ELLA NO PARABA DE HABLAR O, EL AMOR



 

En tiempos de silencio impuesto

Ella no paraba de hablar

No me importaba si mentías o desafiaba al mundo con verdades

Ella no paraba de hablar.

-las muchachas de la vida alegre sólo repiten lo que le ordenamos al momento de amar

-el fuego en sus entrañas me dice que sienten, pero, ¿qué podrían hablar con un intelectual?

Y ella no paraba de hablar

No temía mis décadas de estudio

Su soberbia era genuina, tenía muchos reclamos al mundo, a dios, a todo aquello que le robó la vida

-eso en general nos pasa a todos y la mayoría calla.

Me pongo a escribir y pienso en el mutismo obligado de quienes ya lo dieron todo, porque igual, en su momento, no pararon de hablar nunca

-eran voces que protestaban, como si alguno de nosotros no hubiese protestado

-nadie le decía nada, le dejaban hablar, porque les recordaba bregas de hacía muchas décadas

La observaba y no sabía del silencio de los escritores

De los que hemos escrito centenas de libros

De los que cuando hablamos, sabemos, el mundo se puede car en mil pedazos

-pero si el mundo va en esa marcha, hacia el abismo

-no importa, qué siga hablando, algo debe darle vida a todo esto

Y ella parecía gritar, parecía retar a la Luna, era genuina, sin maldad, verdadera como sólo son las mujeres alguna vez

Antes del amor, ya tenía un discurso preparado.

Cuando amó, había que aguantar tantos reclamos, qué culpa tuve yo en todo esto, pensé

-no sabía de los desamores, de las lágrimas, del adiós en contra de nuestra voluntad, ¡aquí no se permite amar!

Y el silencio se hace muy pesado, con crueldad e insondables razones que todos entendemos

-nos hacen pagar caro

-miramos a todas partes

-nadie responde

-dirán que todos lo intentamos

No tenía respuestas para ella, salvo una: dejarla hablar

-sabía que me extrañaría, como yo a ella

-era mi necesidad de sentirme acompañado

-de sentir la vida bullir con fuerza, no desde su útero solamente, sino, desde su verbo, desde lo que fuimos todos al momento de no parar de hablar

Y así pasamos por aquí, sin sentir que nos hicieron caso

Quizás el amor era eso: sentirse escuchada por alguien, que la observaba en su más estado auténtico, visceral desde todo lo original que podía ser

Eso es el amor, nada más.

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