CONTRA EL TERRORISMO VERBAL


 


Sí, mi padre recibe una pensión del Magisterio de S/800, hago malabares para poder cubrir los gastos del mes.

El hombre que me trajo el balón de gas se me quedó mirando mientras dijo: ¿no tienen los mismos privilegios de los policías?, pensé que ganaban como ganan los profesores que trabajan.

No, no es así, mi padre está dentro de la Ley 20530, tiene congelada la pensión vitalicia, aquí como me ves, comemos bien, porque en las bodegas me dan precios preferenciables por saber que no he transado con la corrupción y mis padres siguen vivos, si es que el heredero de todas las propiedades sea yo, la vida no tiene valor inigualable, mira que en la pandemia muchos se corrompieron mientras que con mi padre, hicimos resistencia al gobierno genocida de Martín Alberto Vizcarra Cornejo y Chile dejó de ser nuestro rival, para serlo China, si es que todos los medios días, cantábamos a todo pulmón el Himno Nacional del Perú, el Himno de Arequipa y el Himno de mi tierra donde nací: El Puerto Bravo de Mollendo.

¿Entonces, haces alcanzar S/800 para todo el mes?

Respondí que sí, mientras el hombre de Chaski Gas se quedó extrañado, en un contexto donde los mejores restaurantes del país, se jactan de cobrar por un plato de comida: S/1,300 para arriba.

Así escribo, con total autoridad, estudiando sin desmayo, luchando contra la muerte, contra la vejez de mi padre que por momentos no sabe qué hacer con el aburrimiento y, contra personas maledicientes que siguen practicando el terrorismo verbal.

El mundo siempre ha sido así, sólo hay que saber ser más inteligente contra quienes envidien la buena salud de mi padre y yo. ¿Solos contra el mundo?, diré más bien que aprendimos a poner límites ante quienes practican el terrorismo verbal, para así quitar el diálogo o confianza, cortando con saludos amables pero severos, sin perder el buen ánimo. No todas las personas son iguales, hay quienes aún llevan dentro de sí el gen de la bondad. No por eso se me confunda con una persona utilizable de quien se puedan aprovechar, soy alguien que en fracciones de segundo decide con quién dialogar y con quien dar el saludo e inmediatamente decirle: “¡que la vaya bien!”, sin que de por medio haya algún malentendido o intercambio de palabra, me basta mi fuerte temple, ser más alto de Cristian Meier o Jaime Bayly, ser poseedor de más de 100,000 palabras como escritor y, el haber estudiado por décadas para saber defenderme.

Mi 1,84m y mis 95kg con mi complexión atlética me permiten imponer respeto si es que sea el hombre que promueve el diálogo sólo hasta saber qué intenciones hay en aquellas personas que practican la costumbre humana: desquitarse de un día de mierda con el más bueno, siendo para sorpresa de los terroristas verbales que no sólo sea bueno sino, más inteligente y sabio.

Pensé ahorrar S/200 para este mes, pero el gas que se me acabó desajustó mi presupuesto, lo cual me insta a consumir hígados de pollo y mollejas, a manera de saltados con sillau, filetes de hígado de res, si es que con esto no gaste más de S/90 hasta la próxima quincena.

No, no estoy dispuesto a transar con la corrupción, sé de sus tratos y lo que te piden: las mafias tienen un código inquebrantable: debes matar a alguien y, si no cumples sus requisitos, te matan a ti, lo sabes tú más que yo.

Así es la vida de los libres y lo digo triunfante y campante, siendo un escritor y pensador libre con más de 180 libros escritos y sin que viva de la literatura y escribe sólo por placer, al hecho de ser conocido en casi todo el mundo.

Sin enfermedades, robustos y felices, sé, esto atrae envidias y celos por parte de personas que reitero, se desquitan siempre con los más buenos, si es que en su sorpresa constante conmigo, descubran que ser bueno, no significa ser tonto que, muchas personas me han confundido como tal y, en el momento del careo, el saludo les he quitado sin prestarles importancia que sé, tengo argumentos más que suficientes para no hacerles caso, allá cada quien con sus infiernos personales y sus desacertadas decisiones, he visto a los que sembraron el mal, cosechar sólo maldad, si ésta sea una lección de vida generacional, la huella del que no se rinde, del que vence hasta lo imposible y reitero, con doscientos dólares americanos puede vivir, dando alimentos a mi padre y mi persona, sin tener culpa alguna, mucho menos la consciencia hecha mierda.

Entonces, ¿les queda claro cómo reacciono ante el terrorismo verbal que se practica en todo el mundo? Es tan fácil hacer notar la ausencia de los que somos los más fuertes y decidimos quitar la confianza de quienes en el fondo desean el mal de uno, sin que de por medio, haya algún malentendido.

Y así, la vida prosigue imponiendo en tiempos duros, el legado viviente de la felicidad, cuando sabemos todos, cuesta mucho alcanzarla, si es que para ello, debe haberse peleado toda una vida, toda una vida.

Y así le dije al hombre de Chaski Gas: como verá, hay pobrezas que se llevan con mucha honra u honor, si es que en la pandemia, el mundo entero se corrompió.

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