas.
No resultó.
Mi temor a
las mujeres fue cuando al citarme con una muchacha en un hotel, no tuviera una
erección, inclusive sin preservativo.
Terminé
temblando, asustado, sentado en las gradas de La Catedral, de la Plaza de Armas
de la ciudad donde radico. Pensé, era mi final.
¿Era el
escritor cuya fama se basó en sus experiencias con muchachas de la vida alegre?
Pues sí, pero ahora, no tenía nada sobre qué escribir, si así, dejara de
hacerlo, por haber perdido mi poder, el poder de tener erecciones potentes que
respondieran a mi demanda de poder hacerle el amor a todas, de poder con todas.
Tuve la
oportunidad de ver entrevistas a Andrés García, referente en el sexo para con
las mujeres, confesaba de igual manera que el viagra y el cialis, no le
hicieron efecto alguno y que, apeló a una cirugía, donde se extrajo las
membranas fibrosas de su miembro viril, para llenarlos de bombitas que se
inflarían con una especie de bombín, si los varones no deseamos renunciar a las
mujeres, aun siendo impotentes, queremos seguir haciéndoles el amor, si di por
hecho, la impotencia era una realidad ante la cual creí, nada podía ya hacer.
No tenía una
razón para vivir, si hacerles el amor a las muchachas le daba una razón a mi
vida.
¿Qué hacer?,
¿escribir sobre mis memorias con las más de 2,000 muchachas que tuve?
Sé que era
demasiado joven para pasar por este tipo de infames experiencias. Una química
farmacéutica, dentro de todas las maldades que puedan tener las mujeres, me
dijo que yo estaba haciendo resistencia al viagra y el cialis, es decir, ya no
me harían nunca más efecto alguno, si es que empecé a comprar los viagras más
caros, sin lograr erecciones potentes que me daban poder, si en el ridículo de
mis sesiones de sexo, que llegaban a prolongarse a las más de 2 horas, sin que
eyaculara, ni con el sexo oral o la masturbación, por parte de ellas, lograba
hacer durar mis penetraciones más de un minuto.
Sinceramente,
sin saber qué hacer, yo, quien hacía campaña en contra del consumo del alcohol,
empecé a beber consuetudinariamente, como un perdedor, para encontrar otra
forma de felicidad, para aferrarme a la existencia, para seguir teniendo una
razón para estar aquí, si Ernert Hemingway se pegara un balazo por ser
impotente, si en mi soledad, me encerrara en mi habitación, para desde YouTube,
escuchar las melodías más tristes entre latas de cervezas heladas, unas tras de
otras, sintiendo su sabor amargo, si así, entendiera la psicología de los
alcohólicos, bebedores impotentes quienes gastan fuertes cantidades de dinero
que, en vez de destinarlo para las mujeres, lo destinaban para beber sin parar,
día tras días, en un círculo vicioso, donde no hay amor ni sexo, alegría
fundamental de la vida.
No es fácil
la experiencia de pasar por impotente, sentirse viejo a los 52 años y
retirarse, término que escuché de amigos mujeriegos allegados que, a sus 40
años, me confesaban que ya no tenían apetito sexual o erecciones constantes,
priapismos que derrotan a las mujeres, virilidades descartadas, donde los
varones pierden toda su autoestima y piensan que ya es momento de quedarse con
una sola mujer, para tener sexo sin preservativo, si nuestra naturaleza es ser
reacios a esta etapa de la vida: el casarse y tener hijos, es, sabemos, el peor
de los infiernos para los que hemos estado acostumbrados a no repetir de
muchacha en los lechos del amor.
Fueron 5
largos meses en los que bebí todos los días, rendido, derrotado, en soledad,
con la añadidura que, por mi fama de mujeriego incorregible, todas las mujeres
en complot, me retiraron el habla, si en esto se conspirase para que me quitara
la vida.
Dentro de
todas las vilezas posibles, le pedí a la muchacha con la cual fui, oficialmente
impotente, me diera el remedio, recibiendo como respuesta: “no hay remedio,
puedes ser gay ahora”.
El terror me
invadió ante tal respuesta, porque lo mío era definitivo.
Sólo me
quedaba la certeza que de ahí en adelante, sería un tipo triste y solitario,
bebedor, impotente y carente de la dosis indicada que me hizo tan feliz por
décadas: el sexo con las muchachas.
Era extraño,
me habían dicho que si siendo soltero, había superado las 2,000 muchachas,
tendría 3,000 más, si en el colmo, algunas en tono de sorna o burla, me
dijeran: ustedes los varones, no tienen fecha de caducidad, pero si soy impotente,
¿cómo podría seguir siendo feliz?, llegué a pensar, si en mi contemplar de
adultos mayores, dedicados a la bebida, se reían de sí mismos por confesar sin
vergüenza alguna, ya no servían para el amor, así tuvieran todo el dinero del
mundo, dicho sea de paso, usado para beber, bajo el lema: “sólo se vive una
vez” sí así, describa la idiosincrasia de quienes hallan consuelo en el alcohol
y otras desviaciones, como el de ser gay.
Fue entonces
que me llegó una sugerencia de Facebook, donde se me ofrecía un viagra natural,
importado de USA que, prometía ser el viagra de los toros sementales, los
padrillos para hacer raza, si es que los toros hacen el amor todos los días.
Nada tenía
que perder.
Compré el
pomo de 20 pastillas.
Era el oro
azul, por decirlo de alguna manera, un oro azul que vale lo que es.
Llamé
entonces a un zapatos blancos de confianza para que me recomendara a una
muchacha para hacer el amor.
Me recomendó
una muchacha que había retornado al oficio de los encajes rojos y habitaciones
de hotel.
Arrastraba la
certeza de ser impotente, temía ser derrotado más en mi ego de varón.
Ella tenía un
cuerpo de diosa, deseable, en su lencería fina.
Me hizo un
sexo tántrico hasta que alcancé la erección. Empecé a sentir la esperanza de
volver a hacerle el amor al menos a una muchacha de unos 25 años.
Percaté en
ese momento que era cuestión de días, de volver a ganar mi territorio.
Logré
alcanzar erecciones poco notables, pero duraderas, entre frases como: ya estás
viejo, no se te para como antes, no la tienes dura, se te muere.
Para
recuperar mi confianza, decidí visitarla unas 5 veces, hasta que la dominé como
en tiempos de antaño.
En ese
momento dejé de beber.
Era otra vez
el semental que no repetía de muchacha.
Procedía
ahora el ritual definitivo: hacerles el amor a muchachas nuevas, porque con la
mencionada, había recuperado mi autoestima.
Temía volver
a pasar por impotente, si es que, en este tramo de la lectura, deban saber mis
lectores, tomaba ya un remedio que me hizo recuperar las ganas de vivir.
Y todo fue
mucho más sencillo de lo que pensé.
Hasta que se
me hizo de trámite fácil estar en salas de espera de hoteles, donde sin saber
con qué muchacha haría el amor, erecto esperaba para ser atendido, sintiendo
otra vez el poder y aplomo propio de los grandes folladores, esos cacheros
dentro de los cuales, estuve en su momento.
Hasta que
gradualmente, empecé a durar más del tiempo debido, sin que ellas vieran el
reloj en su celular, disfrutando tanto como yo, del sexo.
Era mi
segundo debut, el remedio era eficaz, no sólo porque había dejado de beber, por
destinar todo mi dinero para el sexo, como en otros tiempos, sino, porque había
recuperado la alegría de vivir, sin haber tenido que casarme en la pandemia,
donde se promovió el matrimonio comunal, entre impotentes, señalados a la
desdicha, si la naturaleza en nosotros los varones radica en no estar amarrado
a una sola mujer.
Así, superé
la docena de muchachas para el amor, hasta quedarme sin ahorros, para esperar
hasta la próxima quincena, donde tendría dinero otra vez, para otras 12
muchachas, si precise, fui muy odiado por las mujeres aquí, por ser muy
mujeriego y negador del amor y, durante 4 años, las mujeres se negaron a
dirigirme la palabra, quedando encima, impotente y convertido en un alcohólico.
Bebo de mi
Cool Fresh, bebida refrescante sin alcohol, fumando mi cigarrillo mentolado,
pensando en todo lo que tuve que superar y comprender, desde la realidad de los
impotentes hasta la de los alcohólicos, si sea el varón que no recuerda rostros
ni nombres, el de las erecciones prolongadas, gruesas y duras, notables y, de
fama de semental, sin ningún deseo de tener hijos ni, compartir mi soledad con
nadie.
¿Por qué
escribí este testimonio?, porque sé, muchos lectores míos, deben estar pasando
por experiencias similares y lo han dado todo por perdido, como fue en mi caso,
en esos meses, donde me creí retirado de los lechos donde sólo se es feliz con
diferentes mujeres.
Es medianoche
ahora que escribo y, celebro mi libertad como soledad, esperando la próxima quincena,
para saber de 12 nuevas muchachas para hacerlas mías, si es que para mí,
escribir es un permanente orgasmo, como lo es, el no repetir de muchachas, a
las cuales, hago sentir mujeres en la cama, como debe ser, en un momento de la
historia donde las feministas sólo quisieron inducirme al suicidio, dentro de
la más fuerte de las resistencias, si deba añadir: durante 4 años, las mujeres
me quitaron el habla, dentro del peor de los odios y desgracias deseadas a
quien se creyó impotente y, encima, se hizo, por un tiempo, alcohólico.
He retornado
a mi elemento: a ser el hombre cincuentón feliz, que no repite de muchacha y,
no se casó.
©Julio
Mauricio Pacheco Polanco
Todos los
derechos reservados
Escritor y
Pensador Libre
Arequipa,
Perú
26 de octubre
de 2024
LA PECULIAR VIDA DE UN HOMBRE DE 95 AÑOS QUE NO DEJA DE HACERLE EL AMOR
A MUCHACHAS DE 19 AÑOS
Abrevio todos los protocolos de presentación, como el cortejo, preparar
todo un plan como, una cita romántica, con muchos detalles, diré, para tener
algo perfecto con una mujer seducida.
A qué le llamas, amor, si siempre termina en orgasmos y deseos de no
saber más de ambos. Mi discurso no te va a agradar, te voy a parecer muy
intenso, denso en mis palabras, sólo sé hablar de literatura, no tengo
problemas de salud y, no me enamoro, ¿puedes sorprenderme con algo diferente?,
porque la soledad que llevo, precisamente, me permite conocer muchas muchachas
que, sólo desean tener encuentros casuales, sin vínculos o apegos.
Para mis 53 años, muchos podrían opinar que es imposible mi vida, tal
vez sólo posible en la ficción, deba pues saber mis lectores que testimonio,
que es real este y todos mis anteriores escritos y, cuando no tengo dinero para
pagarle a una muchacha de 18 años que, quiere sólo placer, squirts y dinero,
sin que le pida su número de celular, para estar desde el WhatsApp, digamos,
¿controlándole, manipulándole?, no, diré que eso sí es imposible para mí, una
hora de intimidad donde alcance mi orgasmo, es suficiente para haberlo tenido
absolutamente todo, sin necesidad de volver a saber de ella, si precise,
ignoraré siempre su pasado, quién es, cómo se llama.
Porque cuando no tengo dinero, si lo tuviera, estaría con 5 muchachas en
un día, decido ver un video XXX para autocomplacerme y, tener más ideas para
cuando someta a las desconocidas, a las que sólo conozco cuando abren la puerta
de las habitaciones de los hoteles y, soy recibido con una amplia sonrisa, por
mi fama de buen follador o cachero, alguien que sabe maltratar las vaginas de
las mujeres, alguien que nunca se obsesiona, alguien que deja ir, para que
otras vengan.
Sé que son duros los días sin sexo, pero no la soledad, más bien ésta es
reconfortante, no hay temas de conversación que terminarán siendo tóxicos,
apenas horas perfectas en las que fumo mis cigarrillos mentolados sin ser
molestado, desde mi apartamento, escuchando la música que me gusta, tomando mi
Cool Fresh, una bebida refrescante, sin tener la molestia de escuchar: ¡eso te
hará daño!
No estoy pues dispuesto a ser controlado ni a recibir órdenes de nadie.
¿Así es la vida de un escritor y pensador libre? Pues sí, llevo hasta ayer, el
record de en 12 días, haberle hecho el
amor a 12 diferentes dieciochoañeras, muy bellas, muy lindas, de cuerpos
demasiado excitantes y, muy hembras en la cama, pero no tengo tanto presupuesto
como para completar el mes, diré, con no sólo 31 muchachas, siendo una, para
cada día del mes, sino, 5 por día, si a mis lectores les guste calcular las
cantidades o, sólo sepa pensar en sexo todo el tiempo.
Que tipos como yo, debieron estar casados hace años, se preguntarán mis
lectores, contra ello, tengo muchos saludables argumentos muy entendibles por
los varones vividos, quienes rechazamos toda atadura con otra mujer.
Una relación de pareja, tarde o temprano, termina por convertirse en una
relación de poder, en donde, las mujeres a nosotros, nos ven como propiedades a
humillar o maltratar. ¿Si he rechazado propuestas de matrimonio?, ¡claro que
sí!, no estoy en venta, el dinero de mujeres opulentas no me atrae, porque los
silencios dulces a esta hora mientras escribo, como este espacio propio ganado,
del cual escribí a mis 22 años, se caracteriza por no ser molestado por nadie.
Ya en su momento, conocí toda la ira de las mujeres y supe, no es eso lo
que quiero en mi vida.
Entonces, como escribí a un inicio, ¿es mejor el amor, con muchachas,
donde se abrevian prolegómenos de himeneos que han de terminar en sexo?, la
respuesta es sí, porque los cincuentones como yo, solterones incorregibles,
sólo anhelamos la paz, no quejas ni lamentos, mucho menos dejar de fumar
cigarrillos o, entregar nuestros celulares, invasión que no debe ser permitida
a los escritores, quienes recibimos muchos mensajes por parte de seguidores y
seguidoras, quienes quieren sólo saber, cómo es el amor para mí.
¿Se puede entregar hasta el alma en una hora de sexo? Escribiré con
conocimiento afirmándolo, si fueran 8 horas de aguante por parte de ellas, para
enloquecerlas y convencer hasta la más frígida que, el sexo es el remedio para
todo, no los sentimientos o eso llamado amor, cuya definición, generación tras
generación, confunde más a las personas.
Una hora basta, si ellas lo entreguen todo, entre cientos de squirts, si
ofrezca pagar más antes de alcanzar mi orgasmo, ante respuestas como: ¡es mucho!,
no más por favor.
Las insaciables de 18 años alguna vez me confesaron: “es difícil
alcanzar el orgasmo con un desconocido en este oficio”, si al hacer el amor
conmigo, cambiaran de parecer y me preguntasen con total desparpajo: ¿de qué
ciudad eres?, respondiendo: de El Puerto Bravo de Mollendo, para escuchar:
“¡quiero ir a Mollendo, quiero tener cientos de hombres que me hagan el amor
como tú!”, si así explique, los roles de posesión, control, ser amo, con
sometimientos donde las convierto en mis esclavas y pedazos de carne con las
que me complazco, les insta no a retenerme, sino, a querer experimentar el
umbral del placer, conocido conmigo, pero con cientos de hombres diferentes.
¿Me explico con claridad cuando expreso el no querer repetir de pareja
al momento de hacer el amor o, tener sexo?
Si lo que haga sentir, no sea sólo potestad mía, así como yo, ustedes
estimados lectores, han de experimentar, sean libres o divorciados, si la peor
de las experiencias fuera el primer amor, algo superable por cierto, para luego
ser FREE y, poder disfrutar de todas las muchachas deseadas, en un mundo
moderno donde se rechazan ataduras y sólo se pide paz.
Ustedes deciden estimados lectores, las parejas para el sexo están en
todas partes y, todo empieza con una mirada, un cruce de miradas experimentadas
lo abrevian todo, si se desea sexo, si para esto, todo fluye espontáneamente,
sin esfuerzo alguno, a saber, no se sabrá más de quien te ha concedido sus
favores, si sobre la marcha de días, donde sólo el sexo cura enfermedades,
estrés, locuras donde se está a punto de reventar, no perdemos el tiempo en ser
conquistadores o galanes, si percatemos de inmediato las intenciones: ¿un
choque y fuga, o el inicio de una relación estable?
Reitero, es tu decisión y, no es necesario considerar el perder o ganar,
es sólo el disfrutar y, miren bien mi edad, 53 años, 1,84m de estatura, 95kg de
peso y, contextura atlética, con el aplomo que sólo sabe dar el sexo continuo
o, el poder de tener erecciones duras, fuertes como el hierro al rojo vivo y,
prolongado tiempo en el lecho, si uno como varón se excita más, cuando la
muchacha sometida, tiene squirt tras squirt.
Entonces, ¿es necesario saber quién es ella?
Dos personas que sólo quieren ser felices, donde no existen pasados, ni
la necesidad de dialogar por horas, como si se tratase de una terapia.
¿Ustedes desean debatir o hacer el amor?
¿Explique así mi decisión de no tener sexo con muchachas intelectuales?
Las conozco bien, demasiadas ideas de demasiados libros, como para ordenar y
responder con un propósito de vida para cada una de ellas.
Hay un lenguaje donde no se requiere tanta parsimonia o elegancia, la
mejor clase se da en el salvaje sexo, en la comunión de dos cuerpos donde no
nos interesa a ambos, qué pensamos de la vida, qué queremos de ésta, hacia
dónde vamos, o si el país se está yendo al carajo.
Sexo por el sexo y, nada más. Sin complicaciones.
Los discursos serios o solemnes, los dejo para mis disertaciones en el
Facebook sobre, libros, literatura, filosofía, historia, vamos, sabemos, eso
aburre a las muchachas.
Nada tan aburrido como un varón hablándole horas de horas a una muchacha
que sólo desea hacer el amor.
¿Te molesta mi forma de ser?, ¡no hay dinero para llegar a fin de mes!,
¡no puedes vestirte con esa ropa tan provocativa!, ¿quién es ese tipo que te
miró de esa manera!, ¿por qué lo tienes agendado en tu celular, quieres
revolcarte con él en la cama en mi ausencia?, ¡no me baja la regla!, ¿otra vez
la menstruación?, ¡ah, tú y tu bendita menopausia!, ¿por qué te cambiaste de
peinado?, ¿de cuándo acá te echas colonias agradables y te vistes mejor?, ¡no
soporto a tus amigos, mucho menos a tu familia!, ¿por qué tardaste tanto, con
quién estuviste?, debes saber que no me agrada el cómo te llevas con tus
compañeros de trabajo, ¿amor, crees que estoy gorda?, ¿por qué ya no me tocas
como antes?, ¡por qué tus prendas íntimas están mojadas!, y, un largo etc.,
donde sólo vemos sufrimiento.
¿Es un estilo de vida muy moderno?
Para quienes me lean por primera vez, puede ser propio de ficciones muy
agudas por parte de alguien que, tiene mucha suerte, para otros: la condición
idónea para vivir, sean varones o mujeres.
¿Quieres cambiar pañales llenos de mierda o de orines que se estrellan
en tu rostro? No tengo nada en contra del matrimonio, si ustedes sienten haber
sido estafados o, si sólo desean tener un poco de tiempo para sí mismos, diré,
como para leer, agradables textos como éste, debe considerar en tener un buen
presupuesto para comprar los preservativos más resistentes y, alcohol en spray,
si tenga la habilidad de saber auscultar a la muchacha con quien se vaya a
acostar, previas recomendaciones, para no temer contraer una enfermedad de
Venus.
¿Qué los hombres de mi edad, deberíamos estar cuidando nietos? Bueno,
rompí un esquema que, me proyecta a convertirme en un nonagenario cachero, un
varón a quien no le importa tener herederos y, sólo piensa todo el tiempo en
mujeres, digamos, a los 95 años, con el miembro viril erecto, atento a las
oportunidades a presentarse o, haciendo uso de su presupuesto, para el sexo con
las muchachas nuevas del mes.
¿Es posible esto? Sí, es posible y, no es porque los varones no tengamos
fecha de caducidad, hay remedios para todo, afrodisiacos que van mejorando año
tras año, facilidades y ventajas para ser un semental, así se tenga 95 años,
dentro de todas las fantasías propias de muchachas de 18 años quienes, quieran
sentir al padrillo penetrarlas una y otra vez, si pese más la leyenda, el pasado
de quien apostó por todas las muchachas y, renunció al amor de su vida, para
quedarse con todas.
No sé, ¿el amor se terminó por convertir en un martirio, con hijos a los
cuales ya no puedes cuidar y, juicios con abogados, para recibir pensiones por
alimentos?
Me he dado una pausa, entre las muchachas decentes, quienes sólo quieren
matrimonio y, las muchachas de la vida alegre, desde los barrios rojos que
abundan en todo el mundo, en medio de libertades donde sabemos qué es lo que
estamos haciendo.
Hay diálogos que lo dicen todo: son dos cuerpos de dos extraños que
saben alcanzar sus orgasmos, sin necesidad de saber quién es la otra parte, a
quien no se le extrañará ni, recordará su rostro o las palabras sucias dichas.
Sólo el peso de la vida, con todas sus cargas y responsabilidades,
siendo derrotado por lo liviano del sexo, mejor dicho, ese cielo que está entre
nosotros y sirve para hacernos felices, mientras decimos adiós con gratitud,
para estar llenos de expectativas ante la nueva muchacha a conocer, o el
hombre, según sea el caso, si defina dos tipos de personas, muy
particularmente: las autodestructivas quienes eligen casarse y, quienes no
llevamos ataduras ni anclas en este mundo, los que podemos elegir ser felices,
con cada nueva muchacha, para hacer el amor, ¡ese bendito sexo que tan bien nos
hace!
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Todos los derechos Reservados
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
25 de octubre de 2024
2,500 SQUIRTS EN 5 DÍAS
Te pagué siempre para que te vayas. Lo dejaste bien en claro: “no
necesito a nadie a mi lado”; ¿cuántas veces tuviste squirts conmigo?, ¿eso me
hace sentir especial?, todas tienen orgasmos cuando les hago el amor,
sinceramente no te entiendo, sabes que soy escritor y que no vivo de la
literatura, me dices que estás dispuesta a trabajar para mantenerme, está bien
que tenga mi apartamento con todas las comodidades y viva solo, pero, ese es mi
estilo de vida, ser un solitario que se sienta a tomar sol a la puerta de donde
vive, se saluda con gente que no conoce y, recibe respetos y cariños, no precisamente por tener algún
poder, sólo aprendí a tratar bien a las personas, ¿es eso lo que te agrada de
mí?, que sea un buen ciudadano que se lleve bien con todas las personas, no me
hace diferente, todos queremos ser así, a veces los valientes lo somos, porque
hemos notado que todos son valientes, que dar el primer paso en una situación
donde habría que tener miedo, despierta el coraje de quienes no aguantan un
sistema en el que, inevitablemente se debe trabajar para poder alimentarse, sí,
la tengo fácil, al menos tengo donde vivir, esto no es España llena de okupas,
esto es Perú y, debes entender, soy consecuencia de lo aprendido aquí, sea esa
la razón de tu decisión: estar en un lugar donde hay paz y se duerme tranquilo,
sin temor a nada, donde hay seguridad ciudadana y, cuando llamas a la Policía,
ellos siempre vienen, entonces, ¿me amas a mí, o amas el lugar donde vivo?,
¿porque esa idea tuya de querer trabajar para mantenerme cuando sólo hemos
pasado 5 días, o es la amabilidad de las personas de mi barrio?, ah, los
precios de los alimentos estando al alcance de cualquiera, bodegueras rebajando
los precios o dando yapa, comida barata por las noches como salchipapas,
chinchules y caparinas, ¿es bien barato preparar un caldo de gallina aquí, no?,
con S/10 alcanza suficiente para todo el día, ¿es eso?, ¿el temor a ser mujer y
tener miedo a el ataque de delincuentes ante tu estado indefenso?, tengo otros
deberes, no está dentro de mis planes, tener una relación de pareja, mucho
menos tener hijos, debes haber observado que cuido de mi padre que es adulto
mayor, por ello, no es buena idea tu deseo de quedarte, buenos orgasmos has
tenido, ¿cuántos?, más de 2,500 en 5 días, tal vez, no suelo contar la cantidad
de orgasmos en mis mujeres y, si te he dado dinero por cada día, es para tus
gastos, no significa nada, no te trato como a una puta, es una vieja costumbre
hasta en parejas de casados, pero no creo en los apegos, menos en los
sentimientos, hemos dialogado tanto en estos días y hasta creo conocerte de
toda una vida, como seguramente debes pensar o sentir tú, es tan sencillo amar
cuando las mujeres se dejan amar, es tan peligroso acostarse con un varón que
no recuerda a cuántas mujeres ha tenido desde la número 2,000, en serio, no te
convengo, llegará el día donde no podremos soportarnos, donde la cama a
compartir sea un campo de batalla, ¿sabes de mis vivencias, no?, apenas tienes
22 años y yo 53, la cantidad de ex que tengo supera ampliamente a los tuyos, es
bueno decir adiós a tiempo y, creo, éste es el momento de decirlo.
Ella prendió un cigarrillo mentolado ante mi advertencia de no hacerlo,
por temor a la adicción a éstos. Sus senos ya no eran como los de una muchacha
de 13 años, duros como melones a los cuales, al momento de apretarlos, te queda
esa impresión excitante, sus senos eran sin embargo agradables a buen ver,
tocar, apretar y maltratar. Desnuda sobre la cama no sabía si llorar o guardar
silencio, un silencio muy intenso, mirando al vacío, a esas expectativas de vida,
donde las muchachas se esperanzan en encontrar a un buen hombre, si a mis 53
años tengo ese privilegio, tratar con muchachas veinteañeras como ella, de
todas las razas y condición social, por ser reconocido como El Puto Amo, el
übermensh, superhombre, ultrahombre, suprahombre, el de la eyaculación tardía,
el experto en los lechos donde se es feliz o, ella, aprendió a ser feliz.
¿En serio es eso?, es decir, ¿no sientes nada por mí? Su cabellera
castaña larga estaba despeinada por el sexo tenido hacía minutos. ¿Puede
existir un cincuentón como tú, dándose el lujo de ser un solitario, rechazando
a una veinteañera fiel y con intenciones de mantenerlo? Eres el hombre número
mil, sólo hay uno entre mil como tú, con tanta suerte, con tanta estima y
confianza, ¿me vas a dejar ir así no más como así?
Le contesté: tú has hecho lo mismo con muchos jóvenes, tampoco eres
virgen, tienes muchas vivencias para tus 22 años, a tu edad, las muchachas se
jactan de haber vivido bien la vida, sin haberse perdido de nada.
¿No te convence el hecho si te dijese, a mi lado, serías el hombre más
feliz del mundo? Ella empezó a jugar con mi miembro viril, se empezó a erectar.
Es inútil, hacerte el amor otra vez es para mí algo muy parecido a la rutina.
Hicimos el amor como 60 veces en 5 días, ¿a eso le llamas rutina, Julio
Mauricio?
Pues sí, sólo hay una rutina a la cual sobrellevo bien: mi soledad.
¿Y cuando necesites de afecto?
Hay cientos de muchachas para la higiene sexual en la ciudad, nunca te
prometí nada, empezamos jugando y dejamos en claro sería así.
¿Fui un juego para ti?
Tú fuiste quien quiso jugar, recuerdo haberte dicho, el amor no está en
mis planes.
Ella se despeinó, en ese momento entró en el trance cuando las muchachas
pierden la razón, conozco bien esos delirios cuando lo han entregado todo y se
sienten muy destruidas por adentro.
¡Por favor, permíteme estar unos días más contigo!, será para aprender a
olvidarte.
¿Olvidarme?, pero si sólo hemos convivido 5 días. Si gustas te puedo
presentar amigos necesitados, estarán felices de estar contigo.
¡Me tratas como a un objeto!, te has complacido conmigo a tus anchas,
todo lo hemos hecho en esta habitación, no hay nada del sexo obviado entre tú y
yo.
A eso le llamo: gastarse, digamos, unas 2,500 poses para el amor y centenas
de miles de squirts.
¿Y si lo hacemos por última vez? Ella agarraba con fuerza mi miembro
viril muy erecto, grueso y muy grande, lo miraba, observaba, le daba besos
apasionados, se lo metía a la boca una y otra vez, lo pasaba por su rostro,
recorría su cuello, orejas y pechos con él, sabía cómo terminaría esto: un
embarazo, la manera más sabida para atrapar a un hombre.
Ya no te deseo, me conociste así, libre, free, ¿deseas retener a un
hombre sin deseos hacia ti?
¡Sí me deseas, estás erecto!
Erecto como lo estoy con todas las mujeres, sabías de mi fama, puedo con
todas las mujeres, sólo soy tu trofeo en medio de guerras de amor, no te
convengo, en serio, te haré sufrir, ¿recuerdas como fueron tus anteriores
convivencias?, ¿no terminaron siendo un infierno?
Julio Mauricio, contigo no pasará eso, lo juro, seré tu esclava, sumisa,
amorosa, cumpliré todos tus deseos, haremos siempre el ritual del Mauricio
Nuestro, ese donde le rezo a tu inmenso miembro viril, al cual lo siento como a
mi Dios.
Toma las cosas con calma, mereces un muchacho inexperto con quien puedas
entenderte, no siempre tenemos todo lo anhelado.
¡No quiero irme! Sentenció con dolor e impotencia, mientras reposó su
rostro sobre mi miembro viril.
Guardé silencio mientras la veía derrotada, sus ojos se volvieron
claros, casi de un color turquesa, esos significados del amor donde se ve el
alma.
5 días no son el amor. 5 días apenas son un choque y fuga. 5 días no son
el lazo de unir a dos personas para siempre. 5 días son suficientes cuando ya
no hay deseo. Es cierto, estoy erecto, pero es una reacción mía ante cualquier
mujer, no es ante ti, es ante tu representación como hembra en celo.
Eres cruel, Julio Mauricio, muy cruel, y ahora, ¿cómo te olvido?
Me superarás, no tienes 40 años, tienes 22, a tu edad, aún te falta
conocer a mejores maestros quienes te conducirán por derroteros del placer más
intensos.
Ya los he conocido.
¿Y dónde están ahora?
Están destruidos. Se repuso mientras empezó a arreglarse el cabello para
hacerse un moño, se levantó y cogió lo único de prendas traídas, fue una cita
por el Facebook, de verdad no pensamos duraríamos 5 días de largo.
¿Destruidos?
Sí, se enamoraron.
Entonces era eso, querías mi amor.
Sí.
Y terminaste siendo la enamorada tú.
Me marcho, Julio Mauricio, me marcho, la pasé de la putamadre contigo,
siempre estaré dispuesta para ti, eres duro de domar, pero, sólo por
curiosidad, ¿me extrañarás?
No, sólo escribiré sobre ti.
¿Sólo eso quisiste conmigo?, vaya, tener una historia más para escribir.
Escribo sobre mis vivencias y, éstas son sólo con mujeres.
Vas llenando otra biblia más, has escrito dos biblias antes, ésta es tu
tercera biblia. Me hubiera gustado tener un hijo tuyo, bien perro, incapaz de
enamorarse, ni siquiera llevas tatuajes en tu cuerpo, no pensé encontrar a un
cincuentón como tú, encima, solterón.
Escribí una novela sobre ello, ¿recuerdas?: Un hombre soltero.
Nunca perderás tus costumbres, tienes los remedios para seguir haciendo
el amor hasta los 100 años, Julio Mauricio, si viviera mucho, tanto como estás
destinado a vivir tú, te dejaré una rosa en tu tumba y, sólo para cerciorarme
de tu vitalidad y vigor con tus nuevas conquistas, si ves colillas de
cigarrillos o rosas en la puerta de tu apartamento, cuando salgas a tomar sol,
como acostumbras, es sólo para recordarte lo muy feliz o dichosa de haberme
hecho sentir, contigo no temí ser hembra, mujer, puta, diosa, deseada, sucia,
perra, yegua en celo.
Ella sonrió y me dio un beso en los labios, para añadir riéndose: ¡soy
una hija de puta!, felicitaciones Julio Mauricio, sólo seguía jugando como
desde el inicio, celebro tu estar, todos los hombres deberían ser como tú, vine
siendo libre para conocer un hombre libre y, me voy siendo libre, dejando a un
hombre libre, amante de su soledad, te haré más fama eh, eres el tipo de macho
buscado por nosotras, las veinteañeras.
Y se marchó, nadie lloró, nadie sufrió, no hubo dramas. Me recosté sobre
mi cama desnudo, prendí otro cigarrillo mentolado, era cierto, fueron 5 días
memorables de sexo continuo, acabé el cigarrillo, tomé algo de agua de la jarra
e hice algo muy bueno: sentarme a escribir.
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Todos los Derechos Reservados
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
18 de octubre de 2024
BOMBA DE VACÍO O, SECRETOS QUE ERAN DE MANDINGO
Sepan mis lectores que, cuando la muchacha de la vida alegre, me confesó
que yo era el hombre número 50 del día, no me quedara sorprendido sino,
pensara, aquí pasa algo, fue que ella me confesara: “es a voluntad, tomo una
taza de té con unas gotas de Yumbina de USA y, eso hace que tenga deseos de
hacer el amor todo el día, indiscriminadamente sea el varón que me toque, así
muchas hacemos dinero, mi estimado ingenuo escritor, porque una mujer en
condiciones normales, no aguantan a 50 hombres por día, más aún si es con
orgasmos o una maratón de sexo de tal envergadura”.
Al salir del hotel, caminé plácidamente por las calles de la ciudad, era
ya noche, era el día del hombre, estaba enterado que ellas estaban predispuestas
ese día a tener orgasmos con más facilidad, por el alcaloide que ingerían, es
decir, estaría yo muy excitado y, ellas, tendrían orgasmos, placer o, sentirían
con más intensidad la sesión de sexo conmigo, si es que apurase por dos horas
más con una muchacha que había ingerido Yumbina.
Tomé dos cuadras hacia la Plaza de Armas, para darme una pausa y en un
café concurrido por tertuliadores, desde los altos, para ver todo el panorama
de la Plaza, ordenara una Coca Cola de a litro, con cubos de hielo y, un cenicero,
para meditar en lo que se me había confesado, si es que en su momento, escribí
mucho sobre mujeres multiorgásmicas, algo que mis lectoras no creían, por ser o
bien frígidas, estar sometidas a mucho estrés o, atravesar la menopausia, sea
según el caso, cuando ya sentado sobre la mesa, saludé a un conocido de unos
ochenta años, rubio, de ojos celestes y aún agraciado señor que, suele ir
siempre a ese café, para reunirse con sus amigotes, para tomar unas cervezas y
tertuliar sobre sus propios asuntos.
Lo menciono, porque tiene relación con lo que debo revelarles a ustedes
mis lectores y lectoras que, siendo el día del hombre, como reitero, él señor
demostró ser otro cacherito ochentón que conservaba siempre en base a mañas o
remedios, su compartida afición por las mujeres, como la de tantos octagenarios
y nonagenarios de la ciudad, si lean mis lectores que no hablo de vigorosos
muchachos en busca de sexo, sino de adultos muy mayores que disfrutan de los
placeres de la carne, como si fueran muchachos de 14 años.
Y es que sentados a la mesa con este señor, mientras yo veía en mi
agenda, a qué muchacha elegiría por ser mi día, el día del hombre, para hacer
el amor, sabiendo que ellas, estaban bajo el efecto de la Yumbina, percaté que
este señor estaba con dos muchachas de algo de 16 años cada una y, otro
muchacho de unos 18 años, riéndose como quienes hacen la previa, para el trío
que se daría este buen parroquiano, con estas dos menores de edad que, ya se
conocían todas las mañas de las que llevan vida de señoras y, optaron por el
camino más fácil para hacer dinero, ante estos buenos pagadores que, siempre
prefieren a las muy menores.
De pronto me llegó un mensaje a mi WhatsApp y vi un artefacto extraño
llamado: Bomba de Vacío, decía: “impresiona a la mejor muchacha de la ciudad
con un miembro viril de 35cm de largo y 15cm de grosor”. Pensé que era una
broma de mal gusto de alguna de las muchachas que, querían sacarme dinero o
hacerme pasar un mal rato, vi el precio y un pequeño video donde estaban las
indicaciones sobre el cómo usarlo y una nota final: “¡sé el más macho en el día
del hombre, esta noche!”.
Probé de mi Coca Cola con hielos, tomé unos cubos de hielo para sentirla
más helada, el calor o la calentura hacía que demandara mi cuerpo, fuertes
ráfagas de viento gélido o bebidas refrescantes bien heladas, para calmar la
testosterona que expelía por todas partes que, si bien, sé, cuando una mujer
entra a una casa donde viven otras mujeres, su olfato les hace reconocer si hay
ahí mujeres con hongos vaginales, también sé por confesión de las mismas
mujeres, ellas tienen la capacidad de oler la testosterona que emanamos sin que
nosotros los hombres, nos demos cuenta.
Bueno, pasé el rato pensando en esos africanos a los que los blancos,
cada vez que los sorprenden con sus aventajados miembros, la exclamación sea:
¡esto es cosa de Mandingo!, si ellos se llevaron la fama de tener miembros
viriles enormes, sólo, hasta ahora, que cuando termine de leer este escrito mis
lectores, estemos por fin todos parejos que, ya no es por fin una exclusividad
de los africanos tener tan grandes miembros viriles sino, esto, era sabiduría
de pocas personas y, cuando el escritor comparte sus experiencias, es porque
aporta lo que anteriormente no se ha escrito, sepan que el señor ochentón de
quien hablé, empezó a apurar la única cerveza sobre la mesa, lo cual me hizo
pensar que estaba apurado, porque se levantó de la mesa con su morral para ir
al baño, para luego regresar sin que le diera importancia, porque más
concentrado estaba en elegir una muchacha para durar por lo menos un par de
horas, si sé que, cuando una mujer está excitada, no está apurada para terminar
la sesión de sexo pagada y, puedo hacer el amor todo el tiempo que desee,
cuando de pronto, las muchachas menores de edad que, habían elegido el camino
más fácil para ganarse la vida, con buenos pagadores, empezaron a cantar una
canción de un programa de niños, para ser exacto, de Las Dalinas: “ya es la
hora, ya es la hora, ya es la hora de jugar, brinca, brinca, brinca, salta…”,
ante mi atención, siendo mi asombro mayor cuando este señor ochentón de ojos
claros y cabello rubio, dejara al muchacho bebiendo sólo, con una suma de
billetes impresionante, siendo mayor mi impresión que al verlo erguido, la
proporción de su miembro viril debajo de su pantalón de tela era inmensa,
propia como se diría, de Mandingo.
Se fue de las manos con las dos muchachas, festejando el día del hombre,
si es que tuviera en ese instante el deseo de volver a ver el mensaje en el
celular, del WhatsApp, donde la Bomba de Vacío prometía lo que había visto, un
miembro viril enorme debajo del pantalón del ochentón que les daría duro a esas
vaginas que, serían maltratadas por alguien que por algo era viejo y sabio.
Vi el video, era un tutorial de YouTube, repasé una y otra vez las
indicaciones y vi el número de quien me había enviado ese mensaje, llamé de
inmediato, “¿aló, soy Afrodita?, ¿deseas ser el más macho de todos en el día
del hombre, señor escritor?, tengo la Bomba de Vacío, te enseñaré a usarla y te
daré todo el placer que desees, quiero terminar bien el día, sé que eres el
único que dura muchas horas en la cama, quiero que me dejes bien abierta,
¿vienes bebé?”.
Vi la dirección, estaba a dos cuadras del café en donde tomaba mi Coca
Cola. Me sonreí como todo un campeón. Jugaba Perú contra Brasil, era un partido
por las eliminatorias; Brasil era famoso por sus macumbas o brujerías hechas
antes de empezar un partido de su seleccionado, me olvidé del partido, pagué la
cuenta, apuré el paso, llegué a la dirección indicada, la puerta sola se abrió
luego de haber apretado el intercomunicador, una voz desde allí me dijo:
“ciérrala papito”.
Es que era impresionante, si bien, de por sí, mi miembro viril en grados
de excitación, llegaba a los 19cm, lo que Afrodita hizo, fue algo que nunca
creí, podía ser posible, había pericia y conocimiento en la manera en cómo
bombeaba mi miembro viril dentro de la Bomba de Vacío, hasta que llegué a
llenar todo el artefacto, para colocarme un anillo que retendría la cantidad de
sangre en mi pene enorme y, luego, ponerme un preservativo amazing, esos que
sólo usan los africanos.
Está demás decir que, desde entonces, el sexo es otra experiencia para
mí.
Mayor es mi fama como escritor, mayor como cachero, a mis 53 años, si
vuelva a afirmar, algunos hombres a mi edad, están pensando que ya están por
retirarse de la carrera de las mujeres o, otros como el desaparecido, Andrés
García, se hizo colocar unas bombitas para tener erecciones, extrayéndose las
paredes cavernosas que se llenan con sangre y oxígeno en el falo, con tal de
seguir disfrutando de sus mujeres o, recordase las memorias de Julio Iglesias
cuando declarara: “ya viví demasiado, a las justas puedo mover este brazo
derecho, con lo que he vivido basta y me siento agradecido”, si aquí, en mi
entorno, con las personas que me relaciono, desde una ciudad revolucionaria,
donde hay muchos poetas y escribidores que fungen de querer ser escritores, me
di una encerrona con la diosa Afrodita, hasta dejarla patuleca, es decir,
escaldada o con las piernas arqueadas.
Tuvo razón: me hizo sentir el más macho de todos, en el día del hombre.
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
15 de octubre de 2024
EL ESCRITOR QUE SÓLO TIENE PRESUPUESTO PARA 9 DIFERENTES MUCHACHAS POR
MES
Soy un convencido que moriré haciendo el amor, claro está, con muchachas
veinteañeras, si es que he logrado entrar al Club de nonagenarios cacheros que,
conociendo los remedios que tengo yo, para tener erecciones de inmediato, al
sólo cruzar el umbral de la puerta de la habitación del hotel, celebre la
sorpresa de hallar a una muchacha que, ansía alborozarse con la sabiduría de
este cincuentón que nunca ve la hora en su celular, que sabe, a las muchachas
de la vida alegre les encanta en demasía el sexo, que el servicio de 20 minutos
puede durar una hora, si sus entrañas adquieran la temperatura de los hornos
donde se cosen desde pizzas hasta cerdo o pavos, si en mis mañas, descubra
rápido cuáles son sus zonas erógenas más sensibles y las haga desear que la
sesión conmigo no acabe nunca.
La pregunta es: ¿llevas a muchachas que recién conoces en segundos, a
orgasmos inolvidables?, porque esto me confesó una muchacha de 17 años en un
lupanar, rubia, blanca, de cuerpo de certamen de belleza que, cuando hizo el
amor conmigo, me pidió si podía hacer shows con ella para todos los presentes
que, se calentaban viendo hacer el amor a sementales como yo, con 1,84m de
estatura, 100kg de peso, cuerpo de complexión atlética y, ágil para todas las
poses del amor si mi fama es de durar horas sin eyacular en esos deliciosos
trances donde se adquiere la mejor resistencia física y se es sumamente feliz.
Sin embargo, porque siempre hay un sin embargo, sólo tengo presupuesto
para 9 muchachas en un mes, 9 muchachas nuevas que me tarifan a S/50 la sesión,
algo de 13 dólares al cambio, es decir, lo que cuesta un plato de chicharrón de
chancho.
Y entonces, por qué mi afán de no repetir de muchacha, quizá sea por la
misma razón de que ellas, quieran saber de nuevos machotes en sus habitaciones
de hotel, no de esos que se enamoran de ellas, algo que no está dentro de sus
reglas, si me esté expresando en el término de los FREE, seamos varones o
mujeres, porque no todos los hombres pueden no enamorarse de muchachas tan bellas
ni, ellas pueden sentir codependencia con un varón que las hostigue y echen
lazos sentimentales hacia ellas.
Es su trabajo y se debe respetar, nunca confundir la realidad.
¿Que si soy feliz así?, pues sí, tengo todo el tiempo del mundo para
estar con las que desee, si el dinero fuera sólo un imán para las mujeres que
quieran tener hijos, muchos hijos y, un varón que tenga el don de ser protector
nato y, para eso, hay que tener mucho dinero, entre pagar a las mejores
institutrices que además de ser eruditas, sean políglotas y, mientras la mujer
bien casada con un hombre millonario, se dedique a ver crecer digamos a, sus 10
niños, mientras el varón esté trabajando y en plena confianza que su mujer,
nunca le será infiel, porque la ha llenado de hijos, si es que los niños sean
la razón para amar a la mujer que los parió.
Apenas tengo 53 años recién cumplidos hace dos días y vivo feliz, con
planes y metas a concretar, con pocos amigos, pero tesoros que pueden
convertirme en un hombre pudiente que consiga todo en la vida.
Creo que ya es tiempo de despegar, de empezar a buscar una técnica en
enfermería para que cuide de mi padre de 82 años, que tenga prohibido hablarle
de enfermedades y, le masturbe y haga el sexo oral, para que reaccione de esa
languidez donde él cree, el sexo forma parte del pasado, cuando sé, hay
nonagenarios que siguen disfrutando de las muchachas veinteañeras.
No me hago problemas si es que pusiera una cadena de restaurantes y para
recibir protección, tuviera que pagarla a la mafia. En Perú todo es mafia, esas
son las reglas y, creo, la mafia es más efectiva que las fuerzas del orden en
estos casos.
Así, tendría una mano derecha con la Ley y, otra con Los Padrinos que
cumplen con su función, hasta cuando pueda ser posible, es decir, hasta cuando
la fortuna a concretarse, termine. En este mundo, las reglas siempre fueron así
y se deben respetar que, cuando hay bonanza, para todos alcanza, porque El
Padrino, lo único que pide es: respeto.
¿Si soy dichoso?, pues lo soy, dentro de mis luchas internas entre el
bien y el mal, creo, esa es una de las razones del por qué, se reconoce a los
escritores, no por su fecunda obra, conozco muchos escritores igual de fecundos
que yo, mas no trascendieron, porque en ellos venció la maldad.
Sano y sin enfermedades del amor o de Venus, hallo sabiduría y lucidez
luego de haberle hecho el amor a esas veinteañeras que están en la edad del
goce y el ser liberales, es la condición humana, eso es lo que somos, o pensó
mi estimado lector que, sólo a nosotros los varones nos gusta en demasía el
sexo, no, a las muchachas también les encanta los excesos del sexo y, en esta
generación, todo ha cambiado, el despertar sexual desde el 2020 fue muy
acelerado y, estamos todos nivelados y, es un derecho el aborto como el que las
muchachas sean líderes en la universidad y además, no tengan pudor al sentirse
putas.
Lograr eso con una veinteañera, que sea feliz siendo puta, es cosa de
maestros, porque los años pasan velozmente y, se arrepienten las jovencitas de
no haber disfrutado al máximo de su sexualidad, si lo pensaran así a los
ochenta años, que el sexo, es el elixir de la eterna juventud y de la salud,
así que si estimado lector, quiere salir de su depresión y enfrentar el mundo
como pez en el agua, le sugiero que tome Vicerex y, entienda, la vida no se
acaba a los 30 años, como les pasa a algunos hombres que son impotentes a esa
edad, porque doy fe por allegados míos que, disfrutan del sexo siendo
nonagenarios y, ríen de la vida, como los que sabemos, de qué trata ésta, si el
propósito es ser feliz y entrar en otro estadio de mentalidad, donde la
tolerancia sea mayor, que si el muchacho empezó siendo gay, los padres de
familia no deben preocuparse, es una Ley en nosotros los varones, sin
distinción alguna, ser mujeriegos tarde o temprano, si así surgiera la jocosa
frase: ¡viejo lesbiano!
¿Experiencias?, o será que entré a la edad madura donde me he humanizado
y conozco más la condición humana, diré, con profundidad, dentro de todas sus
complejidades, si es que ya no estoy peleado con el mundo y sé, que mi miembro
viril de 18cm y un diámetro de 10cm, puede con otras mañas, alcanzar los 35cm y
el grosor de 15cm, aún teniendo noventa años y, esto es conocimiento y
sabiduría.
¿Qué el sexo alarga la vida?, pues sí, la alarga, otorga un mejor
sistema inmunológico y da un aliento vital donde sólo se ansía vivir más.
Perú terminó por convertirse en una sociedad muy madura después de la
pandemia y, lo revelo desde mis escritos, al hecho que hayan personas que no
logren adaptarse al ritmo veloz que lleva esta sociedad.
Si dentro de mis escritos está la memoria de los 29 millones de muertos
por la pandemia en todo el mundo, quede ese legado sobre la resiliencia y el
cómo afrontar lo desconocido, particularmente, no hablo de enfermedades sino de
sexo victorioso y óptimas experiencias y, esto parte desde alguien que no tiene
dinero, apenas el presupuesto para tener sexo con 9 muchachas al mes, 9
muchachas nuevas siempre, algo que no pasa de los S/450, si el presupuesto sólo
para el almuerzo de un mes para un trabajador que gana el sueldo mínimo sea de
S/600, si así entienda mi lector, bajo qué condiciones promuevo el amor que
dura horas y hace felices a ambas partes, porque no hago diferencias entre
rubias de ojos claros o, mujeres de piel de ébano, morenas, mestizas y un largo
etc., donde les comparta esta sabiduría que me costó tanto alcanzar, como
escritor y pensador libre, ultraviril por antonomasia e impoluto e
incorruptible.
Muchacho lector, toma las cosas con calma, que si bien el amor al principio,
es una bella sorpresa, luego aprenderás sobre tu responsabilidad individual:
casarte con el primer amor de tu vida o, ser liberal como yo, porque es lo
mismo, casados o no casados, este estilo de vida se termina por consentir
seamos varones o sean mujeres que, la infidelidad, no es para tomarla en serio,
siempre y cuando, los hijos a tener sean de uno que, tampoco uno se revuelca en
los lechos con la primera persona que aparezca, lo que más cuidamos nosotros
los varones, es la salud de nuestro miembro viril, tan igual como las mujeres y
su aparato sexual que es más complejo que, si logra hallar un joven con
bastante testosterona, no te extrañe lector que pierda las arrugas una
sesentona que luzca como una muchacha de 20 años, mostrando su sonrisa, porque
esos prodigios hace el amor.
Entonces, volviendo a como empecé, ¿es legítimo que mi padre recupere su
confianza con muchachas que le acompañen en el día, para luego ir tras el amor
de su vida, mi madre, con quien se va para los 54 años de matrimonio y ambos
vuelvan a rejuvenecer y ser felices, porque no se podrá caminar inclusive, pero
el sexo es misterioso, para eso sí uno se olvida de todos los males y el
organismo reacciona como el de un púber de 13 años.
No sé si otros escritores les han hablado sobre esto, no sé de las
tristezas y penas que arrastren adultos mayores, hastiados de la vida y
aburridos de rutinas donde se añora con nostalgia los años felices.
Pertenecemos a una generación que está destinada a tener sexo hasta los
122 años, porque los científicos han reparado eso en nuestro código genético,
si para ese entonces, la medicina natural y de la ciencia, haya logrado
alcances impresionantes, porque en mi agradecimiento, les comparto el número de
celular de Perú, al cual deben agregar el +51, porque si bien, me creí sexólogo
y mujeriólogo, hay maestros de saber superior al mío y, seguiré conociendo a
muchos más en todo lo largo de vida placentera que tenga, para seguir
escribiendo como lo hago ahora, con testimonios donde el paraíso está donde vayamos,
si el sexo permite tener una mente sana y un cuerpo sano.
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
13 de octubre de 2024
PRIAPISMO A LOS 53 AÑOS
Creo que para nadie es cómodo, estar erecto todo el día, desde que amanece,
hasta la hora de dormir, bueno fuera que, haciendo el amor con las muchachas de
la vida alegre, calmasen mis apetitos sexuales o demandas, ante tamaña lujuria.
Apenas llevo dos días tomando Vicerex y, no es que sea que en este lado
del mundo sea primavera y por tanto ande como un burro, pasa que además, tengo
la eyaculación tardía y las horas de sexo continuas, con todas las poses
acrobáticas posibles para meter el miembro viril hasta donde acaba el útero,
dentro de las paredes del endometrio, superando el cuello uterino, volviendo al
uso saludable de los preservativos, requisito para tener una sana vida sexual,
sin temor a contagios o, embarazos no deseados, si haya escrito muchos libros
sobre el cómo provocar la menstruación y, extraer el embrión de las paredes
internas del útero, deba precisar que he rejuvenecido, si hasta hace unos días
atrás, creí, la cerveza le daba razón a mi existencia, si fue entiendo, por
razones de soledad y, por creerme impotente, ante experiencias penosas donde
llegué a terminar sentado en las bancas de la Catedral, temblando, asustado,
por haber creído que mi carrera con las mujeres acababa de la manera menos
pensada si, soy precisamente el escritor que escribe sobre sus experiencias con
las veinteañeras, pudiendo elegir a la que desee, como otrora años fueran mis
costumbres.
¿Qué es plácido estar horas de horas haciendo el amor con muchachas de
vaginas estrechas? La respuesta es afirmativa. ¿Qué los don juanes requerimos
de libertad completa para poder estar con todas? Es real, no otorgas derechos a
ninguna y hay tiempo para escribir, después de las memorables horas en los
lechos, donde uno es feliz.
Es como cuando el miembro viril está muy grueso, con el glande demasiado
crecido y, la erección es notable, mayor y, entra por sí solo dentro de la
vulva de la muchacha, para que ésta de inmediato, sienta el fierro que le
maltratará su sexo hasta hacerla gritar de placer.
Lástima que sólo me enamore por horas y, luego, en breve, esté pensando
en quién será la nueva muchacha a amar, hacerla mía, a quien deba poseer.
Y no es que carezca de sentimientos, es muy superficial aquel que diga
que sólo se puede amar a una mujer en la vida. Cuando has profundizado en las
artes amatorias, sabes que sólo necesitas de unas horas para, llegar a conectar
de alma a alma, todo lo que se puede vivir en una convivencia, si al hacer
todas las poses, habidas y por haber, quede sólo el recuerdo de quien es feliz
y se dedica sólo a ello: hacer el amor y escribir.
Que pueden resultar embarazadas en un descuido. No soy un buen partido,
no soy adinerado y, sé, si hubiera algún accidente o rotura del preservativo,
ya el padrote se encarga cada mes de hacerlas abortar, para él mismo no tener
problemas por juicios de alimentos si, para una trabajadora sexual, no es un
negocio resultar embarazada, por privarle de su trabajo y la creatura a tener
sea una carga en vez de una bendición, si así de claro está para mis lectores
mis vivencias.
Recordar por ejemplo los condones semáforos y preservativos inteligentes,
esos que cambian de color y según éste, revele si es que el parroquiano tenga
alguna enfermedad de transmisión sexual, era algo que olvidé, si las muchachas
dentro de sus precauciones a tomar, los coloquen en nuestros penes erectos,
para verificar si uno está sano, como es mi caso, ante el asombro de conocidos
que me preguntan: ¿más de dos mil mujeres y no se te pegó ninguna enfermedad de
Venus?
No hay muchacha de la vida alegre que permita, su reputación profesional
sea mancillada, por levantar rumores que sea ya inservibles para el amor, así,
sé por dónde me desplazo, si hoy, he cumplido apoteósicamente mis 53 años y,
los he disfrutado como todo un sabio: haciendo el amor con una veinteañera que
bien puede ser mi hija, porque no sé, ¿cómo festejan las demás personas sus
cumpleaños?, ¿bebiendo sin parar con amistades que al beber, sienten que les
nace su mujer interior?, vaya definición esa de: mujer interior, salvada por el
consumo de alcohol que se supone, perdona cualquier ridículo, si se diga al día
siguiente: no recuerdo nada, me van a disculpar, pero es la verdad, otra frase
hecha para estar libre de todo acto vergonzoso y humillante.
¿Me arrepiento de no haberme casado? Al contrario, celebro el no haberlo
hecho, sino, estaría ahora, en vez de escribir, trabajando de lugar en lugar,
mandando dinero a una mujer que se supone, pide dinero para la creatura,
mientras hace uso indiscriminado de su sexualidad con cuanto hombre pueda, por
saber de mañas para no volver a resultar embarazadas, si de ello seguramente me
he librado, en un entorno donde sólo sé escribir y puedo, dentro de mis
privilegios, dedicarme a ello.
Y lo reitero como lo escribí hace años: no he venido a escribir sobre
penas y tristezas, estoy en este mundo para rendir culto al Dios Priapo, de
donde deriva este escrito, el priapismo o erección permanente, si dentro de
estos plus, además de no eyacular nunca, por retener la simiente, energía que
me permite tener sexo continuo, sea además alguien que disfruta del silencio o
el escuchar música instrumental o heavy metal, alguien que no se enamora por
más de 4 horas de la misma mujer y, alguien que testimonia para sus lectores,
no soy de beber ni consumir drogas, como lo hiciera un escritor al cual se me
relaciona y, tiene muchos seguidores que, en el disparate de los casos,
terminaron casándose con muchachas de la vida alegre, si sepa dejar a todas,
por saber que siempre se renueva el grupo de muchachas que dedicadas a los
cultos del placer, están un tiempo en esta ciudad y luego, viajan en busca de
más aventura o goce, a otras ciudades, para saber de otros hombres, desde los
de verga muy grande, hasta los que recién empiezan a hacer el amor y se les
reconoce por tener el miembro viril pequeño, si todos los grandes cacheros
sabemos, a más sexo, mayor es el tamaño del pene, si el Dios Priapo era quien
padecía una condena no sé si ignominiosa o gloriosa, ser el dios de la
fertilidad y, el que tiene el miembro viril que no deja de crecer.
Sepan mis lectores que, dentro de todas mis verdades, en experiencia y
conocimiento, nada hay que temer si uno decide seguir el camino que he tomado
yo, siempre se tendrá sexo hasta los últimos años de vida, por estar enterado
por estudios y consultas, qué remedios usar para cuando los anteriores no
sirvan, si así, el sexo sea una constante en nosotros los varones, una vivencia
que sólo termina, cuando te unes a una sola mujer, para volverte impotente y
amargado, si sabemos, los hombres de mundo, la variedad de mujeres en los
lechos, son las que nos revitalizan e incrementan el vigor sexual, siendo la
mejor manera para evitar la impotencia, si antes de relacionarse con una mujer,
se pregunte: ¿vive el padre?, ¿qué enfermedades padece?, ¿murió?, o si fuera el
caso de las muchachas de la vida alegre, el preguntar sobre si tiene la
reputación de ser de las que vuelven impotentes a los varones, provocando
bloqueos mentales, sólo por caprichos o por querer sacar a uno, de la carrera
de las mujeres, pero, por qué las anteriores preguntas en relación a quien sea
elegida para ser pareja de uno: porque es muy probable que esa sea la sabiduría
de las mujeres de esa familia, donde extrañamente, padezcas las enfermedades
del suegro y, hasta mueras por las mismas causas con las que muriera el padre
de la muchacha con quien quieras unirte.
No exagero ni tampoco promuevo la promiscuidad, sólo sé esta forma de
ser feliz. ¿Crees que puedes ser feliz de otra manera, no sé, casándote?, si lo
crees así, pues hazlo, aunque dentro de mis 53 años de edad, he visto a pocos
varones casarse por voluntad propia, la mayoría de veces los han casado por
haber embarazado a una muchacha que apenas conoció en una noche de borrachera,
quien precisamente no era una santa y, ya era hora que se casara con el más
borracho de los borrachos.
Decir que uno no se casa con ninguna, es expresar buena salud mental,
como física y, deseos de estar con todas las muchachas posibles por placer, no
por competencia ni por vanidosas demostraciones fálicas, el sexo es la mejor
evasión para todo mal, si se afirma que el amor es el remedio para todo, pero
que éste no tiene remedio, en mi caso, el no enamorarme al hecho de elegir las
muchachas veinteañeras más bellas, sea la mejor medicina para afirmar la
existencia, sin tener miedo alguno a mis arrugas o cabello casi blanco,
detalles que hacen insufribles la vida de otros varones que, llegan a llorar,
por sentirse rechazados por veinteañeras al hecho de increparles que están
viejos, que ellas podrían ser sus hijas, si esto termine por destruir la poca
autoestima que pueda tener un cuarentón.
El tiempo se pasa volando y en 7
años seré un sesentón y, por tanto, estaré más de moda, si sé, las mujeres
treintonas prefieren hombres de esa edad, por haber superado todos los rituales
propios de quienes pueden haber llegado a esa edad y ser potentes en los lechos
del amor, si hay mujeres que teniendo dinero, prefieran a los varones fogosos,
a esos millonarios que sólo supieron hacer dinero y, se les niegan secretos
como los que poseo, esos remedios para ser alguien que pueda hacer más de 100
poses para el amor, con cualquier muchacha que lo consienta, si así,
escribiendo erecto sobre lo que me toca, es decir, lo que vivo, dé alcances a
mis lectores que el amor no pasará nunca de moda, así sea desde las
habitaciones de luces rojas, donde están las mujeres que tienen la visión clara
de la vida: no tener hijos ni mascotas y, entregarse de lleno a los placeres de
la carne, sin rubores o arrepentimientos, si es que no hay nada mejor que el
sexo en este mundo, en medio de guerras y tristezas, de personas que aún no han
definido para sí, qué es la vida, si Dios existe o no, si la verdadera
filosofía sea la del sexo o sexualidad, esa que nadie te enseña, que está muy
alejada de los manuales de autoayuda o, los que te pretenden enseñar a vivir,
si escribo desde mi testimonio, no desde la verdad, que ésta, siempre puede ser
diferente según cada persona, si así sea mi literatura: un solaz que relaja e
insta a hacer el amor, en tiempos confusos, donde parecemos más cercanos a
detonamientos de bombas o misiles nucleares, en medio de vesanias, donde no se
ha logrado ser feliz.
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Todos los Derechos Reservados
Escritor y Pensador Libre
Arequipa, Perú
11 de octubre de 2024
EL ESCRITOR QUE LO DERROTA TODO
Diré que mis días no son fáciles, debo lidiar con mi padre a quien cuido
las 24 horas del día, porque tiene artrosis en una cadera y, soy el único que
puede hacerse cargo de él, quien mide un metro ochenta, pesa unos 110kg y,
eventualmente se caga en los pantalones, tiene 82 años y, al igual que yo, no
creemos en las enfermedades.
Además, no dialogo con nadie, llevo años sin conversar con las mujeres,
es inútil insistir en los chats, allí sólo recibo el odio por parte de arpías
que nos odian por ser varones. Debo agregar que el chat de Perú está lleno de
transexuales y demás fenómenos, lo cual nos convierte en una vergüenza
internacional.
Mis costumbres eran, antes de la pandemia, el no repetir de muchacha, en
las horas del placer; era toda una aventura ir a esas casas de citas para
disfrutar de la vida.
A un día de cumplir 53 años, luego de haber entendido que el viagra o el
cialis, no me servían de nada para alcanzar mis vigorosas erecciones que, me
permitieron tener sexo con muchachas de la vida alegre, por horas de horas,
dentro de mis investigaciones entendí que estas pastillas tienen vigencia
generacional sólo por algunos años, si así, con la ayuda de éstas, pude pasar
de las dos mil muchachas de la vida alegre.
Sin nada que contente mi existencia, vi sólo el esperar la muerte sin
una razón para estar vivo, fumando mis cigarrillos mentolados de siempre y,
bebiendo compulsivamente cerveza, para calmar la carencia de mujeres o mi
impotencia eréctil. ¿Qué más podía hacer para aferrarme a la vida? Puesto que
hice campaña buena parte de mi existencia, en contra del alcohol, hasta que
pude comprender, por qué la gente bebe tanto: ¿quién gasta dinero en alcohol,
cuando puede gastarlo en mujeres?
Me sentí perdido, entre latas de cervezas bebidas en soledad, buscando
reemplazar la felicidad que sentí cuando hice mías a todas las muchachas que
quise. Debo decir que entendí la vida de algunos adultos mayores, aquellos que
se resignaron a ser impotentes y no gozar nunca más de una muchacha que gime de
placer y, le encanta tener sexo con muchos veteranos como yo.
Viagras de marca que no me permitían funcionar como hombre en la cama.
Dosis de 150ml de la pastilla azul que apenas me daban erecciones de un minuto.
Tristezas con el Cialis que me era inservible ante muchachas que quieren ser
penetradas constantemente. ¿Así sería el resto de mi vida?, es decir,
conformarme a no poder disfrutar de ninguna de ellas, dedicarme a beber y
convertirme en un alcohólico más de los que hay en el mundo, por ser
impotentes.
-No puede ser que éste sea el final de mi vida sexual-, le dije a una
trabajadora sexual-. Dame el remedio, tú debes saber cuál es el remedio-.
Naturalmente no me quiso compartir el secreto una mujer a quien le hice el amor
por años-. Entonces qué hago, ¿me
inyecto testosterona? Ella no dijo nada, lo que no sabía era que quería que
fuera sólo de ella y de nadie más, hasta que me quejé con una química
farmacéutica de una farmacia muy famosa en Perú: ¿por qué ya no funciona el
Viagra ni el Cialis?, antes podía hacer el amor hasta 4 horas seguidas, ahora
no funciono como hombre en la cama. La química farmacéutica me confesó: ya no
están usando la misma fórmula, el Viagra y el Cialis ya no son los de antes, no
es cierto lo que le han dicho que, usted, está haciendo resistencia al Viagra,
eso se lo debe haber dicho una lesbiana, le reitero, no es la misma fórmula, ni
siquiera tiene el mismo color de antes, ahora parecen pastillas casi blancas,
usted no es el problema, el problema son los laboratorios que, quieren sacar
del mercado estos afrodisiacos que tuvieron mucho éxito, para introducir otros
de aquí a unos años, tómelo con calma, hay remedios muy buenos, otra cosa es
que no podamos venderlos en esta farmacia ni en las demás existentes y, usted
que dice haber superado las dos mil mujeres, está destinado a las 5,000 por lo
menos, tiene todo el genotipo de un semental.
Bebo de una bebida refrescante mientras escribo desnudo en mi
habitación, fumando un cigarrillo mentolado y escuchando heavy metal. Debo
deberle un gran favor a alguien seguramente, porque al entrar a Facebook, me
llegó una sugerencia de una tienda de Sex Shop, donde ofrecían un afrodisiaco
superior al Viagra o Cialis, al menos así me lo dijo Renzo, el dueño del local.
No tenía ya nada que perder, solo tener en mente que no deseaba ser un
alcohólico impotente que se pasaría las noches bebiendo para evadirme de otra
manera y, buscar otras formas de felicidad.
Le pedí la dirección, era cuestión para mí de vida o de muerte, no me
importaba ya pasar vergüenzas y humillaciones ante las muchachas de la vida
alegre, era o todo o nada.
Apresuré la marcha hacia el local, mientras contemplaba a las bellas
muchachas que nunca dejarán de existir y, pensaba en esos alcohólicos que
malgastan su dinero sin entender el paraíso que hallé con cada muchacha, cuando
fueron mujeres conmigo, cuando las penetraba y sentía sus gemidos de gata en
celo, gemidos de mujer, mujeres complacidas por ser penetradas, por ser
consideradas como culto o veneración propia de diosas que sólo saben entregar felicidad.
Al llegar al edificio que queda en el centro de la ciudad, subí unas
gradas para luego dar con el que atendía, Renzo, quien me escuchó con atención
y, de manera amable y seguro de lo que vende, me dijo: descuide usted, esto es
mejor que el Viagra o Cialis, si ha tenido problemas con esas pastillas, no las
tendrá con las que le estoy ofreciendo, tengo buenas referencias de mis
clientes, les dura de 3 a 4 horas las erecciones y se sienten llenos de dicha,
usted merece ser feliz y, recuperar los lechos donde ha demostrado, sólo los
varones hallamos sentido a la existencia. Compré el Vicerex de 20 cápsulas, al
precio de S/90 y llamé a un padrote de confianza, alguien en quien confío
mucho. Mañana es mi cumpleaños, estimado, deseo una muchacha veinteañera para
celebrarlo como se debe celebrar realmente 53 años, no con alcohol o drogas,
sino haciendo el amor.
Me dio la dirección y a paso lleno de suspenso, sin saber si el Vicerex
daría resultados, llegué a un hotel, donde al pasar, me dijeron que esperara en
el hall del tercer piso, cosa que hice, para luego sentir la excitación, por
escuchar cómo disfrutaban las muchachas del sexo, recordando esas sesiones
donde era yo el semental que maltrataba sus vaginas hasta que alcanzaran sus
orgasmos.
Y fue entonces que estuve erecto y con muchas ganas de hacerle el amor a
la muchacha que se arreglaba para mí, desde su habitación, para ser mía. Son
mujeres a las cuales les encanta el miembro viril, recordé, pagaré por una hora
de sexo, en desprecio para no comprar cervezas que jamás se compararían con el
placer de hacerles el amor a las muchachas de la vida alegre.
Que al abrir la puerta de su habitación, posó sus ojos sobre mi miembro
viril erecto, debajo del jean negro, mientras que observaba a una muchacha
extremadamente bella, de cintura ideal para ponerla en 4 y con un derrier que
era propio de esculturas. Su cabello largo y castaño me hizo recordar a mi
psiquiatra, porque además usaba gafas propias de una fantasía donde estaría
haciéndole el amor a mi doctora.
Y me hizo un sexo oral con pasión, como si me amara de mucho tiempo
antes, diré no años sino décadas, y fui feliz, porque al ir recuperando la
confianza de esos meses que perdí por la impotencia, cuando pensé que el
alcohol podría suplirlas a ellas, la penetré hasta sentir sus flujos vaginales
y sus entrañas ardientes, para empezar a golpearle las nalgas y, con mis uñas
crecidas, surcar por esa espalda que dominaba mientras ella gemía de placer.
Ambos disfrutábamos del momento mientras empecé a darle a toda velocidad,
dándome cuenta que quería que todo mi grueso y duro miembro viril entrara en
sus paredes vaginales, porque apretaba su pelvis a mi falo si a la par volteaba
su rostro para verse reflejada en un espejo desde donde veía mis dientes de
león en una expresión sádica o de sometimiento donde era ella totalmente mía,
para estar así por decenas de minutos entre sacudidas de cadera de ellas y
movimientos donde mi fama de eyaculador tardío la enloqueció más para pedirme
otras poses, para colocarla en la postura de cucharita, donde la penetré de
golpe y con violencia, para luego de un solo jalón, tenerla pegada a mi pecho,
para apretar con furia sus senos, hasta querer destrozarlos y ahorcarla en el
acto, diciéndole que quería matarla de placer en esa eternidad que sólo
conocemos los bien cacheros, en pleno orgasmo, si en ese momento recordé qué es
la felicidad para mí y, por qué, estas muchachas no sólo dan placer, sino, son
terapeutas sexuales que saben cómo revivir a nosotros los hombres, asediados
entre hienas y arpías, mujeres que quieren dominarnos y darnos destinos
desgraciados e infelices.
Entre melodías desde su celular y el éxtasis de saber que retornaba a
mis aposentos donde doy señorío, la hora de maltrato a la vagina alegre acabó
entre abrazos llenos de afecto, porque le confesé que ella era mi regalo de
cumpleaños y que cumplía 53, ante lo que se emocionó, mostrándose complaciente
y agradecida de haber sido la elegida, si es que me repitió lo que siempre me
han dicho todas las muchachas de la vida alegre: ustedes los hombres, no tienen
fecha de caducidad, avísame por favor para cuando triunfes como escritor,
quiero ser tu adorno dentro de todas las muchachas adorno que tengas.
Laxado luego de salir del hotel, fumé un cigarrillo mentolado y supe qué
es lo mejor de la vida una vez más, pensando en esos hombres que se dedican a
beber todo el tiempo, teniendo al alcohol como única forma de aferrarse a la
existencia, si es que había retornado a donde pertenezco: a esos lechos donde
entendí otras razones para estar agradecido y ser feliz, como sólo un hombre
sabe serlo, si deba ser claro, con muchachas que, sólo quieren sementales en
sus camas, para sentir lo mejor de la vida para ellas: un miembro viril dentro
de ellas, duro, grueso, con el peso de un kilogramo.
©Julio Mauricio Pacheco Polanco
Todos los Derechos Reservados
Escritor y Pensador Libre
10 de octubre de 2024
Arequipa, Perú
EL ESCRITOR QUE ALCANZÓ LA VERDAD
No sé a cuántas personas vamos dejando en el camino. Algunas veces todo
parece ser para siempre, otras, sólo recuerdos alterados por intenciones de
querer creer fueron, buenos momentos. En realidad, no precisamos si fueron
buenos o malos, imágenes borrosas de algo que aconteció, sin ser exacto en las
palabras que se dijo, las emociones que se sintió, la fuerza con que se vivió.
Fumar un cigarrillo y dejar pasar las horas, ¿cuántas muchachas?, en mi caso,
fueron miles, aunque dude mucho haberlas conocido, al hecho de haberlas amado
por horas, con la violencia de quienes retenemos el tiempo, sólo para gritarle
al universo que somos felices, o fuimos muy felices, como sólo los más rebeldes
sabemos hacerlo. Dime en qué calle no di la vuelta y te diré, esas cosas pasan
a menudo, como los adioses que sanan, los que nos salvan de todo aquello que está
errado. Prefiero las bebidas refrescantes o las cervezas, escribiendo hasta el
amanecer, ¿me preguntas por las guerras del otro lado del mundo?, ¿y quién
pregunta por Perú?, hay bases militares chinas en mi país y, eso a nadie parece
importarle, perdón, ¿debo ahora escribir sobre política?, ¡bah!, eso es perder
el tiempo, aquí todos son marionetas de la Reserva Federal o FED, ¿qué no
supimos nunca contra quién escribíamos?, quizá no te agrade saber que el dinero
no existe, que son sólo dígitos que van de ordenador a ordenador, de un banco a
otro, que el mundo es sostenido por una gran burbuja económica que en cualquier
momento puede explotar, para luego volver a inflarse. Prefiero sentarme a tomar
sol de vez en cuando, escuchando los suaves arrullos de la brisa que besa mis
mejillas, mientras contemplo el cielo y sé, ése es el límite y, más allá, sólo
existe lo desconocido, lo inexpugnable, la morada de los que dirigen este
mundo, porque al igual que tú, no creo en las imágenes de la NASA ni las de China,
cuando nos quieren hacer creer que, llegaron más allá donde nadie jamás pudo
llegar. Mentiras tras mentiras ya maldecido demasiado y sé, tal vez nunca salga
de donde vivo y sólo me dedique a escribir, como ahora lo hago, tratando de
poner orden dentro de mis pensamientos, como cualquiera que quiere la paz
mental, el control total de lo uno piensa, entre melodías que seguramente nunca
podré plasmarlas en mi teclado, escribiendo sólo para sentirme vivo. Porque
cuando vi el rostro, vi todos los rostros y supe, algo muy atroz ha ocurrido en
mi ausencia, como el ver a mis viejos amigos destruidos por eso llamado vida.
¿No era mejor una cerveza, escuchando algo de rock ochentero, no esperando al
amor?, o fumar un cigarrillo, sin sentir los enemigos en cualquier lugar, tal
vez el silencio sea más agradable que las respuestas más ingeniosas, ¿puedes
entender a plenitud lo que escribo?, porque nos hemos quedado todos a mitad de
camino y sabemos a fuerza de haber vivido y leído, tocando la verdad que hace
girar los mercados, el sexo, la mujer que es tu pareja, los nombres de tus
hijos, las esperanzas que nos enseñaron o los dioses de este lado donde, la
hierba crece para ser alimento de toros o lombrices. ¿algo puedo ser mejor?, si
el camino no hubiera sido muy largo, seguramente habría sido mejor, pero eso no
nos consultan ni a ti ni a mí, quizá por nuestras edades o inmadureces, por no
saber lo necesario para saber qué lugar estamos ocupado en el mundo.
Veo una muchacha y luego a otra y las dejo ir. Son bellas o, lo fueron
antes, cuando fui inocente, antes de saber que la menstruación era maldecida en
los tiempos de Moisés y, estaba prohibido menstruar y, eso no lo puedes negar.
Supongo que Dios no es compatible a nuestra naturaleza, que no existe un
plan divino ni ninguna gran obra, aquí los más taimados, rufianes y rastreros
son los que se llevan la gloria y todas las honras, eso que llamas tú honradez,
es lo poco que te han dejado por ser tonto, pero descuida, también soy tonto y
honrado como tú, no somos los únicos que tuvimos ideales y, nos tomamos en
serio eso de querer un mundo mejor, carne de cañón apenas para los intereses de
otros, eso hemos sido, sin que nadie nos haya dado una razón.
Es que, en realidad, todo corresponde a una gran estupidez, las guerras
no cesan, como el culto a la muerte. Hay algo malsano en las personas, nunca
sabes quién es el que te venderá por un plato de lentejas, nunca lograrás
comprender sus ojos cuando te miren fijamente con desprecio y todo por una
emoción fuerte llamada: sexo. Esa cosa bonita llamada amor que sólo sirve para
tener hijos y destruir vidas, ¿tendrás trabajo de inmediato mientras tu mujer
enloquece y decide serte infiel porque no eres el de antes?, pero quién puede
ser feliz con trabajos explotadores donde sólo te saben humillar.
Nos hemos ido convirtiendo en una sociedad vieja que no desea tener
descendencia, te digo muchacha que no me agradan tus rabietas ni tu loca idea
de querer tener una historia de amor, donde seas la reina de la ciudad, sólo
por vanidad o soberbia. ¿Crías perros?, es lo mejor que puedes hacer, ni tú ni
yo, tenemos el derecho de traer un niño o niños a un mundo donde la felicidad
es fugaz, a cambio de años de dura amargura, porque si no lo sabes, la fortuna
no dura toda la vida y, no todo el tiempo, quien te protege, estará a tu lado,
sea vivo o muerto. ¿Hacerse un hombre, solo?, eso sólo sirve para endurecer o
perder el corazón, los sentimientos. ¿ya has visto detenidamente el rostro de
los desgraciados que ansían verte muerto?
Poco a poco el mundo, gana para su causa, las desdichas y tragedias, es
mejor no hacer plegarias, aquí nadie nos escucha, ¿un beso lo puede sanar
todo?, y después quien te sana del amor, si fuera el caso que los besos para ti
fueran novedades, mira que le he hecho el amor a miles de mujeres y no las he
besado, sólo he tenido ganas de degradarlas y hacerles entender su condición:
la sumisión es algo que les fascina y, secretamente anhelan, nunca un buen tipo
tuvo suerte en el amor, para disfrutar de todas, debes aprender a no amar,
nadie mejor te lo dice que yo.
Y es así que camino por las calles de esta ciudad, donde veo, cada quien
va tras sus propias metas, ¿saben que esas metas exigen un precio a pagar? O
dejarás a tus padres solos, morir en sus habitaciones, en soledad, sin que
acudas a atenderlos, porque tu vida es primero, vaya mierdita de persona que
eres. El doctor inyecta morfina en el paciente y éste duerme hasta perder los
signos vitales, para luego despertar dentro de un nicho que sabemos, se
convierte en el destino de todos ustedes, porque si eso no es maldad, qué es
entonces maldad.
Y así pretendes decir que amas y quieres tener hijos.
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