LAS NOCHES ESTÁN HECHAS PARA HACER EL AMOR SIN DETENERSE
No vine a este mundo para escribir sobre penas y desdichas, eso más o
menos lo escribí hace buenos años atrás. Después de todo lo que ha pasado,
¿entiendes por fin mi literatura?
No escribo sobre muertes ni enfermedades
Celebro al amor y el buen sexo
La dicha de los placeres de la carne y los orgasmos
¿Ahora comprendes que mundo conocí?
Porque mientras los demás escriben sobre penas y dolores, sobre eso que
llaman proceso, soy el varón a quien las mujeres le negaron el habla en los
últimos años que fueron los más duros para el mundo entero.
Y aquí estoy, fiel a mis principios o lo que aprendí en su momento.
¿Quieres pues escribir sobre amores tóxicos o relaciones de parejas que
no van más?
¿Quieres hallar textos donde termines llorando?
¿O sigues en pelea con el sexo opuesto?
Apartado de todo ello, he seguido adelante sin mirar a los costados, sin
haberme corrompido y, sinceramente, el mundo se fue al carajo desde entonces.
He negado todo para afirmar la felicidad, inclusive cuando el mal fue
una imposición donde el ser humano sacó lo peor de sí mismo ante la humanidad.
Nada me asombra del homo sapiens desde entonces, observo, miro y callo,
no estoy para salvar a quienes no quieren ser salvados, estoy sólo para ser
feliz, ¿es algo que ayude a alguien?, porque esto no es egoísmo, es lo que
aprendí cuando rompí con las consignas generacionales, donde nos usan como
tontos útiles.
Escribo en total libertad, sin dogma, ideología, doctrina o servir a
algún partido político, eso se llama ser pensador libre, algo que pocas
personas pueden afirmar.
Lo mío es hacer el amor, que sé, siempre llega solo, sin que esté en
discotecas buscándole.
Diré que los tipos rudos no bailamos. Sí, sé que eso también lo escribí
hace algunos años atrás.
Como dice Patti Smith: la noche es para los amantes, ¡y cómo carajos
sabe esta mujer de la vida eh!
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