EL HOMBRE SOLITARIO QUE NO PUEDE DEJAR DE ESCRIBIR



 

¿Puede alguien contener el deseo de escribir?

¡oh, ese destino que se interpone siempre!

Mira que llegué hasta aquí con más de 180 libros escritos

¿No es válido vivir entonces de mis libros?

¿Qué oficio se hace sin cobrar a cambio unos billetes para comprar un pan y un trozo de carne?

Mi resistencia es hacer los alimentos con un billete de S/10 y, eso en Perú, no alcanza ni para una hamburguesa.

¡Ah, escribí contra todos y contra el mundo mismo!

¿Cómo decir que no fue necesario si tuve que alzar la voz en los momentos cruciales?

¿Son mis vísceras la furia de los que se quedaron callados?

Este es otro camino, diferente, distinto al que conocí.

No están más estos y aquellos, ¡nada puedo hacer ante ello!

Tú que me lees estimado lector, ¿sientes lo mismo que yo?

Apenas supe de llenarme de excelentes vivencias para estos años donde no hay amantes ni alegrías conocidas.

¿Puedo salvar a las mujeres que pretenden amarme?

¿Cómo?, díganme, si ya han sido ganadas por las fuerzas de la maldad.

¿Debo apartarme de estos intentos de amar cuando no tolero las miserias de quienes por dentro sólo veneno llevan?

Escribo así sobre la soledad y sobre los que citamos a muchachas de la vida alegre,

Y escribo con autoridad, porque nada quedó de las mujeres para mí, el placer es lo inmediato, el resto, la abreviación de discusiones donde no pienso ser sometido ni manipulado.

No soy el que cría gatos ni perros, no soy el que aguanta pesadillas con mujeres que no saben amar,

¿Es la soledad mi opción ante mujeres que de ellas nada ha quedado?

Pensaré mejor en los días como el de hoy,

¡Un buen domingo es apenas lo deseado!

¡Un buen domingo es lo que hoy tengo!

Como para empezar a recorrer lo que me insta a escribir.

Un cigarrillo mentolado y mi mate de manzanilla.

¡Un brindis por mi buena salud y las amistades elegidas!

Un alejarse de las convicciones donde sólo hallé desilusiones y errores que no serán mis pasos otra vez.

Días plácidos para meditar y escribir,

Horas dulces donde estoy conmigo como cualquiera quisiera consigo mismo.

He decidido y eso basta.

Porque si se trata de ser, estoy siendo ahora,

Si eso signifique estar en la meta personal,

En lo que me llena, cuando sé, no sé remar contra mí.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANUAL PARA NO DESPERDICIAR LAS NOCHES

EL CORAZÓN QUE VOLVIÓ A SU DUEÑO

EL POEMA QUE HONRÓ AL MUNDO